
Terrorismo
La Madame, una francesa colaboradora de la Guardia Civil: "ETA mató al amor de mi vida como a un perro. Me vengué"
Hablamos con "La Madame", que colaboró con la Guardia Civil para localizar al jefe del"aparato político" ("Txelis")

Ding, dong, Avon llama a tu puerta. Tan sencillo como aquel anuncio que muchos recordarán. “La Madame”, una francesa colaboradora de la Guardia Civil de Inchaurrondo, había logrado franquear la puerta del domicilio donde se escondía el jefe del “aparato político” de ETA y había dado un importante paso para el descabezamiento de la cupula de ETA en 1992, en la operación de Bidart. Sus motivaciones:
“ETA asesinó al amor de mi vida, le que quitó la vida a la persona de la que estaba locamente enamorada y lo hizo asesinándole en plena calle como si fuese un perro. Lo que hice fue para vengarme de la atrocidad que habían cometido y el motivo por el que lo hicieron. A Joseph, ETA le había enviado tres catas exigiéndole el pago de 30 millones de pesetas. La primera de ellas se la enviaron a su empresa, la segunda a su domicilio familiar ya la tercera, en la que esos treinta millones, no solo llevaban un recargo de un 10%, sino que incluía la amenaza de que, si no atendía este último requerimiento, sería ajusticiado”.
Quien así habla por primera vez para la prensa, en entrevista con LA RAZÓN, es la colaboradora de la Guardia Civil conocida como “La Madame”, una francesa que vive en el anonimato, en el que debe seguir y que, entre otras muchas aportaciones, logró localizar el domicilio en 1992 del que era jefe del “Aparato Político” de ETA, José Luis Ávarez Santacristina, “Txelis”, uno de los integrantes del colectivo “Artapalo”, que semanas después serían arrestados en una de las grandes operaciones contra la banda del Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC) del cuartel de Inchaurrondo, en Guipúzcoa.
“La Madaame” responde a las preguntas con seguridad, como si formara para parte de la que fue la misión más importante de su vida. Ni un detalle más, porque a la clandestinidad, si se quiere mantener, no le puede conceder ni un adorno periodístico. Pregunta, respuesta.
“La Madame” fe captada por uno de los agentes de ese servicio, Francisco Hermida, “Patxi”, hoy teniente que es coautor del libro “Llueve sobre Inchaurrondo”, premiado como mejor novela del año por Círculo Rojo.

“En el período comprendido entre la primera carta y la última, comenzaron a aparecer pintadas por la zona de Irún y Behóbia relacionándolo con los GAL y, un poco después una revista se hizo eco de esas pintadas y de esa relación con los GAL. Él nunca colaboró con los GAL y no estaba dispuesto a entregar dinero para matar a otros y tampoco abandonar su tierra, prefirió pagar con su vida. Por eso y, debido a mi amistad con Francisco Hermida, conocedora se su actividad profesional, le ofrecí mi colaboración y, en cuanto me la pidió, vi mi oportunidad para cumplir una promesa que le había hecho a Joseph”, añade.
No es el único caso en que sentimientos amorosos rotos por los terroristas han llevado a personas a colaborar con la Guardia Civil. Es el caso de Luis Casares, que escondía y colaboraba con los miembros del “comando Eibar” y que se enteró de que los pistoleros no tenían un comportamiento adecuado con las mujeres de su familia. Se tomó venganza y, por otras vías, también colaboró de forma importante para el éxito de la operación de Bidart y muchas más misiones. Pero esa es otra historia.
Volvamos a “La Madame”.
--¿Cómo conoció al que sería su enlace dentro de la Guardia Civil?
--Los dos formábamos parte de un grupo de amigos de la zona de Hendaya, Irún y Fuenterrabía, que un par de veces al mes nos encontrábamos en algún lugar determinado para tomar unos vinos. Francisco (Patxi), como le llamábamos, era una persona muy alegre y servicial, en una ocasión me acompañó a visitar a mi madre que vivía en una localidad francesa, no lejos de la frontera de Francia con España. Como Patxi era un manitas y mi madre quería unas contraventanas para que le entrase la luz y no en sol, Patxi se ofreció a comprarlas e instalárselas. Desde este momento yo, que conocía a que se dedicaba Patxi, estaba deseando que me pidiese algún tipo de colaboración para su trabajo, por los motivos que he comentado antes, y así fue, me sentía realizada y con una tranquilidad interior grandísima el poder tener la oportunidad de vengar la injusticia cometida con Joseph.
--¿Como establecían contacto para no ser detectados por ETA en el sur de Francia o en la frontera en aquellos tiempos en que los terroristas estaban “en todos los sitios”?
--Yo era una persona que trabajaba por esa zona transfronteriza, había días que pasaba la frontera de tres a cinco veces diarias. Cuando decidí colaborar con Patxi, seguíamos encontrándonos como siempre y en los mismos lugares con los amigos, solo que, para temas relacionados con operaciones contra ETA, normalmente nos encontrábamos en mi casa de Francia, tras una llamada telefónica.
