Entrevista

«Identificar la causa genética de la patología ocular resulta crucial»

"En un futuro no muy lejano se espera que se aprueben nuevas terapias génicas o basadas en el ARN para más patologías que causan déficit visual", asegura a la sección "10 preguntas" la Dra. Marta Cortón, investigadora del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz, en Madrid

Doctora Marta Cortón, investigadora de patologías oculares congénitas.
Dra. Marta CortónJesús G FeriaJesús G Feria

1. ¿Cuántas patologías oculares congénitas existen?

Se presentan en tres o cuatro por cada 10.000 recién nacidos en España. Los pacientes suelen presentar una baja visión desde el nacimiento que puede empeorar hasta la ceguera. Además, el 25% puede asociar síntomas extraoculares.

2. Imagino que no será fácil su diagnóstico...

Su correcto diagnóstico clínico y genético, crucial para un correcto seguimiento, es un desafío. En la Fundación Jiménez Díaz llevamos casi tres décadas realizando estudios genéticos en estas patologías. Podemos identificar la causa genética del 40-50% de los pacientes.

3. ¿Tienen tratamiento?

Hoy no existen tratamientos que corrijan las anomalías congénitas asociadas al desarrollo ocular ni recuperar el déficit visual asociado. Sí que existen tratamientos para evitar una pérdida mayor de visión en algunas de estas patologías. Un ejemplo son los pacientes con anomalías en la cámara anterior donde se encuentra el humor acuoso, en los que se puede controlar la presión intraocular mediante procedimientos farmacológicos o quirúrgicos para retrasar las consecuencias del glaucoma. También se pueden tratar algunos síntomas asociados a anomalías de la córnea. Y en el caso de los bebés con cataratas congénitas, es imprescindible una intervención precoz para evitar un mayor déficit visual. Una excepción a la falta de tratamientos correctivos es Luxturna, una terapia génica para pacientes con amaurosis congénita de Leber, una forma de distrofia de retina congénita. Esta terapia es uno de los medicamentos más caros en el Sistema Nacional de Salud y se lleva administrando desde 2021 en cuatro hospitales. En un futuro no muy lejano, se espera que se aprueben otras terapias génicas o basadas en ARN para otras patologías que causan déficit visual, algunas están en fases más iniciales de desarrollo, pero hay un número importante ya en ensayos clínicos.

4. El Instituto de Investigación Sanitaria de la Jiménez Díaz y la ONCE colaborarán en la investigación de las causas genéticas de la aniridia congénita. ¿En qué consiste esta patología?

El término de aniridia hace referencia a la «ausencia de iris», pues los pacientes presentan un iris poco o nada desarrollado. Aunque existen pacientes con un iris completo, solo con pequeñas anomalías en la pupila. Además, la aniridia congénita no está restringida a anomalías iridianas, ya que más del 90% de los pacientes presentan un desarrollo incorrecto de la retina, de la fóvea.

5. ¿Qué gen la causa?

Está causada sobre todo por mutaciones en el gen PAX6, el cual juega un papel clave en la gestación como regulador de los procesos necesarios para el desarrollo del globo ocular y de las distintas estructuras del segmento anterior y del posterior del ojo. Por ello, los pacientes con este tipo de mutaciones pueden presentar un amplio espectro de anomalías oculares. En algunos pacientes con hipoplasia iridiana sin mutaciones en PAX6, la causa puede ser otro gen implicado en el desarrollo del segmento anterior.

6. ¿Es hereditaria?

Suele serlo, pero puede presentarse de forma esporádica. Todos los pacientes, tanto los casos familiares como los esporádicos, tienen un 50% de riesgo de transmisión a sus descendientes directos en cada embarazo.

7. ¿Qué síntomas da?

Los bebés con aniridia congénita presentan en los primeros meses de vida movimientos oculares anómalos o nistagmo, lo que es indicativo de una baja visión, y pueden tener problemas para fijar la mirada. Además, tienen una fotofobia intensa.

8. ¿Por qué es importante su diagnóstico genético?

Para poder ofrecer un mejor asesoramiento en la familia, y ayudar a pediatras y oftalmólogos en el manejo y pronóstico clínico del paciente con vistas a revisiones periódicas para la detección precoz de otras patologías que pueden aparecer asociadas. En este sentido, el análisis genético resulta crucial en recién nacidos con aniridia para conocer el riesgo de aparición de tumor de Wilms u otras alteraciones del neurodesarrollo, que en algunas raras ocasiones pueden aparecer asociados a la aniridia. La identificación la mutación responsable de la aniridia en los pacientes permite además realizar un consejo genético y calcular el riesgo de recurrencia en la familia, en función de si se trata de un caso familiar o esporádico. En este último caso, se estima que el riesgo de tener otro hijo con aniridia es muy pequeño, menor al 1%. Aunque nuestro grupo ha determinado que este riesgo podría ser ligeramente mayor en algunas familias, pues hemos descrito la presencia de variantes en mosaico en un progenitor asintomático, que ha transmitido la mutación a su hijo. También, conocer la mutación causante de la aniridia permite acceder a otras opciones reproductivas, como la posibilidad de realizar un diagnóstico genético preimplantacional en el que, a través de técnicas de reproducción asistida, se implantan embriones seleccionados sin la alteración genética.

9. ¿Cuál es la incidencia de esta patología?

La aniridia aislada tendría una incidencia estimada de 1,31 por 100.000 individuos en Europa, lo que es equivalente a 1 caso por 76.336 individuos.

10. ¿Qué complicaciones pueden sufrir estos pacientes?

Debido a las anomalías congénitas que presentan, estos pacientes suelen desarrollar otras alteraciones oculares secundarias. Entre ellas, destaca el glaucoma. También suelen desarrollar cataratas. Otro aspecto que también afecta enormemente el pronóstico visual de los pacientes es el desarrollo de una característica queratopatía, lo que provoca una progresiva opacidad y vascularización de la córnea.