Turismo

Un verano inflacionista: los alquileres suben hasta un 15 por ciento

El incremento de la demanda y la subida de la luz y otros servicios encarecen las vacaciones en las zonas costeras de Andalucía

Playa de Regla, del municipio gaditano de Chipiona
Playa de Regla, del municipio gaditano de ChipionaEsteban Perez AbionEuropa Press

Con casi un centenar de playas paradisíacas que se reparten entre el Atlántico y el Mediterráneo, una oferta gastronómica alimentada con productos tan exquisitos como el atún rojo de almadraba, un espectacular patrimonio cultural y arquitectónico y un calendario festivo y musical salpicado de eventos de la talla del Concert Music Festival Sancti Petri, Cádiz es desde hace años el gran destino del litoral español. Ese lugar en el que, como evidencian los miles de turistas que la visitan cada año, disfrutar de unas vacaciones inolvidables.

Se trata de una realidad de la que hablan los datos de rentabilidad del sector hotelero de municipios como Chiclana, con un notable incremento, tanto en número como en calidad, de hoteles y el inmenso parque de viviendas turísticas que se ha ido gestando en torno a un fenómeno turístico que no ha dejado de crecer. Incluso en pandemia. Viviendas vacacionales que se reparten desde Sanlúcar de Barrameda hasta San Roque, que son un negocio de gran rentabilidad –muchas pertenecen a inversores extranjeros– y que, en no pocos casos, generan beneficios que se antojan fundamentales para la economía de familias de municipios –Barbate, Conil de la Frontera o Cádiz– en los que el desempleo complica el día a día. Dos fenómenos –interés creciente por el destino y recurso económico rentable– que han provocado que el alquiler se haya disparado hasta niveles difíciles de predecir tiempo atrás y, con él, los precios. Entre un 10 y un 15 por ciento este 2022 según las inmobiliarias que tienen en el alquiler vacacional una de sus principales fuentes de ingresos.

Cádiz, Chiclana, El Puerto de Santa María, Rota, Chipiona, Barbate, Tarifa y Sanlúcar de Barrameda conforman la columna vertebral de los destinos más demandados. «El interés por la provincia de Cádiz, en especial por la costa, no deja de crecer. La demanda de pisos vacacionales cada vez es mayor y, como es lógico, los precios se incrementan año tras año», señala Alessandra, responsable de una de esas inmobiliarias, Playamar, que se localiza en uno de los destinos costeros más demandados: Conil de la Frontera.

Incremento que, al igual que otras inmobiliarias, sitúa «entre un 10 o un 15 por ciento» y que, apunta, «no solo responde a la demanda, sino al encarecimiento de los precios de la luz, el agua y la propia limpieza de los apartamentos». Servicios a los que, en no pocos casos, hay que sumar el encarecimiento de las cubas que suministran agua a zonas dependientes de acuíferos que ya no dan para tanta vivienda, menos aún tras un año tan pobre en lluvias.

«Afortunadamente –apuntan a LA RAZÓN desde un grupo de pisos vacacionales en Sanlúcar de Barrameda– seguimos siendo un destino puntero para muchos turistas, muy en especial para los de origen nacional, y eso, como en todo mercado, hace que exista una fuerte demanda y una lógica subida de precios». «Incremento que –subraya– entra dentro de lo previsible en un contexto general de subida de precios».

Lógica o no, lo cierto es que, si miramos algunas de las plataformas digitales que se dedican al alquiler vacacional en la costa de Cádiz, encontramos precios que, en no pocos casos, escapan de esa lógica subida de precios. Así, en uno de los destinos más solicitados y con un parque de viviendas de alquiler medio, en Vejer de la Frontera encontramos precios que, para una noche y dos adultos, van desde los 200 a los 585 euros.

Del mismo modo, un apartamento en Chiclana, de 70 metros cuadrados y tres camas, para una estancia de cuatro personas durante seis noches, en el mes de julio, puede superar los 2.050 euros.

Precios que en dos de las localidades más turísticas de la costa gaditana, Chipiona y Tarifa, van desde los 1.000 a los 1.700 euros y desde los 900 a los 1.600. Obviamente, estos precios son solo indicativos, ya que se trata de viviendas con prestaciones y localizaciones diferentes, pero evidencian el incremento sufrido por uno de los parques de viviendas vacacionales más demandados de España. «Muchas familias han visto en el alquiler de sus segundas viviendas o de ese ‘partidito’ en el campo la válvula de escape para lograr unos ingresos extras que les permitan afrontar con más desahogo el año», apunta un empleado de una inmobiliaria.

Ingresos millonarios en Cádiz

Aunque las estadísticas del sector turístico del alojamiento siempre se centran en los hoteles, lo cierto es que el alquiler vacacional de chalets, apartamentos y pisos genera unos ingresos que muchas veces sorprenden por su extraordinaria cuantía. Ejemplo de ello es Chiclana. Su alcalde, José María Román, en relación a la pasada campaña vacacional, señalaba que «si en torno a unas 100.000 personas se alojan en 10.000 viviendas, a un gasto medio de alquiler de 6.000 euros al mes, en dos meses hablamos de 120 millones de euros».