
Ante la muerte del Papa Francisco
Cuatro cofrades sevillanos con billete al Jubileo: «Si no van el Cachorro ni la Esperanza disfrutaremos de Roma»
Confían en presenciar la gran procesión pese a la cercanía del cónclave

Tienen los billetes de avión comprados, el alojamiento reservado y la ilusión intacta. Jesús Manuel Márquez, Lourdes Rubio y las hermanas Ester y Rocío Benjumea son cuatro cofrades sevillanos que lo tienen todo listo para viajar a Roma para presenciar la icónica procesión del Cachorro de Sevilla y la Esperanza de Málaga el próximo 17 de mayo, en el marco del Jubileo de las Cofradías. Sin embargo, la muerte del Papa Francisco está ensombreciendo este plan, puesto que el cónclave se aproximaría mucho a esta cita y a la llegada de ambas imágenes a la basílica de San Pedro del Vaticano, donde quedarían expuestas antes del desfile. Desde la organización se asegura que la procesión no peligra, puesto que los actos del Jubileo de la Esperanza continúan adelante independientemente del fallecimiento del Santo Padre, aunque también está abierta la posibilidad de una suspensión por la intensa agenda vaticana derivada del funeral y la posterior elección del nuevo pontífice.
En el peor de los casos, «si no van el Cachorro ni la Esperanza disfrutaremos de Roma», asegura con cierta resignación Rocío Benjumea, una joven estudiante de Medicina hermana de la Macarena, San Benito y la Redención. Estos cuatro amigos lo tuvieron claro cuando se empezó a hablar de la posibilidad de que ambas imágenes estuvieran presentes en la ciudad eterna este año. No es la primera vez que una imagen andaluza procesiona por Roma –la Virgen del Mayor Dolor de Granada lo hizo en el año 2000 con motivo del anterior Año Jubilar y la apertura del Congreso Eucarístico Internacional, enmarcada en las columnas de la plaza de San Pedro–, pero sí es algo inédito que dos tallas de sendas ciudades andaluzas distintas conformen una única cofradía y que transiten por lugares tan emblemáticos como el Coliseo o el Foro Romano.
Justo cuando los hermanos del Cachorro confirmaron en cabildo la participación del crucificado, en mayo del año pasado, Rocío reservó el apartamento. «Había disponibilidad y a un precio asequible», asegura. Se trata de un alojamiento cerca de la Villa Borghese y de la iglesia de Santa María de la Victoria, que alberga una de las obras escultóricas más famosas de Gian Lorenzo Bernini, el Éxtasis de Santa Teresa.
«Yo ya he estado en Roma, pero es una ciudad impresionante a la que siempre hay que volver. Si unes este escenario único al Cachorro la conjunción es increíble. No nos podíamos perder ese momento histórico», asegura. En cuanto al vuelo, reservó los billetes más tarde, en octubre, cuando las compañías ampliaron la oferta hasta Roma. En Málaga tuvieron esta posibilidad antes.
El fallecimiento del Papa el pasado lunes de Pascua llenó de consternación a estos cofrades y la incertidumbre, todavía a día de hoy, es patente. «Es una situación que impacta por lo que supone la pérdida del Santo Padre para la Iglesia católica y para el mundo entero. Además, estamos preocupados por el viaje», señala Rocío, además de subrayar que «lo que transmite la organización es que la procesión sigue adelante». De hecho, así lo ha expresado Paloma Saborido, coordinadora del acto. Un signo de que todo se mantiene es que a la basílica del Cachorro de Sevilla han empezado a llegar cajas de grandes dimensiones para transportar el paso y en Málaga, después de que concluyera la estación de penitencia, los hermanos del Paso y la Esperanza empezaron a desmontar el trono de la dolorosa.
Si el cónclave se alarga coincidiría con la estancia de ambas imágenes en el Vaticano, por lo que estos cofrades están pendientes de las fechas que se están fijando y de los mensajes que trasladan los organizadores. «No podemos hacer nada, yo de momento estoy tranquila», remarca, apuntando también la posibilidad de contemplar la elección de un nuevo Papa en Roma, un «momento histórico muy relevante».
Lo que sí está claro es que en los Años Jubilares Roma se llena de peregrinos, una ciudad que vibra especialmente cuando la Iglesia celebra hitos de este calibre. Los turistas se multiplican y, lógicamente, hay saturación en los lugares más visitados. «Para mí es más fácil organizar el viaje porque sé qué cosas merecen la pena y los lugares que están más cerca». Tal es la afluencia, multiplicada estos días previos al funeral, que ha intentado reservar entradas para los museos vaticanos y es imposible.
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