Tribunales
Testigos señalan al legionario acusado de matar a su exnovia como celoso y posesivo
Intentaba controlarla, la llamaba constantemente o le prohibía mantener contacto con otras personas, según los declarantes
Algunos de los testigos que han declarado este martes en el juicio contra el acusado de asesinar a su expareja en Granada en febrero de 2020, cuando era legionario en Viator (Almería), se han referido a este joven de 26 años como una persona posesiva y controladora con la víctima, una maestra de 38 años.
En la segunda sesión del juicio con jurado popular que acoge la Audiencia de Granada han declarado, entre otros, el padre de la fallecida, Ana María, quien fue de los primeros en entrar a la vivienda de su hija poco después de que se produjera el crimen, ocurrido en un inmueble del barrio del Zaidín.
Según ha informado a EFE el letrado Rafael López Guarnido, que ejerce una de las acusaciones particulares -en nombre del progenitor de la víctima-, el padre ha contado que conocía la relación que su hija tenía con el acusado, A. M. M., y que supo que ella había decidido poco antes de los hechos romperla y que estaba decidida a no volver con él.
Tanto este testigo -que fue el que encontró a su hija en el suelo tras el crimen y que fue alertado por una vecina que la había escuchado pedir socorro- como una amiga íntima de Ana María han dibujado un perfil machista del procesado, aludiendo a que era alguien celoso y posesivo, que intentaba controlarla, que la llamaba constantemente o que le prohibía mantener contacto con otras personas.
También han declarado la madre y el hermano del acusado, que lo acompañaría a entregarse en la Guardia Civil en Guadix (Granada), además de algunos de los agentes que intervinieron en la investigación de los hechos.
Este miércoles está prevista la declaración de los médicos forenses y, una vez concluida la prueba pericial, las partes podrán presentar sus calificaciones e informes definitivos de forma previa a la elaboración y entrega del objeto del veredicto al jurado.
Durante su declaración este lunes el acusado admitió haber acabado de una cuchillada en el cuello con la vida de su expareja, aunque supuestamente después de que ella lo hubiera atacado primero.
“Como legionario que era, mi mejor defensa era luchar, no salir huyendo. No soy un cobarde”, sentenció el ya exlegionario, quien confesó que, evidentemente, podría haber “manejado mejor” tal situación pero que actuó con “instituto de supervivencia” ante el supuesto intento de ella de matarlo.
A. M. M. se enfrenta a una petición fiscal por un delito de asesinato -con las circunstancias agravantes de parentesco y género- a 25 años de prisión, la misma petición que hacen las dos acusaciones particulares, en nombre del padre de la víctima y del progenitor de una hija menor que tenía esta.
Su defensa, ejercida por un abogado de oficio, considera los hechos constitutivos de un delito de homicidio con la atenuante de confesión, por el que le solicita provisionalmente 10 años de cárcel.
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