
Entrevista
Rafael Guzmán, especialista en medicina de estilo de vida: "El estrés mata más que el paso del tiempo"
En su libro «Cómo llegar joven a viejo» da las claves para envejecer con autonomía

Rafael Guzmán, experto en medicina de estilo de vida, vuelve con un nuevo ensayo que es todo un manual práctico para envejecer con energía, autonomía y lucidez. En Cómo llegar joven a viejo (Espasa), invita a reconciliarse con la senectud desde un enfoque integrador, donde el cuerpo, la mente y las emociones deben ir de la mano. Con él hablamos de longevidad, estrés, juventud y alimentación en una sociedad que vive más, pero no necesariamente mejor.
¿Qué es envejecer bien?
Llegar a una longevidad con energía, autonomía, vitalidad y capacidad para tomar buenas decisiones. Hemos confundido esperanza de vida con salud. Puede que quizás vivamos algunos años más, con más confort, pero peor calidad de vida. Nuestros abuelos se medicaban menos que nosotros.
¿Estamos obsesionados con la juventud?
Sí, pero con la externa. No nos preocupa tanto envejecer como el cómo envejecer. Nos cuesta aceptar el espejo, las canas, las arrugas… porque asociamos envejecer con sufrimiento y enfermedad. La luz no viene del bótox, viene de dentro. La juventud no está en la piel, está en el interior.
Habla de una sociedad longeva pero enferma. ¿Dónde hemos fallado?
En poner el foco en la cantidad y no en la calidad. Hemos conseguido vidas largas, pero no necesariamente vidas plenas. Sabemos lo que debemos hacer para estar bien, pero no lo aplicamos.
¿Qué nos impide hacerlo?
Nuestro cerebro está programado para ahorrar energía. Afrontar una adversidad, hacer un cambio de hábito o enfrentarnos a lo desconocido nos exige un gasto que no siempre estamos dispuestos a asumir. Por eso el confort nos atrapa.
¿Cómo afecta el estrés a la salud?
El estrés agudo es protector, pero el estrés crónico nos mata. Dispara procesos inflamatorios, envejece nuestras células y desequilibra todo el sistema. La prisa mata, el estrés ahoga. El estrés mata más que el paso del tiempo. Y lo estamos pagando con salud.
Habla mucho del nervio vago. ¿Qué papel tiene?
Es nuestro gran aliado. Regula el sueño, la digestión, la respuesta inmunológica... Reír, cantar, duchas frías, masajes en la cara, contacto con la naturaleza… Todo eso lo estimula. Cuanto más activo esté, más protegidos estamos.
¿Qué hábitos deberíamos incorporar desde hoy?
Moverse. El cuerpo responde en cuanto se activa. Cualquier ejercicio, por pequeño que sea, ya mejora tu bioquímica. También reducir pantallas, salir a la naturaleza, practicar ayuno tecnológico, dormir mejor, comer menos veces… Todo suma.
¿Qué papel juega la alimentación?
Es fundamental, pero no es lo único. El sueño es aún más importante. Hemos desvirtuado tanto la nutrición que ya nadie sabe qué comer. Pero en realidad lo sabemos: lo que siempre hemos comido. Nuestra genética está diseñada para eso.
¿Por qué hay tanta radicalización en torno a la comida?
Porque es una de las pocas cosas que podemos cambiar con poco esfuerzo, y ahí entran en juego muchos intereses comerciales. Pero también porque estamos sobreinformados. Al final, tanta confusión nos lleva a tirar la toalla.
¿Los autónomos enferman menos?
Algunos estudios dicen que sí, un 50% menos. El cerebro sabe que no puedes permitirte enfermar. Las áreas que regulan la energía y el sistema inmune contienen los síntomas. Pero cuando llegan las vacaciones, el cuerpo baja la guardia… y enfermas.
¿Y el sistema sanitario?
Sí, claro. El sistema está orientado a protocolos y enfermedades, no a personas. Tratamos patologías en serie, sin saber cómo vive el paciente, qué come, si duerme bien... Y eso en la cronicidad es muy grave. Mi opinión, y lo subrayo, es que somos muy buenos en las patologías agudas pero no terminamos de aprobar en en las crónicas, ‘necesitamos mejorar’.
¿Hay esperanza?
Siempre. El cuerpo es agradecido. En cuanto recibe un poco de lo que necesita, responde. Nunca es tarde para empezar a descumplir años biológicos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar