Tribunales
Piden el ingreso “inmediato” en prisión del dueño de la finca donde murió Julen por no pagar la indemnización
Serrano fue condenado a un año de cárcel y a indemnizar a cada uno de los padres con 89.500 euros, con una cuota mensual de 50 euros
La Fiscalía y la familia de Julen, el niño de dos años rescatado sin vida después de caer en un pozo de una finca de Totalán (Málaga) en enero de 2019, han pedido el ingreso en prisión “inmediato” del dueño de la parcela, David Serrano, que fue condenado por un delito de homicidio por imprudencia grave; al no haber pagado más que dos mensualidades de la indemnización impuesta. Así consta en los escritos de ambas acusaciones, a los que ha tenido acceso Europa Press, remitidos al Juzgado de lo Penal número 9 de Málaga, que es el que dictó la sentencia condenatoria tras el acuerdo alcanzado entre las partes y la conformidad expresada por el procesado, y que es el que se encarga del cumplimiento de lo dispuesto en dicha resolución.
Serrano fue condenado a un año de cárcel y a indemnizar a cada uno de los padres con 89.500 euros, con una cuota mensual de 50 euros. La pena de prisión fue suspendida, por lo que no ha ingresado en la cárcel, aunque estaba condicionada a cuestiones, como el pago de la responsabilidad civil pendiente, tras haber abonado ya 25.000 euros antes de la sentencia.
Pero, ahora, el fiscal ha remitido al juzgado un escrito en el que señala que el condenado “no ha cumplido las condiciones por las que se le otorgó el beneficio de la suspensión de la condena”, apuntando que las mensualidades a las que debe hacer frente son “de una cuantía mínima”, a pesar de lo cual consta que “no ha abonado dicha cantidad salvo dos meses” -50 euros cada mes-.
Por esto, considera la acusación pública, se debería “revocar el beneficio de la suspensión de la condena y proceder a su ingreso inmediato en prisión para el cumplimiento de la pena suspendida”. Tras recibir el juzgado que ejecuta la sentencia dicha petición, se le ha dado traslado a la defensa y a la acusación particular, que representa a los padres.
Así, la letrada de la familia ha remitido un escrito en el mismo sentido que el fiscal, instando la revocación del beneficio de la suspensión de la condena y que se proceda al inmediato ingreso en prisión de David Serrano. Esta acusación señala que en once meses “únicamente” se han abonado dos mensualidades, “una cuantía mínima que fue aceptada por mis patrocinados como prueba de buena fe”.
En este punto, se solicita que se revoque el beneficio, al considerar que se da en este caso “un incumplimiento grave y reiterado de una de las condiciones establecidas para la concesión de la suspensión de la condena”.
Por su parte, la defensa del condenado ha consignado una cantidad con el fin de evitar el ingreso en prisión de su patrocinado, según ha explicado a Europa Press el letrado Antonio Flores, quien ha recordado, igualmente, que se había abonado inicialmente 25.000 euros de la indemnización y ha indicado que ahora mismo su cliente se encuentra en paro. El juzgado aún no se ha pronunciado.
En la sentencia también se le condenó a pagar 663.982 euros a la Junta de Andalucía por los gastos en las tareas de rescate, a lo que hay que sumar la multa de 300.001 euros acordada por el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía el pasado mes de septiembre, a instancias de la Secretaría General de Industria, Energía y Minas, por una infracción de carácter muy grave en materia de seguridad minera.
Los hechos sucedieron el día 13 de enero de 2018 cuando el procesado fue junto con su pareja y su hija menor, así como con los padres de Julen y el pequeño a la finca. Cuando llegaron, aparcaron en la explanada en la que había realizado una obra con una canalización o zanja para asentar un futuro muro, que pretendía construir y que, además, se dispuso a mostrar al padre del pequeño, señala la sentencia.
En un momento, Julen se puso a correr por una canalización en forma de ‘L’ y al verlo, la pareja del acusado comenzó a gritar el nombre del menor, reaccionando “de forma inmediata” el padre, corriendo ambos en dirección a Julen para pararlo y evitar “que se hiciera daño con las piedrecitas o las paredes de la zanja”.
Al llegar a su extremo final el niño “de forma repentina y sorprendente” desapareció de la vista, ya que “Julen se coló por la boca del pozo que se encontraba a ras del suelo de la zanja, “en el extremo final y sin tapar, precipitándose en su interior”. La boca del pozo era de 28 centímetros de diámetro, reduciéndose posteriormente hasta los 21-22 centímetros.
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