Viajes
Toledo: Nuevas luces para desvelar el tiempo
Aprender oficios artesanos, volar sobre el Tajo al anochecer, disfrutar del arte renacentista en el Hotel Áurea y vibrar en la Catedral Primada con el premiado Vídeo Mapping «Lumina». Sí, convendría volver a Toledo
El sonido embaucador, preciso y melodioso del pequeño martillo sobre el cincel resuena desde tiempos lejanos en el laberinto histórico que es Toledo. Y, en la memoria de José Augusto, en el patio de su infancia. El que se ubicaba en la casa número 1 del Callejón del Vicario, a unos 100 metros de la catedral. El que recogía, como si de un aljibe de ataujía se tratara, las corrientes que, con hilos de oro y plata, fluían entre las manos de algunos maestros artesanos. No importaba que arreciara el frío del invierno, que se atemperaba con una manta, calor de hogar, geometría y muchas tardes de ajedrez bajo la luz de las velas, o que el bochorno mantuviera en duermevela más de una noche toledana. El rumor de aquel claustro vecinal apenas descansaba, aunque su musicalidad no se debía al canto del agua, deleite que tanto apreciaban los árabes, sino al meticuloso y constante matear que se escapaba tras las ventanas: eran varios los moradores que se dedicaban al noble arte, casi extinto, de damasquinar a mano cada pieza.
No faltaron en aquel patio los juegos con canicas, los trucos de magia o los hallazgos de la pequeña pandilla de José, que compensaba la falta de móviles con una imaginación desbordante, repleta de fabulosos descubrimientos arqueológicos y vasijas de oro por desenterrar. Sí, convendría escuchar a los niños, porque lo cierto es que no andaban nada desencaminados. A escasos metros del sitio de su recreo, el tesoro real latía bajo el sopor de innumerables capas de cal, repartido en distintas dependencias de la casa 1 y las 6 fincas-patio colindantes que conforman el Hotel Áurea Toledo, y donde incluso había establos y huertos.
Cuarenta años después, atónito y emocionado, este hombre que de muchacho aprendió el oficio con su padre, el conocido Fuentes, contempla la fuerza policromada de escudos nobiliarios y los delicados alfarjes mozárabes labrados con formas en espiga. Un pasado asombroso que se puede disfrutar en las visitas guiadas que organiza el hotel (aunque no se esté alojado) y que transcurre, entre las exclamaciones de un nutrido grupo, por el SPA, alguna de sus 66 habitaciones (no hay dos iguales), el restaurante (delicioso su desayuno) e incluso las profundas cisternas aledañas a la recepción. Un trabajo arqueológico de envergadura que se ha dilatado a lo largo de casi dos décadas y ha despertado el brillo de un legado datado entre los siglos XI y XVII. Una restauración patrimonial paciente y hermosa que no ha sido un juego de niños, aunque pernoctar en sus estancias reformadas a capricho, donde solo se escucha el silencio, campanas lejanas y algún trino matutino, sea lo más parecido a dormir con la placidez de un bebé.
Toledo reconquista
La colina que se yergue sobre el río más largo de España llegó a albergar cerca de 50.000 almas en su casco antiguo. En la actualidad apenas alcanzan las 9.000 y, de ellas, son varias las que han soñado un nuevo Toledo. Aprender el complejo proceso del damasquinado en la Casa Palacio Rincón de la Catedral, donde también se llevan a cabo iniciativas muy interesantes como cenas temáticas, es aproximarse a un oficio milenario. Óscar Martín, uno de los contados maestros que aún perduran, comparte su paciencia y sabiduría en el entorno relajado de este antiguo palacio que data del siglo IX. Su taller es único para desentrañar algunos secretos de este arte que consiste en domar filamentos de metales nobles sobre hierro. Durante 90 minutos, los asistentes trabajan una pieza, que puede ser una inicial o un motivo geométrico libre. Y si bien es imposible recrear los profusos dibujos árabes o renacentistas, cada «artesano por un día» se lleva incrustada en el alma una sensación de paz, una experiencia artística y un pensamiento recurrente: esta maestría es, a todas luces, invaluable.
