Europa pone firme a las plataformas

La Eurocámara presiona a servicios como Netflix para que aumenten al 30% su cuota de contenidos producidos en la Unión Europea.

La nueva era de internet ha obligado a Europa a actualizar su modelo audiovisual. La directiva audiovisual vigente, aprobada en 2010, se queda obsoleta para los nuevos tiempos, marcados por un tipo de espectador que se resigna a ser esclavo de la programación de las cadenas, y que elige a la carta «online» qué ver y cuándo en plataformas como Netflix o portales donde se cuelgan vídeos como YouTube o en Facebook. Por ello, el Parlamento Europeo ha aprobado una nueva ley que permite a los países obligar a los servicios de «streaming» en línea a financiar películas y programas europeos. Este acuerdo amplía la actual ley sobre normas de radiodifusión de la Unión Europea (UE) para regular estas plataformas como si se trataran de medios de radiodifusión tradicionales. Es decir, pasan a estar bajo tutela comunitaria, al igual que los 5.141 canales de televisión.

Con objeto de impulsar la diversidad cultural en el sector audiovisual europeo, la propuesta presentada por la Comisión Europea en 2016 exigía a los grandes operadores de «streaming» hasta un 20% de producción europea en su catálogo, pero la Eurocámara apostaba por elevar esta cifra. Finalmente, el Parlamento se ha puesto firme, obligándolas a ofrecer un mínimo del 30% de contenido europeo. «Hemos logrado negociar que un nivel similar de protección se aplica ahora también a los servicios de Internet, al igual que a los servicios clásicos de radiodifusión», apunta la eurodiputada Sabine Verheyen (democristiana), negociadora jefe de la Eurocámara para esta directiva.

Los liberales, en contra

Los Estados miembros tendrán la opción de exigir servicios de «streaming» no basados en ese país que contribuyan a la producción de obras europeas, mediante inversión directa en dichas obras o a través fondos nacionales. Sin duda, el nivel de exigencia para alcanzar una cuota de contenidos europeos ha generado discordia entre los veintiocho. Un cupo que sigue sin convencer a algunos, entre ellos, a los liberales –los más críticos– de la Eurocámara (grupo ALDE) como la estonia Yana Toom, quien asegura que la nueva ley representa un «instrumento legislativo inaplicable». También la eurodiputada sueca del Partido Popular (PPE) Anna Maria Corazza Bildt publicó en Twitter que había votado en contra, calificándola de «proteccionista» y «nada innovadora». En España, las cadenas generalias sobrepasan el 30 % y plataformas, como Netflix, HBO o Movistar+ no solo ofrecen contenido europeo, sino que también lo producen.

La renovación da la ley va mucho más allá del apoyo a la industria audiovisual europea. Igualdad para todos, también para el posicionamiento de productos infantiles. La normativa quiere mejorar la protección a los menores, y por ello, obliga a los operadores a actuar para frenar el contenido que incite a la violencia, el odio y el terrorismo. En este sentido, habrá nuevas reglas sobre publicidad y posicionamiento de productos en franjas infantiles. El texto deberá ser adoptado formalmente por los miembros de la UE, antes de su entrada en vigor, y tendrán 21 meses para trasladar los cambios a la legislación nacional.

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