Coronavirus
Ciudades vacías y móviles colapsados en el primer fin de semana de alarma
Los andaluces cumplieron, por norma general, con el decreto del Gobierno y se vieron estampas inéditas con calles desiertas
Había que quedarse en casa y los andaluces cumplieron, con algunas excepciones. Confinar a casi ocho millones y medio de personas en sus casas no era tarea fácil, pero la alerta sanitaria para frenar la rápida extensión del coronavirus requiere medidas drásticas y la conciencia general ha actuado. El sábado todavía parecía imperar cierta laxitud y este domingo las calles presentaban una inusual inactividad. El cierre decretado por el Gobierno de España de bares, restaurantes y todo tipo de lugares culturales y de ocio conminó a recluirse a los más reticentes. Los teatros han vivido el primer fin de semana con el cierre echado con la incertidumbre de si podrán rescatar la programación y son muchos los artistas que han tenido que cancelar conciertos. El goteo de suspensiones de grandes eventos desde el viernes -la Semana Santa no se celebrará y la Feria se ha pospuesto sin fecha, aunque podría celebrarse en septiembre- ha contribuido también a que ciudadanos y administraciones tomen conciencia del alcance real de una pandemia que ha dejado de momento seis muertos en nuestra comunidad y supera los cuatrocientos contagios.
Ante la adversidad, se ha desatado la actividad en las redes sociales. Los móviles hervían recibiendo y enviando vídeos humorísticos -triunfan sobre todo los de niños pequeños ante la perspectiva de las dos semanas encerrados que quedan por delante y los usos variables del papel higiénico- e informativos, desplegando las dos grandes virtudes que se acentúan en los momentos de crisis: la imaginación y la solidaridad. "En los momentos de crisis, solo la imaginación es más importante que el conocimiento”, traducido al lenguaje de Albert Einstein. La solidaridad se ha manifestado de múltiples formas, con grupos creados en Twitter para ayudar a personas mayores y dependientes, propuesta de actividades para realizar en casa con pequeños o los aplausos que suenan al caer la noche -el sábado a las diez, el domingo a las ocho- para transmitir el agradecimiento a los profesionales que trabajan en los hospitales. En el lado negativo, todavía podía verse gente paseando por la calle o haciendo deporte, ajena a las medidas restrictivas que la Policía trata de hacer respetar.
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