Cataluña

La familia Pujol trasladó su fortuna de 900 millones de Andorra a Belice

La familia Pujol trasladó su fortuna de 900 millones de Andorra a Belice
La familia Pujol trasladó su fortuna de 900 millones de Andorra a Belicelarazon

La UDEF localiza en el paraíso fiscal de Centroamérica el dinero que había ocultado la familia como una herencia.

El grueso del dinero obtenido por la familia Pujol Ferrusola, a partir de 1990, por el cobro de comisiones de obras que se realizaban en Cataluña, en especial con motivo de los Juegos Olímpicos, se encuentra en la actualidad en Belice, país centroamericano que forma parte de los paraísos fiscales, según han informado a LA RAZÓN fuentes conocedoras del caso.

A esta conclusión han llegado los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía, de la UDEF de la Comisaría General de Policía Judicial, tras arduas investigaciones en las que han hecho un seguimiento del dinero una vez que la «trama» Pujol decidió sacarlo de Andorra ante las investigaciones judiciales y policiales que día a día los iban cercando. Otros paraísos fiscales que han sido investigados son todos los que se encuentran en el entorno del Reino Unido, Panamá, etcétera.

Por razones operativas, las citadas fuentes no han querido revelar el sistema de que «los pujoles» se han valido para hacer llegar el dinero al citado país, aunque se tienen serios indicios de que, entre las paradas intermedias que han realizado están Irlanda y Escocia.

Ha sido precisamente en las pesquisas efectuadas en los pasos intermedios del dinero donde ha saltado la sorpresa, que ya se sospechaba, y es que el montante de la fortuna del clan es mucho mayor de lo que se decía: se aproxima a los 900 millones de euros.

Todo este dinero no se ha movido, lógicamente, en su totalidad por si las agencias tributarias detectaban lo que ocurría y daban aviso a España. Se sabe que en su paso por territorio de Reino Unido fue cuando hubo una mayor concentración en determinados bancos, hasta el punto de dividirse los 900 millones en dos lotes.

Ahora, con la mayor parte del dinero localizado, la investigación ha dado un gran paso y todo hace suponer que la Justicia española emitirá las correspondientes órdenes para que esa importante suma no pueda moverse. Y que, por los trámites que procedan, dadosu supuesto origen ilícito, vuelva a las arcas nacionales con el fin de que la “trama» no utilice argucias legales para dificultar la acción de los tribunales.

Tal y como ha publicado LA RAZÓN en los últimos días, la suma de unos 40 millones de euros en la que se calculaba la fortuna de era absolutamente ficticia, ya que había que multiplicarla por varios dígitos. Una parte relevante de esa cantidad habría sido ingresada en la Banca Privada de Andorra en efectivo entre los años 1999 y 2001 en pesetas, marcos alemanes, dólares norteamericanos y libras esterlinas. En concreto, 2.764.399 pesetas, 3.261.205 dólares y 2.147.466 marcos alemanes.

Las investigaciones, según han subrayado las mismas fuentes, han sido absolutamente complicadas ya que «los pujoles» habían organizado un entramado, a base de personas que actuaban de intermediarios, empresas, cuentas bancarias en varios países, etcétera, con el fin de tratar de despistar a los agentes.

Fruto de dichas investigaciones, se conocen, además de los directamente implicados del clan familiar, los nombres de personas que han colaborado con ellos para montar el «tinglado» y que, como es natural, serán objeto de la atención policial. La experiencia demuestra que estos individuos, cuando se ven cercados por las Fuerzas de Seguridad, terminan colaborando y poniendo sobre el tapete todos los datos necesarios para desentrañar ese entramado.

Al final, lo que se quiso presentar como unos «dinerillos» procedentes de una herencia se ha convertido en una gigantesca fortuna, de cuyo origen, gracias a las comisiones rogatorias que van llegando a España, entre ellas la de Andorra y la de Reino Unido, los investigadores disponen ya de datos concluyentes. Los siguientes pasos de la maquinaria judicial y policial, que no deberían demorarse, según las citadas fuentes, no deberían tardar en darse dada la urgencia del caso, en especial la necesidad de que el dinero acumulado por la «trama» pueda moverse.

