Un polizón a la Antártida
Un polizón a la Antártida (Crónicas desde el Hespérides): en latitudes subtropicales
Segunda entrega del blog desde el Buque de Investigación Oceanográfica de la Armada “Hespérides”
Una semana y 2100 millas náuticas nos separan ya de nuestro puerto base, Cartagena. El Buque de Investigación Oceanográfica de la Armada “Hespérides” navega en aguas próximas al ecuador, en tránsito hacia la primera escala en puerto de la navegación, Montevideo (Uruguay).
► 1. Un polizón a la Antártida (Crónicas desde el Hespérides)
Durante nuestras primeras singladuras, se han desarrollado a bordo numerosos ejercicios que contribuyen al adiestramiento y cohesión del equipo, de los 56 hombres y mujeres que conforman la dotación del buque. Además, de haber podido disfrutar de un casual encuentro en la mar con nuestro querido Buque Escuela Juan Sebastián Elcano, siempre es muy emocionante coincidir con tus compañeros navegando.
Una simulación de evacuación médica, con la colaboración de un helicóptero de la Décima Escuadrilla de la Flotilla de Aeronaves de la Armada abría el pasado jueves el calendario de adiestramiento de esta campaña. Además, se han realizado los últimos días ejercicios de emergencias en la mar, como pueden ser incendios, inundaciones o fallos en los sistemas principales de gobierno del buque.
El trabajo a bordo se distribuye por servicios, que se subdividen a su vez en destinos. Así, hemos podido comprobar cómo el servicio de control del buque y operaciones coordina las actividades científicas que tenemos por la proa con el personal responsable de la Unidad de Tecnología Marina (UTM) e investigadores principales de cada uno de los proyectos. Con un plan de campaña ya definido, nuestra gente de operaciones trabaja ya en pequeños ajustes que permitan maximizar la capacidad científica, informando convenientemente al personal militar que auxiliará en las maniobras de equipos científicos a través de los chigres y pórticos instalados a bordo.
El servicio de energía y propulsión encamina sus actividades al mantenimiento y monitorización de servicios tan básicos como la alimentación eléctrica, la propulsión, el tratamiento de aguas residuales o el funcionamiento del aire acondicionado, especialmente necesario en las latitudes en que navegamos en estos momentos para el bienestar del personal embarcado y la prevención de averías por sobrecalentamiento de equipos que permanecen en funcionamiento las 24 horas del día, como son los sistemas de comunicaciones por satélite que nos permiten enlazar con nuestros familiares y amigos.
El servicio de sanidad permanece alerta para atender cualquier eventualidad que pudiese acaecer durante la navegación. Además, realizan análisis periódicos para asegurar las condiciones de salubridad óptimas para la vida a bordo del buque.
Por último, pero no menos importante, el servicio de aprovisionamiento, dedicado a labores de alimentación, acomodación y gestión administrativa. Quizá de manera inconsciente, constituyen una de las mayores, sino la mayor, fuente de felicidad a bordo, dada la calidad y profesionalidad del personal que día a día elabora los desayunos, comidas y cenas para todo el equipo humano que poco a poco va conformando una pequeña familia.
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