Cataluña

La avispa asiática, una especie invasora que «ha venido para quedarse»

La Genaralitat ha puesto en marcha un Plan de lucha de un año de duración que prevé que el momento de mayor actividad sea la primavera del 2014, cuando las avispas madre harán los nuevos nidos y nacerán miles de avispas obreras.

El Departamento de Agricultura asegura que la avispa asiática "ha venido para quedarse"y que la lucha contra esta especie debe ser cuanto más rápida mejor y centrarse en intentar reducir su presencia para minimizar el daño a la producción de los apicultores.

Además de los ejemplares localizados en las comarcas de la Garrotxa y la Selva también se localizó otro, el pasado 5 de octubre, en el Ripollès.

Desde el departamento anunció ayer que a finales de este mes harán un censo con todos los ejemplares detectados.

La Genaralitat ha puesto en marcha un Plan de lucha de un año de duración que prevé que el momento de mayor actividad sea la primavera del 2014, cuando las avispas madre harán los nuevos nidos y nacerán miles de avispas obreras.

Desde que se detectó el primer ejemplar, el 17 de septiembre, la Generalitat ha recibido 58 avisos de posibles avistamientos, aunque sólo en tres lugares se han confirmado.

El subdirector de Biodiversidad del Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural, Ignasi Rodríguez, y el director de los Servicios Territoriales en Girona, Vicenç Estanyol, han querido destacar que no se trata de un insecto peligroso para los humanos.

En su opinión, tanto su medida como su picadura o la alergia que puede causar son iguales a las de una avispa autóctona, aunque han reconocido los daños que puede causar a la producción de los 253 apicultores censado, 38 de ellos en la comarca de la Garrotxa.

"Son innegables los efectos en la apicultura; una consecuencia de su presencia es que matan abejas, por lo tanto cae la producción de miel", han indicado.

Se han instalado 400 trampas por los apicultores y otras 150 por el departamento y por el momento no se ha encontrado el nido que se sospecha existe en la Garrotxa.

"La búsqueda por medio de diferentes métodos no ha dado resultado", ha dicho Rodríguez, que ha explicado que los nidos acostumbran estar en zonas altas, pueden llegar a medir un metro de diámetro y de cada uno pueden salir hasta 200 avispas madre y, de cada una de ellas, unas 1.500 avispas obreras.

El subdirector de Biodiversidad del Departamento de Agricultura, ha dicho que es muy importante que la destrucción del nido "se haga de forma profesional", puesto que "debe hacerse en la época, momento del día y metodología adecuada que permitan acabar totalmente con el nido cuando los ejemplares estén dentro".

Agricultura se da un mes de plazo para intentar encontrar el nido que se cree hay en la Garrotxa antes que las avispas madre invernen.

No obstante, la actuación clave se hará la primavera que viene, cuando las avispas madre harán un nido de fundación y criarán avispas obreras para que les ayuden a hacer el nido definitivo, momento en que se produce una mayor mortandad de abejas porque las avispas madre se vuelven más agresivas para alimentar a su larvas.

La Generalitat, conocedora de que esta especie está totalmente extendida en Francia y que avanza unos 100 kilómetros por año, sabía que "era cuestión de tiempo que acabara llegando aquí"y han mantenido que la previsión "es que gane territorio de manera natural".