--Nos ha dicho que la venganza por el asesinato por parte de ETA de la persona que más amaba fue lo que motivó su deseo de colaborar con la Guardia Civil? Como era habitual, los terroristas, para justificar su crimen, acusaron a Joseph de colaborar con los GAL. Realmente ¿cómo era Joseph?
--Joseph era una buenísima persona, con un corazón enorme, se sentía muy bien ayudando a quien le pedía ayuda. Era un patriota, amaba su tierra y despreciaba a los perturbadores del orden social, en todos los sentidos, era un auténtico hombre de paz, que voy a decir, era el amor de mi vida.
-Nos puede describir cómo era el ambiente del País Vasco, a ambos lados de la frontera, cuando se perpetró el asesinato y en general aquellos años, ¿hasta la operación de Bidart?
--El ambiente en esta región por aquellos años era muy turbio, es decir, desconfianza total entre las personas, una falta de libertad que se dejaba ver en el momento que se trataban temas de política, cuando esto sucedía, la distancia entre las personas era directamente proporcional al mutismo. Nadie se fiaba de nadie por lo que las relaciones sociales se limitaban a temas banales “el tiempo”, “la caristia de la vida”...
Un inciso. Para “La Madame” todo era muy sencillo, pero no era así. Moverte en medio del peligro, lo saben a los que les ha tocado, no es sencillo ni agradable. Esta francesa parece que quiere restar importancia a lo que hizo, le honra, pero la realidad es otra.
--Nos puede contar cómo logró dar con domicilio de José Luis Álvarez Santacristina, Txelis” y de su chófer, ¿Philippe Lassalle Astis?
--Con respecto al domicilio de Txelis, no fue una tarea difícil, Patxi me había señalado un portal en una calle de la localidad de Guetary, apuntándome que podía ser un segundo o un tercero. Al día siguiente, ataviada con un muestrario de productos de belleza visité las seis viviendas del edificio, entablaba conversación con las mujeres que se mostraban interesadas en los productos que les ofrecía y me iba quedando con detalles de interés. Me había llamado la atención una de ellas que hablaba francés con un marcado acento español, la cuestión es que ella no mostraba mucho interés por los productos que le mostraba, parecía tener algo de prisa y, en efecto, al poco rato me dijo que tenía que poner fin a la visita, ya que tenía que llevar al niño a una revisión médica, por lo tanto me fui, al salir a la calle, me quedé unos minutos en mi vehículo y observo cómo en esos momentos llegó a las inmediaciones del portal un Renault 11 ocupado por dos personas, y una de ellas, la que iba de copiloto, era la persona de la que Patxi me había mostrado unas fotografías y me dijo que podía tratarse de Txelis, a los dos minutos salió del portal la mujer con la que había estado en su casa momentos antes, Txelis se baja del coche, le coge el niño y cuando ella se sube al vehículo, éste le entrega al niño de nuevo, todo ello con tan trato muy cercano y con cierta complicidad.
En el caso de Astis, fue más fácil, la casa que me había señalado Patxi, tenía dos viviendas y las escaleras por las que Patxi me dijo que acedía Astis daban servicio a un solo domicilio, por lo que fui directamente, en esta ocasión con mostrario de perfumería y una vez franqueado el paso, entablo conversación con una mujer muy amable y habladora, la cual me compró un par de perfumes. Cuando iba a marcharme, ya cerca de la puerta, apareció un hombre alto, piel y ojos claros, a quien parecía no agradar mi presencia en su casa, esa persona era la que conducía el Renault 11 el día en que Txelis recogió a la mujer y el niño para ir a la revisión médica.
--En algún momento sintió miedo cuando se hizo pasar por una vendedora de “Avon llama a tu puerta”?
--No, nunca sentí miedo cuando hacía estas cosas, era parte de mi trabajo en la vida real, tenía muchos clientes por la zona y como digo, vender productos de belleza y perfumería era cómo me ganaba la vida.
-- Idoya López Riaño, José Ángel Aguirre, Ramón Zapiraín Tellechea, del “comando OKER”, fueron condenador por el asesinato de Joseph. Dependían de la cúpula de ETA. ¿Se sintió aliviada cuando conoció el fallo del tribunal?
Desde luego, siempre es una buena noticia cuando se hace justicia, aunque llegó bastante tarde, me reconfortó saber que el asesinato de Joseph no quedó en el olvido y sus responsables pagan por ello.
-- ¿Cómo se siente pasado el tiempo?
Me siento una víctima muy dolorida por cómo sucedió todo, bastante aliviada por la detención y condena de los autores y orgullosa de haber tenido la oportunidad de colaborar con la Guardia Civil y haber podido contribuir al final de esa barbarie, habiendo obtenido unos magníficos resultados, como casi siempre hace la propia Guardia Civil.
Desde este lugar de Francia, ¿qué nos puede decir del actual proceso de blanqueamiento de ETA y el creciente protagonismo de los sucesores de Herri Batasuna?
--Creo que es un gran error, el tergiversar la historia no ayuda nada, el hacer ver que ETA no existió es un error que podemos pagarlo caro. Las generaciones actuales y futuras deben conocer la historia tal y como sucedió, guste o no, piense en las víctimas del terrorismo que todavía están entre nosotros, ¿qué pensarán ellas?...
✕
Accede a tu cuenta para comentar