América Latina
Depresión tropical avanza por Honduras y suma cuatro fallecidos
Eta se debilitó en la última jornada en su paso por Honduras, aunque las lluvias se mantenían intensas en varias zonas de Centroamérica, dejando inundaciones, deslizamientos de tierras y miles de afectados
(AP). Eta se debilitó el miércoles a depresión tropical a su paso por Honduras, aunque las lluvias se mantenían intensas en varias zonas de Centroamérica y aún provocaban inundaciones y deslizamientos de tierras que han dejado aisladas algunas comunidades y afectado a miles de personas.
Las autoridades hondureñas reportaron la muerte de un adolescente de 15 años, con lo cual subió a cuatro el número de fallecidos atribuidos al ciclón a su paso por Centroamérica.
Eta tocó tierra el martes como huracán categoría 4 en Nicaragua, donde provocó la muerte de dos mineros que fallecieron tras un alud, y comenzó a moverse lentamente hasta llegar a Honduras, donde dos menores murieron, incluido el adolescente de 15 años. La lluvia ha sido tan intensa que buena parte de Centroamérica se ha declarado en alerta.
La tarde del miércoles, Eta presentaba vientos sostenidos de 55 kilómetros por hora (35 millas) y se movía al oeste a 11 kilómetros por hora (siete millas). Se localizaba a 115 kilómetros (70 millas) al este de Tegucigalpa, la capital hondureña.
Los pronósticos del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos señalan que Eta girará en Centroamérica hacia el Caribe y posiblemente llegue a Cuba el domingo y el lunes al sur de Florida.
Las autoridades esperaban fuertes lluvias en Honduras al menos hasta el jueves. La tormenta se movía rumbo a Tegucigalpa y la ciudad de San Pedro Sula, en el norte del país.
Antes de que el ojo de Eta siquiera alcanzara Honduras, cientos de habitantes habían abandonado sus casas por las inundaciones. El martes, una niña de 12 años murió en un deslave en San Pedro Sula, de acuerdo con Marvin Aparicio, jefe nacional del Sistema de Comandos de Incidentes de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco).
En la comunidad de Sulaco, un adolescente de 15 años falleció ahogado cuando intentó cruzar un río, informó el miércoles el alcalde Edy Chacón.
Aparicio dijo el miércoles que unas 379 casas habían sido destruidas, en su mayoría por las inundaciones. Al menos 38 comunidades se habían quedado incomunicadas por el cierre de caminos y cinco puentes fueron derribados por las corrientes de los ríos.
Óscar Armando Martínez Flores, de 40 años, fue una de las personas rescatadas de su casa inundada junto con su esposa y siete hijos, cerca del río Lancetilla, en el noreste de Honduras. No pudieron sacar nada.
“El lunes que comenzaron las lluvias y que el río se desbordó llegaron los bomberos y varios policías a sacarnos, porque las casa estaban inundadas”, dijo Martínez el miércoles desde un complejo deportivo que sería de albergue en la ciudad de Tela.
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Martínez ya enfrentaba una situación complicada antes de la tormenta. Trabajador de la construcción, dijo que tenía ocho meses sin trabajo desde que comenzó aquí la pandemia de COVID-19. Hasta ahora se había dedicado a vender tortillas para intentar mantener a su familia.
Francisco Argeñal, el jefe de Meteorología de del Centro de Estudios Atmosféricos de Honduras, dijo que aún preveían el desbordamiento de más ríos en varias zonas del país.
El Centro Nacional de Huracanes estadounidense pronosticó que algunas partes de Nicaragua y Honduras podrían recibir entre 380 y 635 milímetros de lluvia, y hasta 1.000 milímetros en ciertas zonas aisladas.
Eta dejó daños a lo largo de Nicaragua, empezando con la ciudad costera de Bilwi, también conocida como Puerto Cabezas.
Las autoridades nicaragüenses comenzaron el miércoles a limpiar las calles de Bilwi de árboles y postes de luz caídos. Algunos vecindarios quedaron completamente inundados. La vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, dijo que más de 51.000 familias permanecían sin electricidad en las zonas afectadas.
Uno de los sitios más afectados es la comunidad miskita Wawa Bar, al sur de Puerto Cabezas. Sus habitantes fueron evacuados por el Ejército antes del impacto de Eta, pero el pueblo quedó devastado.
“Aquí no quedó nada en pie, Wawa Bar ahora es una comunidad miskita donde reina la destrucción”, dijo un vecino entrevistado por la televisión local que difundió imágenes de los destrozos.
El martes en la localidad de Bonanza, a unos 160 kilómetros de donde Eta tocó tierra, dos mineros murieron por el deslizamiento en una ladera, según informaron autoridades locales.
También se reportaron inundaciones en Sarawás, municipio de Mulukukú (al noreste), mientras el río Prinzapolka subió su nivel en 3,7 metros y amenaza a poblaciones que viven en sus riberas.
Las cantidad de lluvia esperada fue comparada con la del huracán Mitch de 1998, uno de los más mortíferos de la historia y que, según los registros del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, provocó la muerte de más de 9.000 personas.
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