Naturaleza

El Cabo de Gata abre a las visitas por primera vez en la historia uno de sus tesoros ocultos

Un programa de visitas turísticas permite descubrir desde dentro uno de los paisajes más icónicos y singulares del Mediterráneo andaluz

Salinas del Cabo de Gata (Almería)
Salinas del Cabo de Gata (Almería)EfeAgencia EFE

Por primera vez en su historia, las emblemáticas Salinas de Cabo de Gata, en pleno corazón del Parque Natural almeriense, abrirán sus puertas al público a partir del 16 de abril con un programa de visitas turísticas que permitirá descubrir desde dentro uno de los paisajes más icónicos y singulares del Mediterráneo andaluz. De manera previa, este martes se ha celebrado un acto exclusivo para empresarios, instituciones y colaboradores de la zona en el que Óscar De Vicente, director general del Grupo Salins en España, ha presentado la iniciativa, enmarcada dentro del impulso a un modelo de turismo sostenible y de valorización del patrimonio salinero.

“Lo que queremos hacer son visitas turísticas guiadas, siempre a pie o en bicicleta. Tienen que ser sostenibles, ecológicas, para que se vea lo que es la tradición salinera”, ha explicado De Vicente en declaraciones a EFE. Habrá unas tres cada día, por la mañana y a última hora de la tarde, con la intención de evitar las horas más duras del sol que siempre luce en esta tierra. El recorrido culminará en una de las zonas más especiales del recinto: la recolección de la flor de sal.

“La idea es que la gente pueda recolectarla y tener su experiencia propia, ser salinicultor por un día. Ese es el programa. Esperamos que sea un éxito, que la gente lo disfrute y lo viva con la misma pasión que nosotros”, ha dicho. Las visitas guiadas permitirán al público entender el complejo y meticuloso proceso de producción de sal, desde la entrada del agua marina hasta la recogida final. La sal entra en el sistema desde la playa de la Fabriquilla, aprovechando la ubicación natural del terreno y el desnivel. A través de un canal que atraviesa la montaña, el agua llega a las balsas, donde se inicia un proceso gradual de evaporación gracias al sol y el viento.

Este proceso convierte los 30 gramos de sal por litro del agua marina original en hasta 300 gramos por litro en las fases finales, antes de la cristalización. Una vez secas las balsas -normalmente a partir de septiembre- se inicia la recolección, que ha pasado de hacerse a mano, con picos y vagonetas, a mecanizarse parcialmente. En esta época grandes montañas blancas de sal se acumulan al fondo del recinto antes de ser transportadas en camiones, principalmente hacia mercados del norte de Europa.

Las Salinas de Cabo de Gata constituyen un paisaje antropizado de 400 hectáreas, la única salina activa de Andalucía oriental y una de las más antiguas de la península. Su explotación se remonta a tiempos romanos, cuando ya se aprovechaban los recursos de esta albufera para la obtención de un producto tan preciado como la sal. El Grupo Salins, especializado exclusivamente en la explotación de salinas a nivel internacional, cuenta con instalaciones en países como Italia, Francia, Túnez, Senegal, Zimbabue o Países Bajos, además de España, donde opera en enclaves como Torrevieja, Santa Pola, Cádiz o las propias Salinas de Cabo de Gata.

“Nuestra actividad es exclusivamente salinera: recolección, tratamiento y comercialización de sal. Pero esta salina de Cabo de Gata es muy especial: es pequeña, con una producción de unas 30.000 o 35.000 toneladas al año, artesanal, y produce una sal de altísima calidad destinada sobre todo al mercado alimentario gourmet”, ha destacado el responsable. Además de su valor productivo, este enclave sigue siendo un humedal de altísimo valor ecológico, incluido en la lista Ramsar de zonas húmedas de importancia internacional desde 1990. La salinidad cambiante de los distintos estanques crea una diversidad de hábitats que favorece la presencia de más de 80 especies de aves.

Algunas de ellas nidifican en islotes o carrizales, mientras que otras hacen escala aquí en su migración entre Europa y África. Cabo de Gata es un punto estratégico en esas rutas: un refugio antes de cruzar el mar en otoño y un oasis tras el esfuerzo de atravesarlo en primavera. “Efectivamente, nuestra actividad es necesaria. Las salinas son parte de un ecosistema único, hábitat de numerosas especies, y un ejemplo de cómo la actividad humana puede ir de la mano de la conservación de la biodiversidad”.

Este nuevo programa de visitas pretende abrir una ventana a ese equilibrio entre tradición, industria y naturaleza en un espacio que, hasta ahora, había permanecido cerrado al público general. “La sal de la vida” de Cabo de Gata se prepara así para recibir a sus primeros visitantes, en un gesto que marca un hito en la historia de este paisaje salinero centenario.