La Macarena, más cerca de los fieles y con medidas anticovid

Como viene ocurriendo en el ámbito cofrade desde el estallido de la crisis sanitaria del coronavirus, la hermandad de la Macarena de Sevilla ha sustituido el tradicional besamanos que se celebra en torno al Día de la Esperanza por una veneración. La dolorosa ha sido colocada en el centro de la basílica, donde recibe las plegarias de cientos de devotos, que no pueden besar la mano de la imagen pero sí contemplarla a cierta distancia. La talla luce el manto de tisú, bordado en 1930 por Juan Manuel Rodríguez Ojeda, y la saya de la coronación, que ha sido restaurada recientemente.

La hermandad lo ha dispuesto todo para que este acto se desarrolle con todas las garantías sanitarias. Se ha marcado en el exterior del templo un itinerario para que los fieles guarden cola con la debida distancia de seguridad. El interior de la basílica está aforado, según la normativa vigente, estando la puerta principal abierta completamente para facilitar el acceso y para que la virgen pueda ser contemplada desde fuera.

Otras hermandades sevillanas también han expuesto a sus dolorosas a la veneración de los fieles, como la Esperanza de Triana, la O, la Trinidad o San Roque.