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El capital natural, un valor en alza

Una novedosa metodología de Repsol con tecnología de Minsait permite medir la relación entre compañías y medioambiente

Las empresas pueden mejorar su toma de decisiones en base a sus impactos en el capital natural
Las empresas pueden mejorar su toma de decisiones en base a sus impactos en el capital naturalMinsait

Cuantificar la relación de las compañías con los ecosistemas es clave para medir su impacto y poder adaptar la estrategia empresarial al escenario más favorable. Con esta filosofía, un grupo interdisciplinar de expertos del que formaron parte universidades, consultoras medioambientales y empresas comenzó a trabajar hace siete años en un desarrollo que permitiese mejorar la toma de decisiones corporativas en el sector energético.

Esta experiencia innovadora acabó alumbrando una guía de buenas prácticas, una referencia para que las empresas mejoren su toma de decisiones en base a sus impactos en el capital natural, es decir, en el conjunto de recursos de un ecosistema sean o no renovables.

El resultado es Reads, donde se une la metodología de Repsol con la tecnología de Minsait, una compañía de Indra, para ayudar a identificar impactos, cuantificarlos y valorarlos económicamente. Ayuda, asimismo, a gestionar la respuesta de la mayoría de industrias que, con su actividad, inciden en la biodiversidad y los servicios ecosistémicos –esto es, los recursos procedentes de la naturaleza como la polinización o el almacenamiento de CO2 en los bosques–, en el clima, en el agua y en el bienestar social.

Una de las peculiaridades de esta herramienta, alineada con el grupo de trabajo sobre divulgaciones financieras relacionadas con la naturaleza (TNFD, por sus siglas en inglés) del que forma parte Naciones Unidas, es que la valoración de los impactos se expresa en términos monetarios, concretamente en dólares. «Eso nos permite entender cómo un proyecto detrae o genera capital natural», explica Isaac Nájera, responsable global de medioambiente del negocio de Exploración y Producción de Repsol.

Sus palabras se enmarcan en el evento «El capital natural como clave para el futuro empresarial». Celebrado recientemente en la sede de Minsait, estuvo conducido por Maribel Orusco, directora de Operaciones de Energía de la compañía tecnológica, fue moderado por responsables de Ecoacsa y Azentúa y contó con la participación de expertos independientes de la Universidad de Salamanca, de la Xunta de Galicia, de la CEOE y de las entidades Naturgy, Bankinter y Holcim.

El proceso de valoración de impactos parte de un análisis de materialidad, continuó Nájera, que se fundamenta en la valoración de los impactos en «las métricas e indicadores que todas las empresas disponen y reportan» como, por ejemplo, toneladas emitidas de CO2, hectáreas que ocupa cualquier instalación o metros cúbicos de agua que consume.

«Donde se da el salto diferencial», de acuerdo con el protocolo de capital natural de la «Capitals Coalition» y conforme a la norma ISO 14008 de valoración monetaria de impactos ambientales, ambas internacionalmente relevantes en este ámbito, «es en la monetización de los impactos, una valoración entendida como la pérdida o ganancia de capital natural asociada a los impactos ambientales y su óptima gestión».

La metodología Reads, digitalizada por Minsait, incluye una serie de métricas complementarias «para conocer cuánto impacto reducimos con nuestra gestión, cuál es el retorno de la inversión de cada acción planificada o ejecutada o cuántos dólares de capital natural evito perder por cada dólar invertido en un proyecto de mejora ambiental, lo que permite tener una visión final completa y optimizar de este modo la inversión empresarial y el retorno positivo a la sociedad y el medioambiente».

Recompensa ambiental

Reads incorpora alternativas de mitigación. Para evitar los impactos, para reducirlos al máximo, para restaurar y, si persisten de forma residual en un proyecto o instalación, para proceder a las compensaciones.

La herramienta ha permitido, por ejemplo, identificar las mejores formas de gestión de los residuos y disminuir las emisiones asociadas a una planta de gas en la selva amazónica, lo que se ha traducido en casi una treintena de medidas de mitigación para llegar a reducir el impacto residual al mínimo técnicamente posible.

Otro caso de interés es el asociado a una campaña de perforación exploratoria en aguas profundas en el Golfo de México, donde Repsol llegó a un acuerdo con el Ejecutivo del país norteamericano para restaurar tres hectáreas de un arrecife coralino en un parque nacional y cincuenta hectáreas de manglares en lugares de alta sensibilidad ambiental.

En estos proyectos, la cuenta final de pérdida y ganancia de capital natural «es positiva» . Además, «la inversión monetaria está suficientemente justificada bajo la óptica de reducir el impacto al mínimo posible», sostuvo Isaac Nájera, quien, a la luz del nuevo enfoque y tendencias internacionales de impacto natural positivo, defendió «que la inversión ‘‘inteligente’’ ha venido para quedarse».