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Un hombre logra tener orgasmos un año después de haberse sometido a un trasplante de pene

Imagen recreada por ordenador del cuerpo de Ray
Imagen recreada por ordenador del cuerpo de RaylarazonArchivo

El mundo de Ray (nombre ficticio), soldado de la Marina de EE UU, se desmoronó en 2010 durante una misión en la Guerra de Afganistán. Los talibanes les prepararon una emboscada y detonaron una bomba al paso del convoy. Ray bajó a auxiliar a un compañero herido y pisó una de las bombas de la carretera: "Recuerdo que todo se congeló y estaba al revés", recuerda en una entrevista a "Mit Tencnology Rewiew". "Recuerdo haber pensado 'Esto no es bueno'. Y luego estaba de espaldas". Ray logró sobrevivir pero perdió las piernas, los genitales y parte de su pared abdominal. Desde ese momento, la vida se le hizo muy cuesta arriba a Ray, que llegó a pensar en suicidarse a su regreso a casa. A sus 21 años, tenía heridas físicas y emocionales difíciles de curar. La pérdida de su masculinidad la mantuvo en secreto, sólo sus padres lo conocían.

Sin embargo, los médicos han tratado de ayudarlo desde el primer momento. Primero fueron las prótesis para sus piernas y después el trasplante de la parte baja de la pared abdominal, el pene y el escroto. Pero esa no fue la primera opción. El tratamiento habitual en estos casos es la faloplastia: un tubo rodeado de tejido, con vasos sanguíneos y nervios que se extraen del antebrazo o del muslo y que necesita una bomba externa para conseguir una erección. Cuando en 2013 se reunió con el cirujano plástico Richard Redett, experto en reconstrucción genital en el Hospital Johns Hopkins de Baltimore, fue la opción que le ofrecieron pero poco después pensaron que Ray sería en candidato ideal para uno de los primeros trasplantes completo de pene del mundo. Ray había pasado de tener como opción un sustituto a tener una opción real de recuperar su pene y "ser una persona normal de nuevo", reconoció. La cirugía era todo un reto porque normalmente un trasplante de órganos es más sencillo porque sólo tiene un tipo de tejido, pero injertar un pene implica músculos, nervios, venas y arterias, por lo que había que hacer suturas de escasos milímetros de ancho.

Ray se preparaba para convertirse en el cuarto caso de trasplante de pene en el mundo, pero en el más complejo llevado hasta el momento, aunque cuando visitó por primera vez la clínica no se había hecho ninguno todavía. El primero fue llevado a cabo en 2014 por un médico sudafricano que cosió el pene de un joven al que una circuncisión le había gangrenado el miembro. Después llegaron dos más en 2016 y 2017. Ahora le llegaba su turno. En 2018 fue localizado un paciente ideal y se activó el protocolo. Los médicos viajaron en avión para realizar la extracción y en menos de 24 horas ya había regresado y operado a Ray.

Nunca se había afrontado un desafío tan grande. Para el trasplante se necesitaban las dos arterias dorsales y las dos venas dorsales del donante. Por suerte, los dos nervios del pene de Ray estaban intactos. Pero para trasplantar la pared abdominal y el escroto, se necesitaban más venas porque si no se pondría en peligro los tejidos extraídos del donante. Por ello, Redett y su equipo estuvieron trabajando durante un tiempo con cadáveres, a los que les inyectaban colorante alimentario para saber exactamente las venas que eran necesarias para lograr culminar con éxito la cirugía. Y lo fue. Ray recuperó su funcionalidad rápidamente y logró la primera erección a los seis meses. Al principio eran más débiles, pero con el paso del tiempo los impulsos nerviosos se han fortalecido y cada vez son más normales.

Ray explicó en la entrevista que fue "una de las mejores decisiones que tomé" porque me ayudó a volver a la "normalidad". "Esta cirugía fue una forma de superar esa pequeña voz del subconsciente o lo que sea que siempre me haría sentir diferente de los demás. Era una de esas lesiones que realmente te estresan", reconoció.

Al describir cómo se siente ahora, indicó que está "cerca" de recuperar la sensación completa en el pene, que puede tener una erección y que ya puede orinar de pie. Ahora deberá afrontar su futuro y entre sus planes está formar una familia, aunque no podrá tener hijos biológicos, y le preocupa que eso provoque cierto rechazo. Pero mientras llega ese momento, Ray es una persona nueva. Su estado de ánimo ha cambiado radicamente, es más extrovertido y tiene menos miedo a conocer a gente nueva.