
Fitur 2025
Torremolinos: un destino con espíritu visionario
A pesar de su modesto tamaño, este municipio malagueño es conocido y apreciado mundialmente por sus incalculables tesoros turísticos

Al echar la vista atrás, siempre parece que todas las piezas encajan; que lo que fuimos, somos y seremos tiene un sentido y una lógica que solo percibimos con el paso del tiempo.
Quien conoce Torremolinos probablemente haga esta reflexión respecto a su relación con el turismo: que todo encajó en un momento determinado para alumbrar una ciudad que ha escrito sus últimas seis décadas de historia de la mano de esta industria, lo que sin duda le ha llevado a ser, a pesar de su modesto tamaño, un lugar conocido mundialmente.
Pero no, nada de esto es casualidad y las piezas no encajan por sí solas, sino que lo hacen en torno a un espíritu visionario que fue determinante a finales de los años 50 y que empieza a volver a serlo. Por eso, este destino acude a la Feria Internacional de Turismo de Madrid con un claim que es una declaración de intenciones: Visionarios.
Porque Torremolinos enfrenta ahora una revolución como la que experimentó hace más de 60 años, y vuelve a hacerlo bajo ese mismo prisma visionario, que en esta ocasión afronta los retos actuales de la industria turística, principal segmento económico de Torremolinos y de toda España; y lo hace desde el convencimiento de que el turismo es el mejor aliado para llevarlo a cabo.
En este sentido, la ciudad lleva inmersa desde hace tres años en un proceso de regeneración urbana que conlleva una reconversión estética, económica, social y cultural y que ya empieza a ser visible en algunos emplazamientos, como es la plaza Vicente Aleixandre, en El Calvario; la remodelación, ya en marcha de la plaza de La Nogalera, símbolo de la diversidad y centro neurálgico de Torremolinos; o la reconversión de un antiguo mercado municipal en un centro multidisciplinar dedicado a la innovación. El sector privado también está siendo clave en este proceso, implicación que ha dado como resultado la desaparición del Hotel Los Álamos, en ruina desde hace años, para dar paso a Oceánika, un proyecto de «coliving» dirigido a nómadas digitales y que prevé abrir sus puertas a finales de 2025.
Asimismo, distintos establecimientos hotelero de Torremolinos siguen apostando por la renovación de sus instalaciones, sustentadas en criterios de eficiencia energética y sostenibilidad, con inversiones millonarias que, en el horizonte de los próximos dos años alcanzarán, en el caso de la planta hotelera de la ciudad, los cincuenta millones de euros.
La regeneración urbana pasa también por una transformación de la movilidad y un compromiso firme con la accesibilidad. Precisamente por ello, el parque de La Batería cuenta ya con un ascensor que conecta este emblemático lugar con la Avenida Carlota Alessandri y La Carihuela, uniéndose a otros equipamientos similares, como los ascensores del Camino de la Playa y de Plaza Panorama, que facilitan al viandante salvar el desnivel entre el litoral y la parte central y norte de la ciudad. Este proceso de regeneración no se da solo en nuevos equipamientos e infraestructuras, sino que también supone la apuesta por una cultura renovada en una ciudad que es reclamo de vanguardia y que se encuentra estrechamente ligada, a través de algunos de sus poetas y de la Revista Litoral, a la Generación del 27. Parte importante del legado y patrimonio de una ciudad que también será protagonista en los próximos meses, con el inicio del proyecto de rehabilitación de la Casa de María Barrabino.
Una intensa agenda cultural
Igualmente, la agenda cultural se renueva y aumenta en calidad con eventos únicos como el Pride, que cumple 10 años como faro de diversidad; la Virgen del Carmen de La Carihuela; Torremolinos Cinema, a su vez certamen y también sección fija del Festival de Cine de Málaga; y espacios con una vibrante actividad como el Centro Cultural Pablo Ruiz Picasso, el Molino del Inca y su Jardín Zen, o el Mirador de Sansueña.
El deporte también forma parte de la identidad de Torremolinos, y como parte de esta revolución, la ciudad apuesta por una agenda deportiva que este 2024 protagonizó uno de los principales hitos de la historia de la ciudad, como es el haber sido sede de un Mundial de Triatlón, lo que consolidó la referencia internacional de Torremolinos en el segmento deportivo. Una apuesta que crece y que propone la integración de la ciudad con su entorno natural a través de diferentes actividades como la creación de circuitos de orientación y senderismo tanto en la sierra como en lugares destacados del municipio; o mirando hacia el mar, apostando por el turismo azul con la creación en los próximos meses de una base náutica en la playa de Los Álamos.
Y cómo no citar su rica y variada gastronomía, que conjuga sus tradicionales tapas, el pescaito frito y sus espetos de sardinas con la cocina más moderna e innovadora; un suculento reclamo para los turistas.

Torremolinos afronta su futuro con la aspiración común de ser mejores, renovando todo aquello que necesita ser mejorado, y preservando su esencia y su especial relación con el turismo, forjado en ese espíritu visionario que convierten al origen del paraíso en uno de los lugares más especiales del mundo.
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