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La belleza de Dresde ya curada de sus heridas

Es un viaje que se queda grabado en la retina

A esta bellísima ciudad no la destruyeron por completo durante la Segunda Guerra Mundial pero el daño que le causaron fue inmenso.

Victor Klemperer, un judío convertido al cristianismo escribió en sus diarios lo vivido el 13 y 14 de febrero de 1945 :

“Muy pronto se podía oír el zumbido cada vez más profundo y fuerte de los escuadrones que se acercaban, la luz se apagó, un estruendo de cerca... pausa para respirar, de rodillas, agazapado entre las sillas; de algunos grupos (se escuchan gemidos y llantos) - nuevo acercamiento, nuevo encuentro con el peligro de muerte, nuevo impacto. No sé cuántas veces se repitió eso”. A Klemperer le salvó ser cristiano para no ser enviado al campo de concentración.

La historia de la ciudad se remonta a más de 800 años.

Por su situación geográfica y sus tierras fértiles bañadas por el río Elba, favorecía la presencia de cazadores y colonizadores desde Carlomagno que cristianizó estas tierras a Enrico el fundador del Gran Ducado de Sajonia y de la Diócesis de Meissen en el año 929, y gracias a la designación de los Duques de Wettin, una casa dinástica de condes, duques, príncipes electores y monarcas alemanes que gobernaron el territorio de lo que hoy es el estado federado de Sajonia durante más de 800 años, Dresden destacó y algunos de sus representantes lograron también ser elegidos reyes de Polonia. Con los señores de Sajonia se inicia, en el año 1089, la dinastía más antigua alemana todavía existente que a su vez influenció en buena parte a la corte europea.

En el siglo XV, con la división del estado de Wetttin, se convierte Dresden en la residencia principal de los duques de Sajonia y así da inicio el ascenso de esta ciudad alemana convirtiéndola en un centro político, artístico, cultural y económico. Desde mil seiscientos setenta a mil setecientos treinta y tres, llegó a su máxima expresión el barroco agustiniano. Su inicio al parecer y según lo cuentan algunos historiadores, fue después de haber realizado un servicio de café dorado que fue obsequiado al príncipe y rey de Polonia Augusto II (Augusto el Fuerte). Desde ese momento se tiene referencia a los orígenes de la arquitectura de la ciudad que son sus joyas.

La visita a la ciudad en un momento histórico

Poco después de la caída del muro de Berlín, había que recorrer aquellos lugares en donde el aprendizaje dejaría huella a cualquiera que los visitara. Mi recorrido fue : Berlín, Potsdam, Dresde y Leipzig. Potsdam por visitar el Palacio Cecilienhof, Leipzig por conocer más de cerca la historia de los judíos en la ciudad y Dresde con su símbolo todavía en ruinas.

Hay imágenes que se quedan para siempre en la memoria y ver a la Frauenkirche semi destruida, fue impactante.Aún así, con esta imagen demoledora de una impresionante iglesia en ruinas y el contraste con el atardecer con el Elba, fue mágico.

Brühlsche Terrasse con la Academia de Bellas Artes
Brühlsche Terrasse con la Academia de Bellas ArtesDresden.deDresden.de

Dresde engancha

Es una ciudad para patearla entera. Es bella y emocionante. Vamos a arrancar por el Palacio Zwinger, un conjunto de espacios museísticos con colecciones de la época de Augusto II y III del siglo XVIII. Rafael, Tiziano, Canaletto, Rembrandt, Vermeer, Murillo, El Greco, Velázquez y artistas flamencos como Rubens...

De aquí nos vamos a la Frauenkirche, el símbolo de la “reconstrucción posguerra”

Ha sido reconstruida prácticamente al completo
Ha sido reconstruida prácticamente al completoPatrick Eichler

La iglesia barroca arrasada por los bombarderos británicos en la II Guerra Mundial y símbolo de la destrucción, volvió a ser consagrada el 30 de octubre de 2005 después de haberle curado sus graves heridas. No quería morir después de los bombardeos y permaneció en pie 48 horas, pero los fundamentos reblandecidos por el incendio causó su desplome. Por años se quedó así, rota y querían con ello enviar un mensaje contra las destrucciones que pueden provocar las guerras.

A los que entramos en ella después de la caída del muro de Berlín pisando los escombros, nos dejó una huella muy profunda pero ahora, la Frauenkirche brilla en todo su esplendor.

Vayamos al teatro de la ópera, el Semperoper en la Theaterplatz en el río Elba. Al entrar, dan ganas de decir Richard: ¿en dónde estás?. Estas paredes han contribuido a escribir buena parte de la música en Europa. Richard Wagner en 1845 y Richard Strauss han sido dos de los grandes músicos que han llenado con sus obras este espacio. Strauss presentó aquí veintiuna de sus obras en primicia mundial, incluyendo Salomé en 1905. El teatro nació en mil ochocientos cuarenta y uno y el nombre se lo debe a quién le dió vida, el constructor Gottfried Semper.