Un hindú para blanquear

Las investigaciones policiales, que se encuentran judicializadas, ya desvelaban en junio de 2013 que Jordi Pujol Ferrusola, el primogénito del ex president de la Generalitat, era la principal cabeza que organizaba todo el tráfico de dinero, parte importante del cual se ponía al refugio en cuentas de bancos radicados en paraísos fiscales. De hecho, sólo su entramado empresarial –del que formaban parte tres sociedades que contaban con un sólo trabajador– movió entre marzo de 2004 y noviembre de 2012 un montante de 32,4 millones de euros en trece países: Estados Unidos, Francia, Andorra, Luxemburgo, Suiza, Liechtenstein, Croacia, Reino Unido, México, Islas Caimán, Uruguay, Argentina y Gabón. En total, sólo en esos años, Jordi Pujol Jr. realizó 118 movimientos de divisas en paraísos fiscales.

El propio afectado reconoció ante el juez Pablo Ruz, entonces al frente del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, que los miembros de la familia «tenían productos financieros de Estados Unidos, Finlandia, Austria, España y Alemania, básicamente», y que él era el encargado de gestionar «los fondos de su madre, Marta Ferrusola».

Pero de estos hechos relacionados con presuntas operaciones de blanqueo de capitales por parte de Pujol Jr. ya advirtió su ex novia María Victoria Álvarez –cuya denuncia ha destapado todo el entresijo de la fortuna familiar–, cuando en diciembre de 2012 relataba a la Policía, que ratificó posteriormente en la Audiencia Nacional, cómo en un viaje conjunto a Londres su ex novio recibió una llamada de su madre en la que ésta le decía que «los 400.000 euros ya están donde tienen que estar y que si él estaba en Londres, pues que haga bien lo que tenía que hacer». Esa conversación la pudo oír porque iban en el coche y tenía puesto el «manos libres» del teléfono.

Un hindú, de nombre Herbert, según le comentó entonces el propio Jordi Pujol Ferrusola en una cena en la capital británica, se dedicaba a «blanquear dinero en las Islas del Canal» y era quien entonces llevaba «muchos negocios a la familia».

No se quedaba atrás el benjamín de la familia, Oleguer, quien, presuntamente, seguía también el mismo modus operandi que su hermano mayor. En total, se investiga el origen de 2.000 millones de euros en los que intervino el menor del «clan Pujol», procedentes de siete operaciones sospechosas en las que habría participado a través de sus sociedades. La investigación se centra en este aspecto en determinar si «utilizó esas empresas para blanquear posibles comisiones depositadas en el extranjero y en qué cantidades».

Holanda, Luxemburgo, Reino Unido y hasta la pequeña Isla de Guernsey, perteneciente a Gran Bretaña, eran algunos de los países donde la Policía tiene serios indicios que ocultó gran parte de su fortuna, la cual habría también blanqueado posteriormente, al menos en un porcentaje muy relevante. Esa pequeña isla, un paraíso fiscal, era la que utilizaría, presuntamente, como origen para desviar posteriormente el dinero.

Los 11,5 millones que precipitaron los registros

Jordi Pujol Ferrusola cobró 11,5 millones a través de «sociedades instrumentales», de diferentes empresas de la construcción por servicios que, supuestamente, nunca se prestaron. Así consta en el auto en el que el juez de la Audiencia Nacional José de la Mata autorizó la entrada y registro, el pasado martes, en el domicilio del primogénito de la familia Pujol. Esos cobros sospechosos llevan al magistrado a creer que, en realidad, los desembolsos corresponden a comisiones por la adjudicación de contratos públicos. La resolución incide en que Jordi Pujol Júnior y su entonces esposa, Mercé Gironés (también imputada en el procedimiento por delito fiscal y blanqueo), se sirvieron supuestamente de «sociedades instrumentales» sin «valor real añadido alguno» para «canalizar capitales de presunto origen criminal para realizar inversiones y gastos en España y en el extranjero».