
Inmigración
La experiencia policial con los menas: "Los sueltas en la calle y que ellos se apañen"
Varios agentes de la Policía Nacional que trabajan con menores extranjeros no acompañados relatan sus experiencia a LA RAZÓN

"Mientras son menores se les mantiene pero luego que se apañen y se busquen la vida". Es el testimonio de un agente de la Policía Nacional que tiene que lidiar en su zona con un centro de menas. LA RAZÓN ha recogido las experiencias de varios de estos funcionarios que llevan años trabajando con este colectivo. Coinciden en señala que el problema es cíclico pero sigue latente cuando pierde el foco mediático.
Moncloa-Aravaca, Latina, Campamento, Hortaleza o el municipio de Fuenlabrada. Son algunos de los puntos por donde se mueven estos jóvenes. Los agentes de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional son los primeros en intervenir cuando se produce algún conflicto en el interior de los centros o cuando estos jóvenes cometen delitos.
Muchos de estos adolescentes ya son conocidos por los policías. La presión de los funcionarios provoca que los chicos conflictivos tengan que desplazarse a otras zonas para cometer delitos. Sin embargo, el trabajo de estos agentes comienza mucho antes: en las calles cuando les identifican.
"El protocolo es un coñazo. Una vez que comienza todo el proceso les tienes que acompañar a las pruebas radiológicas para comprobar sus verdaderas edad. Este proceso se alarga durante horas y puede comenzar a la una de la tarde y terminar a las nueve de la noche.

"Encima estas pruebas no determinan al 100% la edad. Hay género de dudas y por eso se les otorga la minoría", sostiene otro de los funcionarios. Una vez que se confirma que son menas pasan a ser responsabilidad de la Administración.
Sin embargo, los agentes consultados por este medio critican el papel del Estado en todo este proceso. "Comienza como un alma caritativa, acojo a todos los menores pero cuando tienen 18 años ya no son responsabilidad mía. Los suelto en la calle y que ellos se apañen", lamentan.
Menas durmiendo en las calles
Algunos de estos jóvenes consiguen plazas en pisos tutelados y aún de mayores siguen estando en estas viviendas. "Suelen ser los que hacen algo por estudiar pero muchos otros viven en la calle", manifiestan.

Estos policías, que ya les conocen de sus etapas en los centros, se encuentran a estos chicos durmiendo en "casas abandonadas o de okupas", porque "no tienen dónde ir". "Muchos de ellos cometen delitos pero ya es por necesidad", dicen.
Otros muchos, cuando cumplen la mayoría, abandonan España a otros países como Alemania o Francia porque tienen algún otro tipo de ayudas y beneficios. Sin embargo, estos policías coinciden en señalar que el verdadero problema con los menas se encuentra en el acompañamiento. "A los 18 ya que se apañen", reiteran sobre el papel del Estado.
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