Pero en Dresde hay que disfrutar y mucho de los paseos y del ambiente de sus habitantes.

Nuestro próximo lugar os hará soñar y os saltará la duda si estáis en Alemania o en Italia. A la Brühlsche Terrasse" (Terraza de Brühl) enfrente del río se le puede llamar “la Florencia del Elba”

Brühl's Terrace. El lugar de encuentro y de paseo
Brühl's Terrace. El lugar de encuentro y de paseoSven Döring / Agentur Focus

Como el paseo es en este entorno, ahora toca ir a los sitios de los que saben disfrutarla de verdad. El restaurante Felix en el edificio Lebendige Haus - La Casa Viva- directamente a la terraza con vistas al Zwinger y otros edificios históricos. Un buen sitio para tomar café o un vinito y disfrutar de la ciudad. La carta ofrece una variedad interesante, desde una focaccia, pasando por los rollitos primavera, una sopa de alcachofas, roast beef, pato....y de postre chocolate por dar un ejemplo.

Y como dentro de nuestro paseo veremos el Jardín de Augustus des Starken ( “el Gobernador”) conozcamos algo de su historia. Sin duda el más famoso en la historia de Dresde. Las fiestas era lo suyo, ostentosas y con pompa y no faltaban las fiestas de máscaras que duraban semanas. Amaba también el arte y al artista Johann Melchior Dinglinger le pidió que realizara diversas colecciones. Si durante nuestro recorrido hemos conocido el Zwinger , la Frauenkirche , el Castillo Pillnitz y muchas otras cosas, estos edificios característicos de la arquitectura de Dresde, fueron construidas durante su reinado. El Rey tenía tanta fama de mujeriego que los mentideros de la villa le adjudicaron doscientos sesenta y siete hijos. Con relación a sus amantes, al parecer su favorita o la más conocida fue la Condesa Cosel. Nos os perdáis su historia:

La Condesa Cosel

Fue la amante del Rey durante seis años. Era tremendamente ambiciosa. Influyó durante un tiempo en la política hasta que el amor se extinguió. Augustus al final la puso detrás de las rejas para el resto de sus días. Perteneciente a una antigua familia noble. Nació en mil seiscientos ochenta y a los catorce años, se convirtió en la dama de honor de la princesa Sophie Amalie de Schleswig-Holstein. Cuando la princesa se casó con el príncipe heredero de Braunschweig-Wolfenbüttel en 1695, los acompañó al palacio del príncipe como dama de honor. Un embarazo ilegítimo puso fin a su estancia en la corte en 1703. Poco después fue cortejada por el principal recaudador de impuestos y consejero de Sajonia, Adolf Magnus von Hoym, con quien se casó, el 2 de junio de 1703 en Depenau.

Cuando el Rey Augusto el Fuerte la vio en un baile por primera vez su belleza lo cautivó en el acto. Sus encuentros se sucedieron cada vez con más frecuencia. Ella se negó a ser solo su amante y le exigió una promesa escrita de matrimonio que la convertiría en su esposa legítima y que todos los hijos que resulten de esta relación, sean reconocidos por él y también tengan derecho a herencia. En febrero de 1706, el emperador la elevó al rango de condesa imperial con el nombre de Anna Constantia von Cosel y el Taschenbergpalais se convierte en su residencia que fue construido especialmente para ella. Siempre estuvo al lado del Rey y no se alejaba nunca, inclusive durante la Guerra del Norte. Ella trató de influir en él en asuntos de mucha envergadura. En 1712, la relación ya no es lo que era. Después de que los rumores de su inminente caída ya habían comenzado en 1708, una nueva amante polaca aparece en escena. El Rey le da prioridad a la condesa Dönhoff. En diciembre de 1713, la relación finalmente termina. El Rey le pide que le devuelva aquel documento firmado en donde le concede matrimonio y los beneficios propios de la esposa del Rey pero ella se niega a entregarlo y huye a Berlín en mil setecientos quince. Intentó recaudar dinero en Leipzig y más adelante y a través de unas negociaciones con el Rey de Prusia, fue entregada a Sajonia en noviembre de 1716 e inicialmente mantenida cautiva en el castillo de Nossen y finalmente en diciembre y por decreto al castillo de Stolpen. Murió el 31 de mayo de 1765, a la edad de 85 años. Con la muerte de Augusto el Fuerte la Condesa podía haber abandonado el castillo pero finalmente allí se quedó.

Y después de esta historia de la cual apetece intercambiar opiniones ¿por qué no tomamos un café entre el Zwinger y el Semperoper. ¡Nos vemos en el Altemeister!