Turismo

El convento sevillano que sobrevive como alojamiento singular

Los huéspedes pueden experimentar el silencio y el recogimiento propios de un recinto monástico

Convento de Santa Rosalía, en Sevilla
Convento de Santa Rosalía, en SevillaLa RazónLa Razón

La elaboración de dulces no es suficiente para mantener un convento del siglo XVIII con un ingente patrimonio. El monasterio de Santa Rosalía de Sevilla cuenta con una "casa de oración" para experimentar durante unos días el silencio y el recogimiento propios de un recinto monástico. Se trata de una "estupenda posibilidad", tal y como se asegura en la página web del convento, para disfrutar de la estancia en un lugar distinto, íntimo y acogedor, imbuido del sabor monacal propio del lugar donde se encuentra.

"En la casa de oración se respira el encanto de la sencillez franciscana y el primor propio de las cosas hechas con el corazón. Es muy idóneo para la celebración de uno o varios días de convivencia o retiro ofreciendo la posibilidad de comidas para grupos", señala la comunidad.

La casa de oración se encuentra en una zona independizada de la clausura, concretamente en el antiguo noviciado. Un edificio de principios del siglo XVIII que consta de un patio claustral en torno al cual se distribuyen las habitaciones. Entre las zonas comunes, cuenta con un salón (antiguo locutorio) que está a disposición de todos los visitantes equipado con televisión. Asimismo, hay un comedor donde se puede desayunar y celebrar comidas "en caso de encontrarse realizando un retiro espiritual".

Mediante la planta alta se puede acceder tanto a un salón de reuniones y conferencias equipado con megafonía, como al coro alto de la iglesia desde el que puede asistir a las misas, rezadas por las hermanas en la iglesia. La casa cuenta con habitaciones sencillas, dobles triples (siempre con camas individuales), amuebladas, todas equipadas con baño interior y climatizadas. Estas estancias "son aseadas diariamente cambiando sábanas y toallas si lo precisan". El convento no cuenta con la posibilidad de aparcamiento.

Igualmente, el convento ofrece a los peregrinos del Camino de Santiago que se encuentren caminando por la Ruta de la Plata la posibilidad de alojarse en el monasterio en una zona destinada a este fin. Estas habitaciones son comunes con baño compartido.