Patrimonio

El peligro de mirar fijamente a la mona de la Catedral de Jaén

La leyenda cuenta que era una hermosa joven que quedó petrificada tras un hechizo

Turistas en la Catedral de Jaén
Turistas en la Catedral de JaénEP

Uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad de Jaén es su catedral. Ubicada entre la Plaza de Santa María y la Plaza de San Francisco, es el monumento más emblemático de la ciudad. Su construcción se remonta al siglo XVI y es obra de Andrés de Vandelvira. Constituye una de las piezas arquitectónicas más bellas de Andalucía y por ende de España.

En una de sus imponentes fachadas está ubicada la mona de Jaén, conocida por el nombre de Bafomet. Se trata de una figura tallada en piedra que se encuentra en un friso exterior de la Catedral de la Asunción. La historia que rodea a esta figura se remonta a siglos atrás y ha sido transmitida de generación en generación. La mona es una figura de aspecto enigmático que ha desconcertado a los visitantes y jiennenses durante siglos.

La leyenda cuenta que la mona de Jaén es un ser vivo fue petrificado por un hechizo. Según la historia, la mona era una hermosa joven que vivía en Jaén durante la época de los Reyes Católicos. Era conocida por su belleza y su amabilidad. Sin embargo, despertó la envidia de un mago oscuro que deseaba poseerla. Otras historias cuentan que se trata de un hombre de origen judío o árabe, según el turbante que decora su cabeza.

Se dice que, justo antes de que el hechizo se hiciera realidad, la mona pronunció una maldición que persigue a la ciudad hasta el día de hoy. Historias más contemporáneas hablan de grandes pesares para quienes se atrevieron a desafiar a la estatura a base de pedradas y otras fechorías callejeras. De hecho, puede apreciarse la falta de un trozo de nariz debido a uno de estos asaltos con piedras, que se achaca a un acto vandálico por parte de un menor que murió poco después por el mal de ojo.

La maldición de la mona de Jaén es una parte fundamental de esta leyenda. Se dice que, desde su petrificación, la mona lanzó una maldición sobre la ciudad y aquellos que la visitan. La maldición predice desgracias para cualquiera que se atreva a mirar a los ojos de la mona de manera directa. Se cree que aquellos que caen bajo su mirada experimentarán infortunios, dificultades e incluso mala suerte en sus vidas.

Otras curiosidades

En la Catedral de Jaén hay otra curiosa gárgola oculta en la fachada lateral de la Iglesia de San Ildefonso (templo en el que se encuentran los restos del arquitecto renacentista español Andrés de Vandelvira, entre cuyas obras destacan la Catedral de Jaén, la Sacra Capilla del Salvador de Úbeda y la Catedral de Baeza). Sobre uno de los contrafuertes, bajo el alero del tejado buscad una cabeza de piedra, que según cuentan, pertenece al hijo de una familia muy influyente que robó las lámparas de plata de la Virgen de la Capilla y tras ser apresado, fue descuartizado y expuesto en la fachada para servir de escarmiento.