Viajes

Avalancha: " Baja el ruido y la nube, y te das cuenta de que estás vivo”

Jordi Bou, natural de Vic, es un guía de alta montaña y miembro de la Asociación Española de Guías de Montaña, con muchísimos años de experiencia ejerciendo y ofreciendo sus servicios a aquellas personas amateurs que desean introducirse o mejorar en deportes de montaña como la escalada clásica, la escalada en hielo, el alpinismo, el esquí de travesía…

Jordi Bou, conduciendo a su segundo cliente más longevo de 75 años a la cima del Comabona en el Parque Natural del Cadí – Moixeró.
Jordi Bou, conduciendo a su segundo cliente más longevo de 75 años a la cima del Comabona en el Parque Natural del Cadí – Moixeró.La RazónLa Razón

Por su trabajo pero sobre todo por su pasión por lo que hace, se conoce muy bien cada palmo de Cataluña y los Pirineos, sin descuidar los Alpes donde también ha realizado muchísimas incursiones. Personaje que cuenta las historias con entusiasmo pero de perfil bajo porque rehúye del protagonismo, también ha escalado en lugares emblemáticos como el Parque Nacional Yosemite, y en países de gran tradición como Canadá, Pakistán y Perú.

Cuando eres ajeno al montañismo probablemente no te paras a pensar en la importancia de la seguridad cuando se practican actividades en la montaña. Los riesgos pueden ser variados por errores humanos o por fenómenos meteorológicos o naturales, como son los aludes.

Jordi Bou cuando sale con sus clientes se caracteriza por ser un guía que da especial importancia a la seguridad en la montaña. Incluso en condiciones de poca probabilidad de aludes, siempre te hace llevar el material completo de seguridad: casco, arva, sonda y pala. Según nos comenta Jordi Bou, los GRAE (Grupo de Actuaciones Especiales) que es la unidad de bomberos de la Generalidad de Cataluña, la mayoría de los accidentes se producen por no llevar el equipo apropiado, tener la formación necesaria, y haber planificado correctamente la actividad.

La historia de Jordi Bou no nos dejó indiferentes. Hasta hace poco no habíamos conocido a una persona que hubiese vivido un alud, y en su caso cuando comenzamos la entrevista, nos certificó que ha tenido tres experiencias con este fenómeno que puede resultar mortal.

Jordi Bou, en el macizo des Écrins en los Alpes franceses. En esta ocasión realizaron una ascensión en el día superando los 1.200 metros de desnivel hasta alcanzar la cima. Tres horas y media en la aproximación y 12 horas de escalada
Jordi Bou, en el macizo des Écrins en los Alpes franceses. En esta ocasión realizaron una ascensión en el día superando los 1.200 metros de desnivel hasta alcanzar la cima. Tres horas y media en la aproximación y 12 horas de escaladaLa RazónLa Razón

La primera vez que estuvo cerca de un alud fue a principio de los años 90, en el maravilloso Parque Natural del Cadí-Moixeró. Se les rompió una placa debajo de donde estaban pero afortunadamente no les afectó.

La segunda experiencia la vivió en la cara sur del Mont Blanc, en el lado italiano. Estaban escalando una complicada cascada de hielo orientada al oeste, con un muro de 90º grados, que es probablemente lo que les salvó la vida.

Estas cascadas de agua, en invierno se congelan haciendo las delicias de los alpinistas, y además, canalizan toda la nieve cuando cae de arriba. Empezaron a escalar tarde, y el sol había calentado la nieve de la parte superior, se ablandó y provocó una gran avalancha de nieve húmeda, que consistió en un desplome de toneladas de nieve primavera precipitándose por la misma cascada que estaban escalando.

Debido a la dificultad de la vía, y el desplome de la pared, la avalancha les pasó por encima, como si de un salto de agua se tratase, sin ningún tipo de consecuencias para ellos. De lo contrario, el alud se los habría llevado por delante.

Llegando a la cima del Tuc de Ratera en el Parque Nacional de Aigüestortes i St. Maurici.
Llegando a la cima del Tuc de Ratera en el Parque Nacional de Aigüestortes i St. Maurici.La RazónLa Razón

Sin embargo, fue la tercera experiencia la que definitivamente engulliría a Jordi Bou entre bloques de hielo y nieve. Fue a realizar escalada en hielo en el denominado triángulo de Tacul, macizo del Mont Blanc, con su amigo Roger Soler. Cuando estaban aproximándose al inicio de la vía para comenzar la “goulotte” de hielo, se precipitó un serac (bloque grande de hielo) de enormes dimensiones provocando además una avalancha de nieve polvo dividida en dos lenguas. Los dos escaladores comenzaron a correr para evitar ser capturados por la avalancha, sin embargo, una de las dos lenguas alcanzó a Jordi y la otra engulló a otra escaladora, Rocío que también se encontraba en la zona. Por suerte, Roger se quedó entre las dos lenguas lo que le permitió intentar visualizar dónde podrían encontrarse los cuerpos de Jordi y Rocío.

Según Jordi Bou, lo primero que oyes es un ruido seco, fuerte como un petardo de traca final y empieza a desencadenarse todo. Una gran nube de polvo blanco que te hace perder la visibilidad y viene a toda velocidad hacia ti. La onda expansiva te da un golpe que te catapulta y que te provoca una pérdida de oxígeno. A Jordi, la avalancha le cubrió todo el cuerpo menos la cabeza. Según explica con gran templanza: “Baja el ruido y la nube y te das cuenta de que estás vivo”.

