Sociedad
El obispo de Córdoba, sobre el aborto y la eutanasia: “La libertad está exacerbada” y “quiere disponer de la vida”
“El hombre contemporáneo quiere atribuirse el papel de Dios en el campo de la vida”, denuncia
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha avisado, en referencia al aborto y la eutanasia, que “nuestra cultura, donde la libertad está exacerbada, quiere disponer de la vida” y, para ello, “utiliza incluso todos los avances de la ciencia para la fecundación artificial, para la manipulación de embriones, para suprimir incluso la vida naciente, cuando puede resultar incómoda”, o bien para “cortar su final natural mediante la eutanasia, cuando ya no existen cuidados amorosos”, porque “el hombre contemporáneo quiere atribuirse el papel de Dios en el campo de la vida”.
En este sentido y en su carta semanal, recogida por Europa Press, Demetrio Fernández ha afirmado que “en España cada año son eliminados más de 100.000 niños por el aborto procurado”, y “a partir de ahora tendremos cifras de las personas mayores que han sido eliminadas antes de su fin natural, y de todas aquellas que han decidido quitarse la vida y son ayudados a ello por personal sanitario”.
Para el obispo, en consecuencia, “la vida está en peligro”, y “necesitamos urgentemente custodios de la vida, que salgan al paso del dragón rojo y de Herodes, como hizo San José”, pues, “cuando Dios está ausente, cuando no se cuenta con Dios para nada, hasta la vida humana corre peligro”.
En esa situación, según ha argumentado en su carta, “el hombre se considera dueño absoluto de su vida y de la vida ajena en su origen y en su final” y, por ello, “la vida corre peligro”, ya que “la sociedad y sus leyes se elaboran al servicio de estos intereses” y, por eso, “los creyentes de cualquier religión, y los cristianos más todavía, somos amantes de la vida, custodios de la vida, como San José”, puesto que “.a vida es un don de Dios y nosotros hemos de protegerla, y ser custodios de la vida”.
Precisamente, según ha señalado Demetrio Fernández en su carta, este jueves 25 de marzo “celebramos”, como cada año, “la solemnidad de la Encarnación del Hijo de Dios en el seno de María virgen, nueve meses antes de su nacimiento para el 25 diciembre. Es la fiesta de la vida, el momento en que el Hijo de Dios se hizo célula viviente, embrión humano. En ese momento recibió un alma creada, que unida a su carne, constituye una naturaleza humana completa”.
De hecho, según ha resaltado el obispo, “la Jornada por la Vida viene a recordarnos que el hombre no es dueño absoluto de la vida, porque la vida siempre es un don de Dios y constituye el primero y fundamental derecho de toda persona humana”. Así, Dios “en el quinto mandamiento nos dice: ‘No matarás’”, pues “nunca hay motivo para suprimir una vida humana, y menos cuando ésta es inocente, o cuando es débil, frágil y vulnerable”.
Por todo ello, “la Jornada por la Vida este año quiere ponernos delante de los ojos a San José, custodio de la vida, para que aprendamos de él a custodiar la vida, la nuestra y la de los demás”, ya que, según ha insistido en su carta el obispo, “el dragón rojo del Apocalipsis está al acecho para devorar al niño cuando nazca (Ap 12,4)”, y “Herodes mandó matar a todos los niños de menos de dos años para eliminar a Jesús (Mt 2,16), pero éste ya había huido a Egipto con José y con María”.
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