"Caso ERE"
El indulto a Griñán: las dos caras del PSOE ante la corrupción
La «vieja guardia» socialista respalda la iniciativa mientras otros, como Juan Espadas, se ciñen al Código Ético del partido
Si el socialista Pedro Sánchez hace caso a la familia del socialista José Antonio Griñán y lo indulta, no será ni habrá sido la primera vez que un Gobierno de España perdona a un político condenado por corrupción. En la mayoría de las veces, el cargo público compartía color con el Ejecutivo de turno, pero también ha habido exenciones de penas de cárcel entre distintos bandos. El caso es que todo el proceso que conducirá a la decisión última del Consejo de Ministros ha servido para confirmar que el PSOE alberga más de un PSOE y que la mayoría, no sólo de la vieja guardia, sino también de alguna más joven, está a favor del indulto a pesar de que su Código Ético les impide defender esa postura.
La familia del expresidente de la Junta de Andalucía, condenado a seis años de cárcel por malversación y quince años de inhabilitación por prevaricación, ya ha presentado la petición de indulto y la ha basado en «razones humanitarias». El escrito de once páginas cuenta ya con el respaldo de unos 4.000 ciudadanos. Entre ellos figuran algunos personajes importantes de la historia reciente de la comunidad y de España. Y, por supuesto, del partido de la rosa. Por ejemplo, los expresidentes del Gobierno Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, el exvicepresidente Alfonso Guerra, varios exministros también socialistas y la expresidenta andaluza Susana Díaz. En resumen, el «viejo» PSOE y una senadora.
Felipe González, quizás el firmante más ilustre de la petición de indulto a Griñán, está muy familiarizado con ese perdón porque concedió varios muy significativos, por ejemplo a Juan Hormaechea (Alianza Popular y PP), el expresidente cántabro condenado por malversación de caudales públicos, en 1995; o a Jesús Gil en 1994 para evitar que fuera a la cárcel por vender una parcela que estaba embargada. Y no lo indultó porque eso le correspondió al popular José María Aznar, pero al exministro de Interior José Barrionuevo, condenado por el secuestro de Segundo Marey, lo acompañó de la mano y le dio un abrazo para la historia cuando tuvo que ingresar en la cárcel de Guadalajara en 1998.
Aquel día, como ocurre ahora, Felipe y el partido exhibieron un apoyo casi unánime al condenado. Curiosos paralelismos... El expresidente del Gobierno, como entonces, ya ha defendido la integridad de Griñán pese a la rotundidad de la sentencia confirmada por el Tribunal Supremo: «Conociéndolo a fondo, si pudiera designarlo hoy para formar parte de un Gobierno de España que yo presidiera, lo volvería a hacer. Es imposible que sea culpable», dijo González a principios de agosto.
Y si en 1998, quizás de un modo más multitudinario que ahora, presidentes y dirigentes regionales se concentraron en un acto partidista ante la prisión manchega, ahora también ha habido un apoyo expreso al condenado desde una administración autonómica. «Si no fuera presidente y no tuviera responsabilidades orgánicas e institucionales, también lo firmaría», ha reconocido el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara.
Alfonso Guerra también estuvo en Guadalajara aquel día de septiembre del 98. Lógicamente, defendía el indulto a Barrionuevo como ahora defiende el indulto a Griñán. «Un grupo de amigos ha pensado que estaría bueno hacer un listado de personas que apoya el indulto y he dado mi conformidad a que esté, con lo cual ya la opinión bien clara. En ese documento estará mi firma», anunció hace ya unas semanas.
A ese bando corresponde igualmente Susana Díaz, precisamente la mujer que sucedió a Griñán al frente del Ejecutivo andaluz... y que prescindió de él para así satisfacer la exigencia de Ciudadanos y formar la coalición de gobierno. Alistada con esa parte aparentemente mayoritaria del PSOE que reclama el perdón y reivindica la inocencia del condenado, la expresidenta lo dijo así de claro: «Pepe no tuvo acceso a esos fondos y no se ha llevado un duro. Hay muchos argumentos de sobra para justificar el indulto». No cayó en que el delito de malversación no contempla que el acusado se apropie del dinero, porque para eso está precisamente el delito de apropiación. «Hay muchos argumentos de sobra para justificar el indulto», añadió.
Esa postura de Susana Díaz, actual senadora y por tanto cargo público, ha encendido la mecha de la polémica con quienes defienden en público que no hay que pedir ninguna medida de gracia. A falta de saber si son muchos o pocos, lo único cierto es que el único que ha marcado esa frontera en público es el sucesor de la expresidenta en la secretaría general del PSOE andaluz, Juan Espadas. «La petición es una decisión personal y familiar que debe quedar en ese ámbito. Yo me debo al Código Ético del partido, mucho más por ser el secretario general del PSOE-A», explicó, en un sentido totalmente opuesto al de su predecesora.
Visto lo visto, la sorpresa sería que el Gobierno no indultase a Griñán. El PSOE tiene bastante experiencia en ese sentido: desde 1996 ha concedido 66 (Zapatero dio 62 y Pedro Sánchez, los cuatro del «procés»). Y el PP, más todavía: 155 (139 firmados por José María Aznar y otro 16 por Mariano Rajoy) en ese mismo cuarto de siglo.
Del Bosque, Miguel Ríos y Garci lo apoyan
Entre los más de 4.000 ciudadanos que apoyan el indulto figuran, por ejemplo, el exseleccionador de fútbol Vicente del Bosque; el cantante Miguel Ríos; directores de cine como José Luis Garci; el ex alcalde de Sevilla Alejandro Rojas-Marcos; la exesquiadora María José Rienda,que fue presidenta del CSD, y el periodista Iñaki Gabilondo.
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