Granada adapta pero mantiene el ruego de las tres gracias al Cristo de los Favores

El toque de un cornetín ha resonado como cada Viernes Santo en el Campo del Príncipe de Granada para marcar la bíblica “hora nona”, un acto centenario adaptado por las limitaciones del estado de alarma pero que ha vuelto a pedir tres gracias al Cristo de los Favores, considerado el Señor de Granada.

La imagen del Cristo de los Favores, una talla de piedra que preside esta plaza del histórico barrio del Realejo desde el siglo XVII, ha recibido como cada Viernes Santo una ofrenda floral, un ramo de rosas rojas que luce encaramado en sus pies, y que ha marcado el arranque de un ritual centenario pero adaptado al coronavirus.

Aunque la crisis sanitaria y el obligado confinamiento han borrado la imagen de un Campo del Príncipe abarrotado de fieles, la parroquia de San Cecilio y la hermandad de Los Favores han adaptado esta tradición centenaria para rogar las tres gracias sin quebrantar el estado de alarma.

El capataz de esta hermandad, Alberto Ortega, ha explicado a Efe que la parroquia de San Cecilio ha adaptado el culto, que se ha reducido para minimizar la estancia en la calle, pero que sí se ha mantenido el toque de cornetín que marca las tres de la tarde, la bíblica hora nona a la que murió Cristo, y el acto del rezo para mantener una tradición que comenzó en el siglo XVII.

"Se ha hecho con todas las medidas de seguridad, con un silencio impresionante, con muy poca gente que ha mantenido las distancias y que ha acudido a rezar con sus guantes y su mascarilla", ha explicado Ortega.

La imagen del Cristo de los Favores recibe las plegarias de miles de fieles desde que comenzó a labrarse en 1679 por encargo de los vecinos del barrio para agradecer la escasa incidencia que tuvo entonces la peste bubónica, según recuerda una placa del entorno.

Ese mismo momento que cada Viernes Santo recuerda la hora nona ante la talla del Señor de Granada se ha repetido sin gente en la calle pero con una oración conjunta acompañada del repique de campanas de la iglesia de San Cecilio.

A ese tañer se han sumado también las campanas de la Catedral de Granada desde la que el arzobispo, Javier Martínez, ha compartido por televisión y en una retransmisión digital el viacrucis y el rezo de las cinco llagas de Cristo, considerado el acto más tradicional y propio de la Semana Santa granadina.

Martínez ha pedido adaptarse a estas “circunstancias tan únicas” para rezar juntos pero cada uno desde su casa, oraciones en las que ha pedido por los difuntos y, especialmente, por sus familias.