Ferias taurinas

El novillero Pablo Belando, muy grave tras sufrir tres cornadas

Los novilleros Miguel Maestro y Tulio Salguero cortaron sendas orejas en el festejo dominical de hoy en Las Ventas, donde, en lo negativo, lamentar la cornada que sufrió el propio Salguero en el sexto, además de las dos que cobró Pablo Belando por su primero.

Pablo Belando en el momento de la cogida
Pablo Belando en el momento de la cogidalarazon

Los novilleros Miguel Maestro y Tulio Salguero cortaron sendas orejas en el festejo dominical de hoy en Las Ventas, donde, en lo negativo, lamentar la cornada que sufrió el propio Salguero en el sexto, además de las dos que cobró Pablo Belando por su primero.

Novillos de Araúz de Robles, bien presentados con un fondo de mansedumbre los seis, aunque, salvo el complicado segundo y el rajado quinto, dejándose los otros cuatro.

Miguel Maestro, de espuma de mar y oro: estocada desprendida con derrame (palmas); media fulminante (silencio en el que mató por Belando); y estocada (oreja).

Pablo Belando, de rosa y oro: cayó herido en su primer novillo.

Tulio Salguero, de grosella y oro: media atravesada (oreja); pinchazo hondo y estocada atravesada (silencio); y estocada de la que resultó herido, por lo que tuvo que rematar la labor Maestro de cinco descabellos (silencio tras aviso).

En la enfermería están siendo intervenidos Belando y Salguero de sendos percances, que, según las primeras noticias, revisten gravedad.

La plaza registró menos de un cuarto de entrada en tarde calurosa.

La de ayer en Las Ventas fue una tarde de muchas sensaciones. Las hubo positivas, traducidas en el valor y el aplomo demostrado por Tulio Salguero, que cortó una oreja de peso, al igual que un reposado y seguro Miguel Maestro. Los dos nombres triunfales de la función.

Pero también las hubo malas, muy malas, por la terrible doble cornada que sufrió Pablo Belando por el segundo de festejo, y también por el percance a última hora de Salguero al entrar a matar al sexto después de tener entreabierta la puerta de la gloria. La miel y la hiel del toreo.

Guapo de verdad, el que abrió plaza. Un novillo "barroso claro", muy serio, con cuajo y pitones como velas, que, aún mansito, no tuvo mal fondo en la muleta, moviéndose, aunque, eso sí, quedándose cortito y agotándose también a medida que transcurría su lidia. A Maestro se le vio muy sereno y confiado en todo momento a lo largo de una labor correcta pero sin eco.

En el cuarto brilló Maestro manejando el capote a la verónica. El novillo, manso, no quería caballo, por lo que las cuadrillas sudaron tinta en la lidia del primer tercio.

En la muleta buscó pronto la querencia el animal, aunque Maestro lograría sujetarlo en los medios para plantarle batalla con mucha soltura y desparpajo. También hubo pinturería en un epílogo al hilo de tablas y eficacia con los aceros, lo que le permitió cortar una oreja.

Tulio Salguero, que ya se había hecho presente en un valiente quite por gaoneras en el novillo que hirió al compañero, se enfrentó en primer lugar a un utrero mansurrón y frenadito al que esperó, aguantó y hasta robó muletazos de buena compostura por el derecho, metiéndose entre los pitones entre pase y pase, pegándose un auténtico arrimón con mucho aplomo y suficiencia.

Buena actuación del extremeño, que cerró labor por ajustadas bernadinas y dejó una media estocada suficiente para hacer rodar al animal, lo que le granjeó una oreja, una de las de más peso de todas las que se han cortado este verano en Madrid.

Se corrió turno y Salguero mató en quinto lugar el novillo reseñado como sexto, que marcó muy pronto la querencia, rajándose a las primeras de cambio en la muleta. Difícil papeleta para el extremeño, que no se arrugó en una sincera porfía al hilo de las tablas. No hubo lucimiento por la actitud huidiza del utrero, pero sí firmeza y mucha voluntad.

Por el percance del compañero Salguero tuvo que hacerse cargo también del último, muy suavón hasta que se paró, y al que compuso muletazos de muy buena firma, sobre todo al natural, muy templado, tirando con largura del utrero, e improvisando también con alardes y valor cuando el burel se agotó definitivamente.

Se tiró con el alma a matar, tanto que no se salió de la suerte y fue herido certeramente a la altura de la ingle. Triste final para una gran tarde.

El primero de Belando, con "carbón"de salida, embistió con todo en los capotes, apretando también en el peto, donde le bajaron los humos, pero bien, con dos trancazos infames en la mitad del lomo. Se paró el animal, siempre al acecho y defendiéndose, exigente de verdad.

El joven murciano pagó la novatada al salir por los aires a las primeras de cambio. Estaba herido el hombre, que tuvo que ser conducido a toda prisa a la enfermería, quedándose el director de lidia, Miguel Maestro, a cargo del novillo agresor, al que ventiló con tanta facilidad como rotundidad.