Debate de la Comunidad

«Volver a empezar» en la negociación de las cuentas bajo el telón preelectoral en Andalucía

PP y Cs asumen la mitad de las iniciativas del PSOE-A, que obvia las líneas rojas de Ferraz ante el miedo al adelanto de los comicios buscado por Vox

El presidente de la Junta , Juanma Moreno, sostiene el documento de las propuestas del PSOE. EFE/Julio Muñoz
El presidente de la Junta , Juanma Moreno, sostiene el documento de las propuestas del PSOE. EFE/Julio MuñozJulio MuñozEFE

«Volver a empezar», como la película de Garci. Apenas 12 horas después de que volaran los puentes en el Debate del Estado de la Comunidad entre el Gobierno andaluz y el PSOE-A, de cara a la negociación de los Presupuestos de 2022, inusitadamente, donde en apariencia se cerró una puerta, se abrieron ventanas. Aunque en las Cinco Llagas se escenificó el neorrealismo italiano, por momentos se pergeñó un homenaje valleinclanesco al esperpento. La Junta y el PSOE-A seguirán negociando hasta la fecha límite para presentar las cuentas, el 24 de noviembre. Vox, por su parte, no oculta su posicionamiento en el no y anhela las urnas. Moreno «abraza» a la izquierda y «no vamos apoyar» el Presupuesto, censuró Rodrigo Alonso.

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, es aplaudido por los diputados de su grupo en medio de las ausencias de la oposición. EFE/Julio Muñoz
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, es aplaudido por los diputados de su grupo en medio de las ausencias de la oposición. EFE/Julio MuñozJulio MuñozEFE

Lo que era un ultimátum del grupo de Espadas con la no renovación de 8.000 sanitarios de refuerzo Covid se olvidó de súbito, ante la ausencia de líderes socialistas. El ajeno al Parlamento Espadas siquiera estaba en la recámara sino en Torremolinos con la FAMP en su 40 aniversario (también el tiempo del «Volver a empezar» de Garci); la portavoz Ángeles Férriz no apareció tras cosechar en la primera jornada del debate «división de opiniones» (a la manera de Curro Romero); y Mario Jiménez, del que Moreno deslizó a modo de epíteto el adjetivo «adjunto», tampoco estaba presente.

Las «líneas rojas» quedaron olvidadas cuando Juanma Moreno, en el estrado, con una copia de las propuestas socialistas a las que supuestamente no había contestado «en un mes», señaló que casi todas estaban recogidas en las cuentas y que PP y Cs aprobarían la mitad de sus resoluciones. «No hay nada entre estas propuestas que no esté en el Presupuesto», dijo Moreno y corroboró, de riguroso luto raphaeliano o «cholista», el diputado Pablo Venzal. En la era de la inmediatez, unas horas es tiempo suficiente para reconstruir puentes cuando los dos partidos del Gobierno y el principal de la oposición huyen del adelanto electoral, por diferentes motivos. De la respiración asistida de Cs, a las expectativas de crecimiento popular con las ansias de soltar amarras y lastre con Vox, pasando por el vértigo –«De entre los muertos», subtituló Hitchcock– de un PSOE-A «a dos metros bajo tierra» que se mueve entre el desconocimiento en el electorado de Espadas y las citas congresuales. El PSOE-A decidirá en dos semanas la ejecutiva de Espadas, al que Moreno apeló en el Pleno, tras citar «al Cholo Simeone»: «Yo levanto la voz por los sevillanos porque el alcalde de Sevilla no dice ni pío». El debate deambuló entre «Mi gran noche», para el PP, y el «Escándalo», para el PSOE, que también acató propuestas de populares y naranjas, sin solución de continuidad ni aparente sonrojo.

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, recibe unas propuestas de resolución de manos de Teresa Rodríguez, en representación de los diputados no adscritos de Adelante Andalucía. EFE/Julio Muñoz
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, recibe unas propuestas de resolución de manos de Teresa Rodríguez, en representación de los diputados no adscritos de Adelante Andalucía. EFE/Julio MuñozJulio MuñozEFE

En resumen, PP y Cs aceptaron 54 de las 105 iniciativas de la oposición, como «gesto» para retomar la negociación de las cuentas. La supuesta «línea roja» de los 8.000 sanitarios –renovar los 20.000 empleados en lugar de los 12.000 a los que se compromete la Junta– fracasó debido a la ausencia de los diputados no adscritos de Teresa Rodríguez, que entregó a Moreno un documento con sus reivindicaciones, al no tener voz en el Pleno, y se marchó y a su posicionamiento le llamó libertad. La propuesta no era vinculante pero, con los sindicatos y el sector en la calle, podía suponer un nuevo escollo con un servicio público que, en parte, tumbó al anterior Gobierno y que centró gran parte del discurso de la primera jornada del presidente.

Bicefalia

El nuevo cambio de rasante del PSOE-A evidencia la bicefalia socialista y en el propio grupo mora el malestar ante la injerencia de Ferraz –verbalizada por Gómez de Celis esta semana– señalando que sin la renovación de los sanitarios no seguiría la negociación.

El Debate del Estado de la Comunidad marca definitivamente el tablero andaluz, con todo el centro libre para Moreno; la capilla ardiente de Cs; el desnortamiento del PSOE-A; y la irrelevancia de Unidas Podemos, a pesar de que su portavoz, Inmaculada Nieto, sobresalió en el debate –«Votadme más y admiradme menos», dejó caer por los pasillos– y de los fieles a Teresa Rodríguez. La estrategia de reposicionamiento de Espadas queda ahora en manos de Moreno. La negociación, y la incógnita electoral, se estira de la «geometría interior» a la que se aludió en la primera jornada a la geometría variable de «Volver a empezar», el oscarizado filme con el «Canon de Pachelbel» en su banda sonora que compitió con «La Colmena» y «Demonios en el jardín», títulos no exentos de reminiscencias en el plenario. Hasta el debate a la totalidad el 24 de noviembre con el vals preelectoral de fondo –con parada el 18 de ese mes, cuando expira el plazo para registrar las enmiendas a la totalidad–, es tiempo de «Canción de cuna».