El producto común que te valdrá para limpieza completa de tu hogar: desde los cristales hasta las plantas

La peróxido de hidrógeno es conocida por su utilidad en la limpieza de heridas debido a sus propiedades antibacterianas y desinfectantes, convirtiéndola en un aliado para combatir gérmenes y bacterias. Además de su función médica, también puede emplearse para limpiar diversas superficies propensas a la acumulación de microorganismos.

Por ejemplo, resulta altamente eficaz para limpiar ollas y sartenes, especialmente en áreas quemadas. Basta con aplicarlo sobre la superficie y frotar con un estropajo, para luego enjuagar con agua caliente. Así, podemos observar cómo nuestros utensilios de cocina lucen más limpios, sin ese tono marrón oscuro que se forma con el tiempo y el uso.

También es útil para la limpieza de la nevera y el congelador, contribuyendo a desinfectar estas superficies. Simplemente rociamos un poco de peróxido de hidrógeno y frotamos con un trapo húmedo. Dado que el baño y la cocina son propensos a la proliferación de gérmenes, es esencial mantener su limpieza de manera constante. Además, resulta especialmente eficaz para limpiar tablas de cortar de madera. Solo necesitamos rociar la tabla y luego enjuagarla con agua y jabón.

El agua oxigenada sin diluir se puede aplicar directamente en áreas afectadas por el moho, evitando así el uso de productos químicos agresivos presentes en algunos limpiadores comerciales. Con ello, podemos eliminar el moho de baldosas y azulejos, frotando con un cepillo. También es un aliado excelente para la limpieza de cristales, ya que puede eliminar el polvo y la suciedad, dejándolos más brillantes que nunca.

Al mezclar partes iguales de peróxido de hidrógeno y agua, obtenemos una solución desinfectante que puede aplicarse en diversas superficies. De esta manera, podemos rociar nuestras plantas para prevenir plagas. Además, es una alternativa efectiva para desinfectar esponjas, sumergiéndolas durante una hora y luego aclarándolas.