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«Nazarenos» en blanco y negro para una Semana Santa alternativa

La revista pretende analizar la celebración sin convencionalismos, abordando temas «de los que nadie se atreve a hablar»

Portada del número cero de la revista «Nazarenos», una fotografía de Jaime Rodríguez que reproduce una imagen de Pierre Winther
Portada del número cero de la revista «Nazarenos», una fotografía de Jaime Rodríguez que reproduce una imagen de Pierre WintherJaime RodríguezRevista "Nazarenos"

En pleno auge de las redes sociales y del periodismo digital, alumbrar una publicación en papel, con un cuidado tratamiento gráfico en blanco y negro, parece una tarea titánica. Ese interés por ir a contracorriente es la filosofía de «Nazarenos», una nueva revista cofrade que pretende contar la Semana Santa de Sevilla al margen de los convencionalismos. «Nazarenos» es fruto del confinamiento, de largas horas «dándole vueltas a la cabeza» en un mes de abril de 2020 sin pasos ni ambiente cofrade en las calles. «Veíamos que había hueco», asegura a LA RAZÓN Carlos Cabrera, coordinador de la revista, ideada junto a Daniel Marín. Ambos detectaron la necesidad de «otro tipo de información cofrade, otra manera de tratar las noticias que genera la Semana Santa con otro lenguaje», asegura Cabrera, quien señala que «los medios cofrades corrientes, que hacen una gran labor, ofrecen una información estereotipada».

«Nazarenos» quiere ser un producto «muy popular, muy de la calle». «Queremos que la revista refleje lo que se habla en el bar que está frente a la casa hermandad y en las tertulias», sostiene Cabrera, y se dirige no solo a los cofrades «jartibles», sino a las personas que «viven la Semana Santa de una forma más relajada». Los vínculos de la celebración con la economía, la política o la Iglesia son algunos de los temas predilectos, asuntos «de los que nadie se atreve a hablar». Un producto alternativo pero «no contestatario ni rebelde». La publicación se sitúa en un plano distinto a la «oficialidad» del Consejo de Hermandades o del Arzobispado.

De hecho, el número cero está dedicado a las complicadas relaciones entre las cofradías y la Iglesia, en constante lucha de poder. Incluye, entre otros contenidos, un reportaje sobre la suspensión de las procesiones en 1933, un perfil crítico del arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, en el epílogo de su pontificado o una entrevista al presentador televisivo Víctor García-Rayo.

«Queremos que la revista sirva para pensar», insiste Cabrera, quien enumera la relación de firmas, que irá cambiando en cada número. En esta primera publicación figuran el historiador Pablo Mestre, que acaba de ser premiado por el Consejo de Hermandades; Jesús Romanov, que se centrará en historia, tendencias y vanguardias; Fernando Blanco, «un capataz que hablará de otro capataz»; Álvaro Dávila-Armero y su «entrevista anónima» o Laura Frost. Incluso el taller Daroal dará las claves de su universo artístico. «Los medios están saturados de las mismas firmas. Vemos a los mismos en la televisión, la radio y la prensa escrita», señala Cabrera. La portada, obra de Jaime Rodríguez, reproduce una provocativa fotografía de Pierre Winther en la que aparecen dos nazarenos enchaquetados en una taberna. Otros fotógrafos que colaboran son Santi León, Agustín Israel Barrera, Antonio del Junco y Cayetano Villodres, entre otros.

Existe demanda de información cofrade, pero ¿cómo afectará a la celebración estos dos años de parón? Según Cabrera, «se escucha mucho que esto nos va a servir para mejorar, pero lo que estamos viendo es inmovilismo». A su juicio, las hermandades «están a verlas venir y no están tomando la iniciativa; se están dejando guiar por otras personas». Junto a ello, lamenta que se está reforzando el «intervencionismo» de la Iglesia y la Administración. En definitiva, «bien no le puede ir a la Semana Santa estar dos años en blanco».