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Morante: «La jubilación de Canorea no me dice nada»

Morante de la Puebla
Morante de la Pueblalarazon

La noticia publicada en El País de la jubilación de Eduardo Canorea el próximo mes de diciembre ha sido acogida con escepticismo por parte de Morante de la Puebla. El notorio malestar de la Real Maestranza de Caballería con la Empresa Pagés, principal obstáculo para que vuelvan a Sevilla Juli, Perera, Talavante y Morante, puede tener alguna relación con este paso de Canorea que en realidad no tiene por qué significar nada. Primero porque la jubilación no implica que abandone su cargo como consejero de la empresa ni, por supuesto, que deje de poseer el 33% de la sociedad, con lo cual se iría pero de mentira. Para desvincularse tendría que vender su parte a sus hermanas, pero esto tampoco sería determinante porque las colisiones con los toreros no venían sólo por la forma de actuar de Canorea, sino también y sobre todo, por la de su cuñado Ramón Valencia. Es más: en realidad la mayoría de toreros coincide en que Eduardo era más flexible y sincero a la hora de negociar, y que a pesar de sus excesos verbales, tenía mucho mejor trato que Valencia.

El movimiento de la empresa Pagés parece, más bien, una estrategia de lavado de imagen. De cara a la opinión pública el supuesto responsable del conflicto, Eduardo Canorea, deja de salir en la foto, con lo cual los toreros verían satisfechas sus exigencias y ya no tendrían excusa para llegar a futuros acuerdos. Pero en los despachos, todos saben que la realidad es otra bien distinta. “No hay veto a la empresa –aclara José Antonio Morante –pues ya negociamos con ella el año pasado, pero fue imposible llegar a un acuerdo. Y las negociaciones no son sólo con Canorea, sino también con Ramón Valencia”. Por tanto, respecto a la jubilación de Canorea, el de la Puebla asegura que “esta noticia no me dice nada, pues tanto monta, monta tanto, Valencia como Eduardo”.

Fernando Cepeda, apoderado de Miguel Ángel Perera, no ha querido manifestarse al respecto. “No sé nada oficialmente, pero en cualquier caso la postura de Perera quedó clara con el comunicado que emitió en su momento. Ni Miguel Ángel ni yo tenemos nada que añadir”.

Parece, por tanto, que la solución no pasa por este gesto. Los maestrantes llevan tiempo negociando con la empresa para tratar de desbloquear esta situación, e incluso algunas fuentes han asegurado que se le ofreció bajar el canon de arrendamiento (se dice que sobre el 22 por ciento de la taquilla) a cambio de reducir la duración del contrato, algo a lo que los empresarios se negaron. Esperemos que esto no acabe en los juzgados.