Arte

¿Viajeros en el tiempo? El cuadro viral de hace más de 350 años con un niño que viste unas zapatillas Nike

Se trata de un retrato pintado por Ferdinand Bol en 1642, pero la famosa marca de deportivas no se fundó hasta tres siglos después

Cuadro de Ferdinand Bol: "Retrato de un niño"
Cuadro de Ferdinand Bol: "Retrato de un niño"La Razón

Un cuadro de hace, exactamente, 361 años se ha hecho viral en Internet por retratar a un niño que visten lo que parecen ser unas zapatillas Nike, logo incluido. La pintura se encuentra en la Galería Nacional de Londres y lo pintó el neerlandés Ferdinand Bol en el siglo XVII. El joven que posa se trata de Frederick Sluysken a la edad de 8 años, identificado como primo segundo de la esposa del pintor y, además, hijo de un adinerado comerciante de vinos.

La obra recibe el nombre de “Retrato de un niño”, aunque tras el descubrimiento de Fiona Foskett cuando visitaba junto a su hija la galería, ahora se le reconoce como “El viajero del tiempo”.

Cuadro de Ferdinand Bol: "Retrato de un niño" ( National Gallery, Londres)
Cuadro de Ferdinand Bol: "Retrato de un niño" ( National Gallery, Londres)La Razón

"Le dije a mi hija: 'Espera, ¿lleva ese niño un par de zapatillas Nike?'", explicó la mujer. "Mirando la edad del cuadro, debe haber tenido el primer par de zapatillas Nike jamás fabricadas. ¿O es en realidad un viajero en el tiempo?", prosiguió. Efectivamente, la primera teoría queda descartada porque la famosa empresa de deportivas se fundó en 1964, tres siglos después de que la obra fuese creada. Por esta razón, el segundo planteamiento de Fiona ha dado lugar a una teoría que se ha extendido rápidamente por redes sociales, donde se afirma que, en realidad, el niño retratado en el cuadro se trata de un viajero del tiempo.

Y es que, lo cierto es, que aunque los tacones de sus zapatos se asemejan a unas botas de fútbol, los cordones y la parte trasera si se dan ese aire a las Nike. Aunque lo más inexplicable es, sin ninguna duda, el logo de la marca que se deja intuir en el lateral. Los expertos no saben qué es. ¿Un símbolo oculto del pintor? ¿Su firma?

Sea lo que fuese, no sería la primera vez que se cofunden relicarios o libros pequeños con móviles y tabletas en obras del pasado creando conspiraciones de viajes en el tiempo.

Eso sí, la Galería Nacional de Londres está encantada con el cuadro y presume de él en sus redes sociales. Al fin y al cabo, ha hecho que aumenten sus asistentes: “Estamos encantados de que esta imagen haya tenido tanto éxito entre nuestros visitantes”, expresó su portavoz.