No importa que la recorras una o mil veces: siempre hay un pretexto para volver a la ciudad imperial de Carlos I de España y V de Alemania. Una excusa perfecta es descubrir algún hallazgo escondido entre sus estratos árabes, cristianos y judíos. Los Baños de Cenizal y Caballel, El Pozo del Salvador o las Cuevas de Hércules son paradas dentro de las Rutas de Patrimonio Desconocido que, previa reserva, se disfrutan de martes a sábado gracias al Consorcio de Toledo. En este peregrinaje único por la ciudad de las tres culturas no puede obviarse El Corral de Don Diego, ejemplo de urbanismo medieval y, antaño, lugar de encuentro para mercaderes de seda y artesanos. Destaca el impactante Salón Rico, uno de los habitáculos que conformaban el Palacio de Trastámara: un cuadrado de 10x10 metros que condensa belleza e historia, ya que bajo su maravilloso artesonado mudéjar desfilaron nobles e invitados de la próspera dinastía. Desde su rehabilitación, esta joya se ha convertido en ágora cultural. Si se desea profundizar aún más, las visitas guiadas que organiza Pasearte Toledo son ideales para descubrir las leyendas que deambulan entre callejuelas estrechas, monasterios y monumentos incomparables. De día o de noche, sus guías especializados siempre sorprenden con sus conocimientos y con más de un dato desconocido.
La plaza de Zocodover, el Alcázar o la Sinagoga del Tránsito son algunos hitos dignos de revisitar. No obstante, deambular por las empinadas calles aledañas que se elevan sobre el meandro más histórico de la Península y que, por arte de magia, quedan desiertas, es una manera perfecta de rendirse a la fascinación que provoca esta ciudad tantas veces cantada en la literatura. El libro de viajes escrito por Juan Eslava Galán, y editado por la Editorial Tintablanca dentro de su Colección Ciudades Patrimonio de la Humanidad, es una excelente recomendación para seguir indagando.
Merece la pena apreciar la gastronomía en el laureado restaurante Venta de Aires
Entre tanto trasiego es importante dejar un tiempo para apreciar la gastronomía. Un acierto es el centenario y laureado Venta de Aires. El paseo desde el casco histórico hasta el restaurante más antiguo de la ciudad es especialmente agradable, casi tanto como la sensación acogedora que espera tras el umbral. Se respira historia, no solo porque está situado en el corazón del circo romano o porque desde 1891 acudían los obreros de la cercana Fábrica de Armas o, desde 1923, los miembros de la «Orden de Toledo» que fundó Buñuel. Actualmente, son muchos los clientes que aprecian la calidez de sus artesonados, los platos de caza de su coqueto comedor y su variedad de arroces. El meloso es delicioso, más aún en buena compañía.
Hasta la venta llegaban los pescadores del Puente de San Martín, monumento obligado si se pretende una ruta más intrépida por Toledo. El Tirol austriaco fue, de hecho, la inspiración de Diego. Desde hace unos años, familias enteras (el récord lo ostenta un abuelo de 92 años), escolares e incluso parejas de recién casados (el Monasterio de San Juan de los Reyes está próximo) vencen el discreto vértigo de la tirolina que transcurre paralela a este Bien de Interés Cultural. A 25 kilómetros por hora y con todas las medidas de seguridad inimaginables, «Fly Toledo» permite cumplir el sueño de volar. ¡Imposible apartar la mirada de los ojos medievales, que se alzan sobre el Tajo y se iluminan entre crepúsculos de película!
En esta ciudad, hasta los pasos más perdidos se premian con una revelación silenciosa
En esta ciudad, hasta los pasos más perdidos se premian con una revelación silenciosa
En Toledo no todas las calles conducen a Roma, pero hasta los pasos más perdidos se premian con una revelación silenciosa.«Lumina» ensalza, aún más, la inconmensurable belleza de la Catedral Primada, a punto de cumplir su octavo centenario. Premiado como el Mejor Vídeo Mapping de España en 2024 durante la IV Edición de los Premios AV Integración, esta impresionante iniciativa cultural nocturna constituye por sí misma la razón para enamorarse, una vez más, de la ciudad. Todo es luz en esta experiencia inmersiva.
La concienzuda investigación histórico-artística del monumento y su patrimonio. La pasión del equipo humano de Meraki Cultura Audiovisual, conformado por una treintena de expertos, entre los que se encuentran historiadores, ingenieros de audiovisuales o musicólogos. Las voces de Jordi Boixaderas (doblador de Russell Crowe en «Gladiator») y Belén Roca (Arwen en «El Señor de los Anillos»), que relatan un apasionante guion audiovisual y espiritual frente a la Capilla de la Descensión, El Transparente o el Crucero. La exquisita banda sonora elegida «ad hoc», con partituras eternas de Mozart o Haendel. Una obra de arte sensorial gestada durante más de 10 años y alumbrada cada noche de seis largos meses. De camino al Hotel Áurea, a escasos dos minutos, el recuerdo de «Lumina» y las palabras del Eclesiastés 3 amenizan, con silenciosa complicidad, el breve trayecto cuesta abajo. «Todo tiene su tiempo y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora». Sí, convendría volver a Toledo.