El TSJA reclama casi 70 nuevas plazas judiciales para desatascar la justicia

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) presentó este miércoles su memoria de 2021, que recoge que los juzgados de la comunidad ingresaron 1.203.452 asuntos, un 12% más que en 2020, con lo que recuperan los niveles de litigiosidad previos a la pandemia. Andalucía presenta una de las tasas más altas de España y el presidente del TSJA, Lorenzo del Río, aprovechó la coyuntura para recordar que el tiempo de respuesta y los asuntos pendientes representan el principal problema de una justicia que se encuentra «a medio camino» hacia su optimización. De hecho, el alto tribunal andaluz reclama la creación, como mínimo, de 69 nuevas plazas entre magistrados y juzgados.

«El reto de modernizar la justicia en 2022 está a la espera de un gran compromiso y la voluntad política», dijo el presidente del TSJA, quien lamentó que la situación no sea óptima a pesar del «esfuerzo generalizado» de todos los profesionales. Una de las «deficiencias» que más destacó fue el volumen de asuntos pendientes: la friolera de 625.681. «Es difícil, por no decir imposible, acabar con la pendencia existente con los actuales recursos personales y defectuoso sistema organizativo», explica la memoria. «Si queremos avanzar en la normalización de nuestros tribunales, generalizar un rendimiento óptimo de la justicia y una reducción de la bolsa de asuntos pendientes, será imprescindible contar con nuevas plazas judiciales y mejorar los planes de refuerzo, sin olvidar la mejor optimización de ciertos órganos y recursos personales», añade.

Así, el TSJA reclama la creación de 20 nuevas plazas de magistrado en órganos colegiados (14 de ellas en Audiencias Provinciales) y 49 nuevos juzgados unipersonales, sin olvidar un aumento de personal que no llega a cuantificar porque la consecución de un servicio con «eficacia, celeridad y calidad no depende en exclusiva del número de funcionarios, sino también de una mejor gestión de los medios personales».

En esa línea, el TSJA insiste en la «defectuosa gestión» de esos recursos humanos y apuesta por implantar «un nuevo modelo de trabajo más flexible y más eficiente, orientado a resultados». No como actualmente, cuando «se sigue dependiendo del voluntarismo personal» del trabajador.

Entre otras problemáticas que parecen perennes y que urge a solucionar, el TSJA cita la existencia de órganos con exceso de funcionarios y otros con una plantilla muy escasa, el alto número de interinos con falta de especialización, los cambios constantes en las plantillas y los retrasos para cubrir vacantes.