Gastronomía
Esto es lo que recibes si pides "un alemán" en Guarromán
Su nombre hace referencia a los orígenes de este pueblo de Sierra Morena
Durante la segunda mitad del siglo XVIII se llevó a cabo el proyecto de repoblar las estribaciones deshabitadas de Sierra Morena, amparadas por el Fuero de Población promulgado por Carlos III en julio de 1767 y se encargó este proyecto a Pablo de Olavide.
Con 6.000 colonos alemanes y flamencos, todos ellos católicos en teoría se llenaron de pequeñas y ordenadas poblaciones los márgenes del camino real que unía —y sigue uniendo— Madrid con Andalucía, y el cual quería protegerse de bandoleros y salteadores. En pleno mes de agosto de 1767, un mes antes de que llegaran los primeros colonos, Pablo de Olavide decidió que junto a la antigua Venta de Guadarromán se construiría una de las tres primeras de aquellas poblaciones, la que andando el tiempo sería lo que hoy conocemos como Guarromán. Allí se asentaron una parte de estos colonos alemanes.
Debido a este curioso origen del pueblo de Guarromán, los dulces típicos del pueblo reciben el nombre de "alemanes". ¿Y qué son? Pues unos deliciosos hojaldres, una deliciosa joya gastronómica reconocida en la provincia de Jaén y también fuera de ella.
En este municipio hay tres variedades de hojaldres: las bayonesas, los alemanes y los alemanes con chocolate. Hay dos variedades más comunes, los pasteles rubios (que reciben su nombre por el aspecto dorado del hojaldre relleno con cabello de ángel) y los pasteles blancos (denominación que se les da por la fina capa de azúcar en polvo que se espolvorea por encima del hojaldre, el bizcocho y la crema con la que están hechos). Estos últimos son también conocidos como “alemanes”, un nombre que esconde en sí mismo una referencia al origen de las Nuevas Poblaciones.
En la actualidad, son cuatro empresas las que se dedican fundamentalmente a elaborar este pastel tan típico en Guarromán, todas ellas con gran tradición repostera y con un claro objetivo de crecer en su pueblo, fomentando la economía y el empleo local, ya que esta actividad influye positivamente en otros negocios.
Como dato, Guarromán es sede de la prestigiosa sociedad gastronómica de la Muy Ilustre y Noble Orden de los Caballeros de la Cuchara de Palo, que tiene sus orígenes en el siglo XVIII y que defiende la Cultura del Olivo. Cada año en enero, por la festividad de San Antón, hace entrega de sus cada vez más apreciadas “cucharas de palo” a relevantes personalidades del mundo de la cultura, la sociedad y la política
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