La polémica
Un residencial con vistas al terreno contaminado por Estados Unidos en Palomares
Ecologistas denuncian una promoción de viviendas frente al perímetro radiactivo por el accidente nuclear de Estados Unidos en 1966 y «cuya tierra nunca se limpió»
Ecologistas en Acción ha presentado alegaciones contra el proyecto que contempla la construcción de hasta 1.600 viviendas de obra nueva frente a la playa de Quitapellejos de la pedanía de Palomares, en Cuevas del Almanzora (Almería). Entienden que la promoción estaría «muy cerca de la zona contaminada por radiactividad» a raíz del accidente nuclear que tuvo lugar en 1966 y «cuya tierra nunca se limpió por parte de Estados Unidos ni por nuestro propio Gobierno», como recordó el abogado de la organización, José Ignacio Domínguez. «Las partículas de plutonio y de americio que hay dentro de la zona vallada no permanecen estables, salen con el viento, el agua y sobre todo con la fauna silvestre y doméstica, así que solo hay que imaginar qué puede pasar si llenamos esos terrenos de familias y niños», advirtió Domínguez, que junto al Grupo Ecologista Mediterráneo (GEM) y otras asociaciones contradice el dictamen ambiental positivo emitido por la Junta.
Los medioambientalistas señalan que la previsión es llevar a cabo una construcción que «supone una población incluso superior a la actual», con una edificabilidad prevista de casi 150.000 metros cuadrados, frente al litoral en el que «los americanos limpiaban todos sus vehículos después de pasar por las zonas donde cayó el plutonio, dejando en aquí todo el polvo radiactivo». Además, la actuación se plantea en un suelo colindante a los terrenos delimitados por el Ciemat como «contaminados por radiactividad» y que fueron expropiados del Plan de Investigación Energética y Medioambiental en Materia de Vigilancia Radiológica.
Si bien la Delegación Territorial de Sostenibilidad y Medio Ambiente en Almería, ha manifestado que «no existe riesgo radiológico» que pueda asociarse al desarrollo urbanístico de la parcela conforme a los informes remitidos por organismos competentes en seguridad radiológica, José Ignacio Domínguez recomendó que «nadie se acerqué por allí si se inician las obras», ya que todo ese polvo radiactivo», que se acumuló «durante varios meses en las capas más profundas , si ahora lo levantan para hacer cimientos, va a salir al ambiente». El nuevo espacio urbanístico también cuenta con una parcela hotelera de 8.000 metros cuadrados y otras dotaciones como estación de servicio, colegios, comercios y espacios deportivos, además de casi 1.000 plazas de aparcamiento.
De hecho, inciden desde la administración andaluza en que el diseño se sitúa «fuera» del área afectada a partir del accidente nuclear, trasladando que «no se prevén afecciones radiológicas derivadas de la ejecución del proyecto» frente a la playa injustamente célebre por el baño tranquilizador del ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga, que más tarde se especuló que en realidad se tomó a varios kilómetros de ese tramo litoral almeriense.
No obstante, el desarrollo urbanístico de este sector aún está en «trámite de alegaciones», como puntualizaron fuentes de la Junta de Andalucía, más allá de que cuenta con un dictamen ambiental favorable desde el pasado 23 de octubre. En este sentido, un total de siete organizaciones ecologistas han mostrado su oposición, con el rechazo inicial de otras alegaciones que fueron contestadas y desechadas, porque «las parcelas afectadas por contaminación radiológica están clasificadas como suelo no urbanizable de especial protección por el Plan de Ordenación del Territorio del Levante Almeriense (Potala)».
Así, también un informe aportado por el Ciemat el 10 de septiembre de 2024 apuntaba la viabilidad del residencial, mientras la Autorización Ambiental Unificada incluye un Plan de Vigilancia y Control Ambiental, que «obligará al promotor a informar de cualquier incidencia ambiental relevante, permitiendo la realización de inspecciones periódicas».
Una de las mayores controversias es la conducción subterránea de agua cuyo trazado discurre pegado a la Zona 2bis, que sí está reconocidamente contaminada, por lo que la Junta dispone en su dictamen ambiental que el promotor consulte «directamente con el Ciemat» sobre la distancia a respetar antes de ejecutar la actuación, toda vez que el diseño del proyecto «no debe invadir en ningún caso los límites de las parcelas» afectadas.
«Es muy arriesgado hacer viviendas aquí», lamentó el letrado de Ecologistas en Acción, matizando que «no estamos en contra de que construyan pero que lo hagan una vez esté debidamente limpio todo esto». «Se corre el riesgo de ocultar la contaminación bajo residenciales de lujo», sentenció Domínguez.
Aunque Pedro Sánchez anunció un acuerdo con el expresidente Joe Biden, por el que «equipos técnicos de los dos países» trabajarían en una «solución permanente» para «limpiar el suelo» en Palomares, la llegada de Donald Trump al gobierno estadounidendejó en el limbo la retirada de materiales contaminados que mantienen perimetrada un área restringida superior a las 40 hectáreas. Hay varios apercibimientos por parte de Europa para terminar con ese riesgo en el núcleo urbano ya existente en calles como Diseminado La Punta, donde «se superan todos los parámetros de seguridad radiactiva», apuntó Domínguez.