Toni Bolaño
RTVE: El nuevo candidato debe salir de dentro del ente
El PSOE sugiere a Iglesias elegir a un presidente entre los propuestos por los trabajadores
El PSOE sugiere a Iglesias elegir a un presidente entre los propuestos por los trabajadores.
Lunes. 12 horas. Este es el día D y la hora H de la negociación entre Podemos y PSOE para presentar un candidato al Congreso para presidir RTVE. Hasta ahora ha sido un fracaso. Filtraciones interesadas, señalamiento de culpables, enfado de los trabajadores, críticas de la oposición, cabreo de algún designado y, lo peor, sin ningún nombre sobre la mesa. El último episodio de esta historia se produjo el viernes bien entrada la noche con una nueva reunión. Fuentes presentes en el encuentro explican a LA RAZÓN que Noelia Vera, portavoz de Podemos, y Juanma del Olmo, responsable de comunicación, piden disculpas por tres veces a Iván Redondo por lo sucedido durante el día.
El PSOE apela a reconducir la situación y sugiere que Podemos presente otro nombre «que salga de la lista de candidatos que el Consejo de Trabajadores de RTVE ha hecho llegar a socialistas y morados». Las reuniones de los negociadores continuan durante el fin de semana para seguir negociando. Se espera que esta cita se produzca una vez Iglesias ponga un nuevo nombre sobre la mesa. Hasta el momento, ha quemado a tres profesionales por una estrategia a todas luces errónea. Esta es la intrahistoria de la crisis parlamentaria más importante entre el PSOE y Podemos en este inicio de legislatura. Y no será la única.
El presidente del Gobierno había intensificado su agenda internacional. Macron, Merkel, cumbre Europea, socialistas franceses... En la agenda interior un punto clave: el nombramiento del presidente de RTVE. Antes de acudir a la cumbre Europea, Sánchez se reunió el miércoles por la noche con los negociadores del PSOE y acordó la estrategia a seguir. Llamar a Pablo Iglesias para explicarle que el candidato debía ser elegido por consenso, ofreciendo al líder de Podemos que moviera pieza y propusiera un candidato, «como una muestra de buena disposición». Iglesias aceptó.
El líder morado hizo los deberes. Eligió un nombre, llamó, le hizo la propuesta. La destinataria fue la directora de «Público», Ana Pardo de Vera. Fuentes de la negociación apuntan que en este punto, desde Podemos se filtra el nombre de la candidata a la prensa. Al tiempo, que también se filtra el nombre de Arsenio Escolar, el ex director de «20 minutos». Estas mismas fuentes apuntan que Iglesias tenía «la fundada» sospecha de que ese era el preferido del PSOE. El choque estaba servido.
Los negociadores socialistas niegan, por activa y pasiva, que propusieran ningún nombre porque «nosotros no teníamos que proponer ningún candidato. Eso era tarea de Iglesias». La filtración de los dos nombres a los medios «no sentó nada bien» en las filas socialistas que sospechaban que Iglesias la había utilizado para imponer su candidato «no para buscar un consenso». Las negociaciones quedaron bloqueadas.
La mañana del viernes, Pablo Iglesias es entrevistado en «Espejo Público» de Antena 3, y anuncia un nuevo nombre, el redactor jefe de «eldiario.es», Andrés Gil, para salir del punto muerto en el que se encontraban las negociaciones. El líder de Podemos vuelve a poner un nombre encima de la mesa sin comunicarlo al PSOE y desata las hostilidades. Con el Gobierno, con los partidos que son necesarios para que prospere la propuesta, con los trabajadores de RTVE y con la periodista Ana Pardo de Vera que «se siente utilizada», según apuntan en su entorno.
Sánchez desde Bruselas llama a Redondo y le pide que trate de enderezar la situación «mirando por los trabajadores y por una presidencia de consenso». Con esta tarea, Redondo acude al Congreso. Pardo de Vera se desayuna con la noticia y explota en las redes sociales. Considera que ha sido vetada por el PSOE y culpa «a un tal Iván» del veto. La periodista acababa de borrar 22.000 tuits «para evitarse problemas si era designada». Los negociadores de Podemos avalan esta percepción de la directora de «Público». Su versión era corroborar el enfado de la periodista porque «había sido vetada por Redondo» e Iglesias se había visto en la tesitura de cambiar de candidato «en aras del consenso». Esta versión fue desmentida vehementemente desde las filas socialistas. Los trabajadores de RTVE retomaron sus movilizaciones contra la manipulación informativa. Para completar el escenario de fracaso, PNV, ERC y PDeCAT mostraban sus reticencias a Andrés Gil. No por su profesionalidad, sino «por la forma de negociar del Gobierno y Podemos».
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