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Viajes

Nayarit no solo se vive, «se siente»

Este encantador estado mexicano se muestra paradisiaco, salvaje y místico, perfecto para cualquier viajero que busque un destino con personalidad propia

Atardecer infinito en Sayulita, uno de los nueve Pueblos Mágicos de Nayarit Fotografía Pedro Daniel García

Nayarit es sinónimo de autenticidad. Playas de ensueño, majestuosas montañas y encantadores Pueblos Mágicos llenos de tradiciones. Mar, tierra o aire. Lo que cada uno prefiera este entrañable destino lo ofrece.

Si se abre un libro de viajes de Nayarit, será muy difícil cerrarlo, y es que las fotografías de playas prístinas, bonitos pueblitos y, entre otras cosas, de una gastronomía seductora atrapan desde el primer momento. Es imposible resistirse al deseo de conocerla.

Uno de sus atractivos principales son sus más de 300 km de salvaje costa llamada Riviera Nayarit, a la que cariñosamente azota la incansable fuerza del mayor océano del mundo, el Pacífico. Algo destacable en esta hermosa costa es que aún resulta posible pasear durante una hora por alguna de sus playas sin toparse con un alma. Sí, esta riviera vive «volcada al mar», en todo su significado.

Pero Nayarit no solo es playa, sino un conjunto de montañas, volcanes, cascadas escondidas… y amables gentes. Ofrece, también, una veintena de encantadores municipios, sin olvidar que atesora nueve Pueblos Mágicos (municipios con una identidad única, enraizada en leyendas, arquitectura colonial, cultura viva y un profundo vínculo con las raíces del país). Así que, si lo que se busca es un destino en el que crear conexiones con la naturaleza, con lo místico e incluso con uno mismo, Nayarit es perfecto.

En su capital, Tepic, abrazada por majestuosas montañas se puede percibir la esencia que da luz y forma a Nayarit Fotografía Pedro Daniel García

La mejor manera de sumergirse en la esencia de Nayarit es visitar diferentes localidades que no se asimilen para deleitarse con su rica diversidad. Por ejemplo, un Pueblo Mágico costero como San Blas; otro de interior como Jala; su capital, Tepic; y por último uno de sus puntos más turísticos y bohemios, Sayulita.

Pueblos Mágicos: entre la melancolía de San Blas y el misticismo volcánico de Jala

¿Qué decir del famoso Pueblo Mágico de San Blas? Playas vírgenes de oleaje suave, rincones secretos, pintorescas calles y una bella así como triste historia de amor.

Visitar San Blas es transportarse a otro tiempo, a otro ritmo. En este pueblito los días se viven y respiran distinto, lento, pausado y con cariño. Sin duda, podría ser uno de esos lugares que están en la lista de todo viajero experiencial. Y de todo romántico.

La historia y leyenda de amor de «la loca de San Blas», Rebeca Méndez, traspasó fronteras y llevó San Blas por el mundo sin previo aviso a través de la popular canción «En el muelle de San Blas» de Maná. Lo cierto es que no se sabe con certeza si ella fue la protagonista de esta canción. Pero de lo que sí que no hay duda, pues la recuerdan los ancianos del pueblo, es que ella se vestía de novia e iba al antiguo muelle de San Blas a esperar desolada a su amor, que un día partió y no regresó.

Aguardó durante años, yendo cada día al muelle con su vestido nupcial blanco. Enloqueció de amor. Murió en el 2012 y sus cenizas se esparcieron entre las olas del mar que acarician el muelle. Sea o no sea la protagonista de la letra de «En el muelle de San Blas», Rebeca existió y su amor, locura e historia fue real.

En San Blas existen dos muelles: el antiguo, donde Rebeca Méndez esperó durante años a su amor, y el muelle nuevo, este con forma de cruz Fotografía Pedro Daniel García

Como apunte importante, en San Blas existen dos muelles: el antiguo, donde Rebeca Méndez esperó durante años a su amor, y el muelle nuevo, con forma de cruz e inaugurado en 2017. El muelle viejo, como lo llaman los locales, actualmente está abandonado; contemplarlo e imaginar la interminable espera y dolor de Rebeca eriza la piel.

Por otro lado, Jala, Pueblo Mágico también, es de interior y se alza a los pies de un imponente volcán aún activo, el Ceboruco. Su belleza natural es arrebatadora. Senderos volcánicos y misticismo ancestral son su seña de identidad. No en vano fue el primer Pueblo Mágico nayaritense.

Ver el amanecer desde la cumbre del Ceboruco es un antes y un después en la vida. Durante la subida se puede sentir su embriagadora energía y un continuo y suave viento que huele a tranquilidad y calma. Es un destino ideal en el marco del slow travel.

Caminar por las empedradas e irregulares calles de Jala es adentrarse en barrios con sellos característicos que muestran casonas de típica arquitectura y cálido sabor a pasado. Asimismo, su joya arquitectónica de más de 150 años, la Basílica de Jala, construida con cantera color rosa, verde y amarillo, resulta por sí sola un motivo para visitar este pueblito.

Esta basílica de Jala con más de 150 años es una joya arquitectónicaFotografía Pedro Daniel García

Tierra de curanderos y creencias, allí es habitual realizar «limpiezas energéticas» y otros rituales ancestrales. Y mención especial merecen sus atardeceres de ensueño en el que el cielo se pinta de indescriptibles colores creando un espectáculo visual inigualable.

Tepic: corazón colonial y un interesante festival semanal

En la capital del estado, Tepic, se puede percibir la esencia que da luz y forma a Nayarit. Considerada en sí misma un monumento colonial, la abrazan majestuosas montañas y es cuna de ilustres personajes como el escritor Amado Nervo.

Su pasado indígena es muy interesante, así como explorar su bonito centro histórico. Además, como gran aliciente desde hace cinco meses, cada viernes se celebra un interesante evento organizado por la Secretaría de Turismo, el Festival de Colores y Sabores de Nayarit.

Esta cita semanal tiene lugar en la explanada del antiguo Convento de Santa Cruz y su objetivo es preservar y promover las tradiciones culturales de Nayarit, su gran diversidad y riqueza. Es una plataforma para que los artesanos y productores locales muestren su trabajo en este espacio creado para el disfrute de locales y turistas. Cada viernes participan diferentes municipios, que ofrecen puestecitos de artesanías, curanderos, gastronomía y actuaciones musicales. El ambiente es festivo, acogedor y facilita la conexión con esta entrañable tierra mexicana. Una experiencia que deja huella.

Chamán en el Festival de Colores y Sabores de NayaritFotografía Pedro Daniel García

Sayulita: surf, arte y vibras bohemias

Calles coloridas y atardeceres infinitos es lo perfecto para cerrar este circuito diverso de localidades nayaritenses. Se trata de Sayulita, un Pueblo Mágico de moda entre los turistas, muy famoso por ser una meca del surf, por su deliciosa comida y ambiente bohemio.

En su atmósfera flotan las buenas vibras y una filosofía centrada en el disfrute de la vida. Destaca su alegre y activa vida nocturna con numerosos restaurantes, cafeterías y bares, así como música en directo en sus calles. Asimismo, Sayulita emana arte de sus muchas galerías y estudios donde se pueden encontrar obras de artistas locales y nacionales.

No hay duda, Nayarit, paradisíaca, salvaje y mística como ya se ha indicado, resulta un destino de acierto seguro para cualquier viajero que busque una experiencia única y auténtica en México.