Política hídrica

El nuevo decreto de sequía duplica el agua regenerada para Almería

La Junta dota de tratamientos terciarios a las principales depuradoras de la provincia

Vista aérea de la depuradora de El Bobar (Almeria)
Vista aérea de la depuradora de El Bobar (Almeria)La RazónLa Razón

Almería incrementará en 37 hectómetros cúbicos su capacidad de fabricación de agua tras las obras incluidas en el tercer decreto de sequía del Gobierno de la Junta de Andalucía. Con ello se eleva hasta los 53 hm³ la cifra de nuevos caudales para riego y abastecimiento, con nuevas actuaciones en los terciarios de las estaciones depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) en municipios como Cuevas del Almanzora, Mojácar, Vera, el núcleo ejidense de Balerma, Roquetas de Mar y las de El Toyo y El Bobar, en Almería capital.

La consejería de Agricultura y Agua pretende aliviar el estrés hídrico de la provincia después de la reducción de 40 hm³ de las aportaciones estatales, entre las obras de desalación pendientes y las reducciones del trasvase Tajo-Segura. «Las depuradoras deben ser centros emblemáticos de lucha contra la sequía», ha asegurado la consejera Carmen Crespo, «porque Andalucía ha decidido ponerse en marcha con medidas muy contundentes». La Junta ha movilizado 300 millones de euros en todo el territorio andaluz con los decretos extraordinarios, «los primeros 141 millones ya ejecutados a más del 72%», según ha asegurado la propia Crespo. Con la inyección ahora de otros 163 millones de euros, «las actuaciones continúan con celeridad», dejando previsiones de 12 hm³ más de agua regenerada en el Poniente almeriense desde el próximo septiembre. Con estimaciones que hablan del beneficio directo a 12.000 hectáreas de cultivo en municipios como El Ejido y Roquetas, la idea es «aprovechar cada litro de agua» también en otras comarcas. Destaca la dotación de tratamientos terciarios en Vera, con la fabricación de 1,5 hm³, en Mojácar con 3,9 hm³ o los 1,3 hm³ por la actuación en Cuevas de Almanzora; si bien se harán terciarios también en poblaciones más pequeñas como Suflí. Pese a no tener competencias en materia hídrica, el apoyo andaluz se concreta también en Almería en nuevas canalizaciones y la modernización de los canales de riego, por ejemplo, con los ocho millones de euros invertidos en el antiguo canal del Pantano de Benínar. «Sustituir las aguas subterráneas y dar cabida a nuevos caudales», señala de consejera de Aguas, es «nuestro objetivo fundamental» porque «ahora preocupa la sequía y tenemos que tener todas las vías abiertas, también todas las aguas regeneradas, a disposición».

En esa línea, la alcaldesa de Almería, María del Mar Vázquez, ha agradecido «la inclusión de un aporte adicional de 10 hm³ de agua al año procedentes de la regeneración de caudales», tras las obras en los terciarios de El Bobar y el Toyo. Unas obras «muy reivindicadas» por la ciudad y que se suman a los 11,6 millones de euros de inversión para la conexión de los depósitos de la Pipa y San Cristóbal, asumidas por el Gobierno de Juanma Moreno y a punto de finalización en este mes de mayo.

Desde la Federación de Regantes de Almería se ha valorado de forma positiva la acción inversora llevada a cabo por la Junta de Andalucía, si bien «insisten en la necesidad de que se terminen las canalizaciones que dan acceso a los regantes de muchas zonas». En este sentido, se han convocado ayudas autonómicas de un total de 25 millones de euros y para ayudar a las comunidades de regantes a realizar conducciones de agua regenerada desde las distintas EDAR.

El futuro hídrico de Almería depende de las desaladoras pero las posibilidades que ofrece la depuración no son despreciables. Con un consumo actual de 70 hm³ de agua desalada, «toda la que producen las plantas operativas en la provincia» como ha confirmado José Antonio Fernández desde la federación de regantes, los 53 hm³ prometidos desde las EDAR incrementarían en un 40% los recursos disponibles. A la espera también de la puesta en marcha de la desaladora de Cuevas del Almanzora y la duplicación por parte del Estado de la de Carboneras y Campo de Dalías, los agricultores podrían mezclar aguas de procedencias distintas, como pantanos y, cada vez menos, pozos subterráneos, para conseguir la calidad de agua necesaria para los cultivos.

Precisamente el proyecto Phoenix, liderado por la empresa Aqualia, prueba nuevos tratamientos de bajo coste para la reutilización del agua depurada en la agricultura, eliminando contaminantes emergentes y microplásticos, en las EDAR almerienses. Y es que para poder emplear este agua tratada en los cultivos hay que cumplir con una serie de estándares de calidad, avalando un alto nivel de protección del medio ambiente, además de la salud humana y animal.