Se queda inmóvil porque está sepultado y es imposible moverse, es algo característico en las aludes. Roger, su compañero de escalada y quien tuvo suerte de no ser arrastrado por la avalancha puede ver donde se encuentra enterrado Jordi. Se acerca a él, y con la ayuda de un piolet consigue con mucho esfuerzo liberar a Jordi. Como comenta Jordi, en aquel momento no iban provistos ni de arva, pala y sonda, tres herramientas esenciales para actuar contra los accidentes de aludes.

Una vez liberado Jordi empiezan a buscar a Rocío quien también había sido engullida por la segunda lengua. Comenzaron a rastrear el terreno en diagonal, buscando cualquier indicio en la superficie para poder localizar a la escaladora. El casco, la mochila, una mano, lo que fuera. Finalmente, encontraron un pequeño trocito del anorak rojo, lo que fue determinante para desenterrar a la alpinista que se encontraba al límite de oxígeno.

Afortunadamente todo terminó bien para los tres deportistas. Esta experiencia nada tuvo que ver con que Jordi Bou tomara, años más tarde, la decisión de formarse como Guía de Alta Montaña: " fue para aprender más y sobre todo acompañar a la gente a la montaña y verlos disfrutar.

La mole de granito Grand Capucin en el corazón del Mont Blanc
La mole de granito Grand Capucin en el corazón del Mont BlancLa RazónLa Razón

Le preguntamos a Jordi ¿Cómo se puede minimizar los riesgos en la montaña?

Lo primero que hay que tener claro es que “en la montaña nunca estaremos al 100% seguros, siempre se puede producir un alud o un desprendimiento de rocas, o un cambio repentino de las condiciones meteorológicas”.

Sin embargo, los riesgos en la montaña se pueden minimizar mediante: formación, información, planificación y equipo.

Formación. Una forma muy interesante de formarse es mediante la contratación de guías de montaña, quienes podrán personalizar y adaptar la formación a tus necesidades.

También puedes acudir a los distintos cursos que ofrece la FEEC (Federació d´Entitats Excurioniste de Catalunya) y otros centros y asociaciones de excursionismo. También me gustaría destacar la Asociación para el Conocimiento de la Nieve y los Aludes (ACNA) que también ofrecen formación muy específica sobre varios aspectos de la nieve.

Información: Respecto a la práctica deportiva de deportes invernales hoy en día contamos con bastantes fuentes de información, no solo sobre la meteorología que nos vamos a encontrar si no también existen buenos boletines de aludes. Os recomendamos las siguientes fuentes: Meteomuntanya, que nos permite consultar la predicción de las cimas catalanas, entre otra información relevante para planificar nuestra ruta. También es muy útil el Boletín de Peligro de Aludes que publica regularmente el Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña.

Planificación: la planificación de la actividad es fundamental. Básicamente consiste en conocer bien el nivel del grupo, estudiar la ruta que queremos realizar, el material que vamos a necesitar, consultar la meteorología, y también comunicar a una persona cercana la actividad que queremos realizar especificando el lugar y horario que hayamos planificado. Antes de enfrentarte a una ruta, es importante que hayas realizado una buena planificación de la misma, es la mejor forma de minimizar riesgos.

Equipo: cada actividad en la montaña requiere de un equipo, y uno siempre debe estar provisto de este. Afortunadamente hoy en día es fácil adquirir el equipo necesario porque contamos con tiendas muy especializadas donde podrán asesorarnos perfectamente sobre el equipo que necesitaremos en función de cada actividad. Para este tipo de material, siempre es recomendable acudir a los profesionales de estas tiendas, como Barrabes, Vértic,… o una de las mejores que existen en Cataluña Montanyà (en Vic).

Tienda Montanyà, en VIC unos auténticos especialistas en equipamiento de montaña. Además, han habilitado una zona para realizar formación
Tienda Montanyà, en VIC unos auténticos especialistas en equipamiento de montaña. Además, han habilitado una zona para realizar formaciónLa RazónLa Razón

Finalmente, tal vez la mejor forma de minimizar los riesgos en la montaña es simplemente contratando los servicios de un Guía de Alta Montaña. Entre otras cosas, porque estos profesionales, han sido formados para garantizar nuestra seguridad, y además, ellos son los que realizarán la planificación y asesoramiento del equipo necesario en cada actividad.

Como comenta Jordi Bou, “si el montañero quiere ir seguro y tranquilo es preferible contratar un guía. Aunque eso no es 100% seguro, ayuda a minimizar el peligro, te llevará a los sitios más bonito y, te permitirá realizar actividades más exigentes que sino lo contratas”.

Jordi Bou también quiere destacar que actualmente su sector está bien regulado: “hay escuelas reguladas, asociaciones que velan para que no haya intrusismo y guías falsos. Te puedes hacer socio y te reconoce como figura titulada y cualquiera que tenga duda puede consultar si es un guía profesional Además, contamos con seguro de RC y otro de Accidentes”. Tal vez lo que si que lamenta Jordi es que no haya más reconocimiento social e institucional por el trabajo que realizan: “al fin y al cabo los guías lo que dan es seguridad para los que están en la zona y siempre ayudamos. Nuestra presencia ayuda y es garantía de buenas practicas e instrucciones”.

Jordi Bou escalda en roca en Dolomites di Brenta.
Jordi Bou escalda en roca en Dolomites di Brenta.La RazónLa Razón