Política

Videos

El empresario que pagó comisiones a Pere y Josep admite que no hubo contrato

Los intervinientes en la venta de un hotel en 2007 niegan que los hermanos, que hoy declaran en la Audiencia, mediaran en la operación.

Los hermanos Pere y Josep Pujol Ferrusola a su llegada a la Audiencia Nacional
Los hermanos Pere y Josep Pujol Ferrusola a su llegada a la Audiencia Nacionallarazon

Los hermanos Josep y Pere Pujol Ferrusola, hijos del expresidente catalán Jordi Pujol, llegan a la Audiencia Nacional para prestar declaración ante el juez acusados de colaborar en el blanqueo de la fortuna que acumulaba la familia en cuentas en Andorra.

El empresario José Manuel Sola –que pagó 114.434 euros en comisiones a los hermanos Jordi, Josep, Pere y Oleguer Pujol por su supuesta intermediación en la venta de un hotel en Baqueira en 2007– reconoció a la Policía el pasado junio que no firmó contrato alguno con los hijos del ex president Jordi Pujol, ya que los acuerdos fueron «verbales».

Sola explicó a los agentes que el encargo de encontrar un comprador para el hotel Xalet Bassibé se lo encomendó únicamente a Josep –quien junto a su hermano Pere declara hoy como imputado ante el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata en relación al supuesto blanqueo de la fortuna familiar– y que fue él quien le pidió que abonara a sus hermanos tres pagos de 14.586 euros, pues «al parecer también participaron en la venta». Los cuatro hermanos facturaron esas cantidades (en el caso de Josep, 67.976 euros) a sociedades de Sola. En el caso de Pere, utilizó una empresa, Blau Consultoria, a nombre de su mujer, María del Carmen Zorita.

Sin embargo, el empresario reconoció que los hermanos Pujol «no fueron las personas que localizaron al comprador del hotel», Eduardo Javier Corduras, que desembolsó 8,4 millones de euros por hacerse con la propiedad del negocio. De hecho, tanto el comprador como el intermediario y los comisionistas que intervinieron en la operación aseguraron a la Policía que no conocían de nada a los hermanos Pujol e insistieron en que no participaron en la venta.

La Unidad de Delitos Económicos y Financieros (UDEF) de la Policía cree que el hecho de justificar esos ingresos con «conceptos vagos» es un «habitual mecanismo para camuflar dádivas».

El abogado de la familia Pujol, Cristóbal Martell, asegura –en el escrito en el que se opone a que el juez Pedraz investigue esta operación– que cuando se vendió el hotel, Josep Pujol solicitó a Sola liquidar una participación que tenía en una de sus empresas, Hotel Chalet Bassibe, y la devolución de un préstamo de 25.359 euros, acordando ambos que Sola le abonaría por ambos conceptos 98.623 euros.

«Operación triangular»

Josep Pujol habría pedido entonces a su todavía socio que parte de ese dinero se lo pagase a sus tres hermanos, a quienes debía rendir cuentas del rendimiento de sus participaciones en General Lab, una «operación triangular» que, según la defensa de los Pujol, es irrelevante penalmente como infracción tributaria y como falsedad documental, pese a reconocer que las facturas «aluden a un servicio no prestado».

Tanto la Fiscalía Anticorrupción como el juez Pedraz no comparten esa versión. De ahí que, finalmente, el magistrado acordase la apertura de una pieza separada para investigar los hechos, en los que la UDEF advirtió al juez de la existencia de indicios de cohecho, tráfico de influencias y falsedad documental.

En el marco de la «operación Corcho», la UDEF tomó declaración a todos los que intervinieron en la operación. El comprador, Eduardo Javier Coduras, aseguró a los agentes el pasado 18 de junio que desconocía que los hermanos Pujol hubiesen participado en la misma. Ninguno de los intermediarios (ni la empresa Richard Ellis ni la sociedad Ainsa Ingeniería y Servicios Inmobiliarios, que cobraron respectivamente 29.000 y 12.760 por sus servicios) afirmaron saber de intervención alguna de los Pujol. El representante de Richard Ellis, Jorge Ruiz Andrés, manifestó su «absoluto desconocimiento» de la participación de las sociedades de los hermanos Pujol en la operación y añadió que «nunca» había visto un caso en el que el propietario contratase a varias empresas para realizar la misma labor de forma independiente.

Con ambas empresas se puso en contacto Álvaro Cernuda, a quien Sola encomendó las gestiones de buscar un comprador. Cernuda , que cobró 83.520 euros por encontrar un comprador para el hotel, reafirmó a los agentes que esa forma de proceder «no es habitual» e insistió en que, dada la amistad que le une con Sola, si hubiese sucedido así, se lo habría comentado. De ahí que la UDEF concluyese que «es difícil de entender» que los hermanos Pujol cobrasen una cantidad superior a la que percibió quien realmente ejerció de intermediario en la compraventa.

La UDEF constata en un informe del pasado 22 de julio que en la investigación abierta a raíz de la «operación Corcho» –que llevó al juez Santiago Pedraz a abrir una pieza separada para esclarecer esos pagos– «no hay rastro alguno de los estudios e informes supuestamente realizados por los hermanos». De hecho, fue en el curso de esta investigación cuando los agentes descubrieron que en la operación también cobró una supuesta comisión Pere Pujol a través de Blau Consultoria, pues «no se tenía conocimiento hasta ese momento de su participación como intermediaria». Ni Sola ni su esposa, Inmaculada Gómez Vila, mentaron la participación de esa sociedad en la compraventa.

Iniciatives Marketing i Inversions, la empresa de Jordi Pujol Junior, reflejó en su factura («que la UDEF considera falsa, igual que todas las demás») como concepto «servicios profesionales, suplidos y gastos en relación a la búsqueda de varios emplazamientos en Bagerge (sic)». «Llama la atención –reseña la UDEF en su informe– que el hotel vendido que supuestamente justifica estos pagos se encuentra en la localidad de Baqueira y no en la de Bagergue».

Por su parte, Drago Real State –la empresa que Oleguer Pujol compartía con su entonces socio Luis Iglesias– facturó por la «identificación y análisis de oportunidades de inversión inmobiliaria en el sur de Francia». El benjamín de los Pujol, dice la UDEF, la utilizó «como medio para traspasar fondos entre los hermanos» por negocios «ajenos» a las actividades propias de las sociedades. En el servidor de Drago Capital no se ha encontrado ningún documento «que apunte a la realización de actividades profesionales en esa zona geográfica».

Y Mt. Tahat, la sociedad de Josep Pujol (a quien presumiblemente hizo Sola el encargo de encontrar comprador para el hotel) cobró por «servicios profesionales, análisis, estudios e informes en relación a la venta de un inmueble en Bagergue» (figurando esta última palabra tachada a mano y escrito «Baqueir»). La UDEF recela de que «en ningún momento» se indique que el encargo se realizó también a otro empresario.

Por último, Blau Consultoria cobra por el «asesoramiento en temas ambientales por la venta de un hotel en el Valle de Arán».

La UDEF constata que los hermanos «cobraron a través de distintas sociedades controladas por ellos por unos supuestos servicios que no les fueron solicitados» y que no se corresponden con ninguna actividad efectivamente desarrollada».