Malestar policial

La triple lucha de la Guardia Civil en Almería

Los agentes piden más medios para abordar el narcotráfico, el «petaqueo» y la inmigración ilegal

Una narcolancha intervenida por la Guardia Civil en la provincia de Almería
Una narcolancha intervenida por la Guardia Civil en la provincia de AlmeríaLa RazónLa Razón

Esta misma semana la Guardia Civil recibió un aviso de un supuesto robo en Adra (Almería). Los agentes aparcaron el vehículo en las inmediaciones de la pedanía de La Alquería y, tras comprobar que se trataba de un aviso falso, regresaron al vehículo. Fue entonces cuando se percataron, a lo lejos, de que el coche estaba ardiendo. «Parecía una falla», denuncia a LA RAZÓN Víctor Vega, secretario provincial de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) en Almería, una provincia que se enfrenta a una triple lucha que se ha agravado en los últimos meses: contra el narcotráfico, el «petaqueo» y la inmigración ilegal.

Las redes del narcotráfico ya no operan solo en el entorno del Campo de Gibraltar. La presión policial en esta zona, refugio habitual de los narcos, ha hecho que la actividad delictiva se traslade hacia el litoral oriental y occidental, abarcando ya toda la costa andaluza. De hecho, cada vez es más habitual la presencia de narcolanchas en el Guadalquivir, desde la desembocadura en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) hasta la misma capital hispalense, y en la costa de Huelva. En el levante almeriense la problemática es más compleja porque esta actividad comparte escenario con la inmigración ilegal y los agentes, desbordados, denuncian que «no tenemos herramientas para abordar esta realidad».

«Hace dos semanas había temporal y la presión de los narcos bajó. Es entonces cuando plegan velas pero, cuando hay buena mar, salen en tropel y los ‘narcoembarcaderos’ empiezan a funcionar. Entonces hay movimiento de combustible y de lanchas», subraya Vega, quien denuncia que si no llevan más de 50.000 euros en combustible no es delito, por lo que los narcos y sus redes de apoyo reinciden.

El denominado «petaqueo» trae de cabeza a los agentes. «Lo último que hemos visto es que compran las embarcaciones en AliExpress», apunta Vega. Son de pequeño tamaño e incluso se inflan en la costa, pudiendo transportar 20 garrafas de combustible. El negocio es redondo. «Una garrafa de 25 litros la llegan a vender por 300 euros, cuando su coste no supera los 40», subraya. Pero no solo surten de combustible a las narcolanchas, también llevan comida, agua y ropa seca. «Estos ‘petaqueros’ son los encargados de la logística del narcotráfico».

Su presencia en el litoral almeriense es constante y las redes están conectadas con las organizaciones del Campo de Gibraltar, donde el negocio es más extendido. No obstante, cada vez actúan con más virulencia, con robos de coches de alta gama. «Todo lo que vemos en Cádiz ya se está viendo en Almería. Ya hay compañeros amenazados. Hace poco nos llegaron a decir que nos iban a dar 20 tiros», se lamenta Vega.

Sin embargo, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, viene asegurando que la lucha contra el narcotráfico está dando resultados en Andalucía y que su departamento ha dotado de suficientes medios a los cuerpos policiales para reducir esta dinámica. «De los 35 millones de euros del Plan de Seguridad para el Estrecho, en el que se incluye Almería, ¿cuánto dinero va a los cuerpos y fuerzas de seguridad de esta provincia?», se pregunta el portavoz de la AUGC, quien ha vuelto a reclamar una reunión con el subdelegado del Gobierno para aclarar el asunto.

En este punto, enumera las carencias de la Guardia Civil, como la existencia de un solo helicóptero para Almería, Granada y Jaén. «No tenemos embarcaciones de menos de 15 años y las que operan no pueden estar patrullando durante 12 horas. Son para hacer rescates y luego volver a puerto», sostiene Vega, además de reclamar más medios terrestres.

Por si fuera poco, el flujo migratorio no afloja. La AUGC viene denunciando desde 2018 las consecuencias de la vía argelina, con un trasiego constante de pateras. A esta circunstancia se añade la proliferación de «narcopateras» de Marruecos, capaces de trasladar hasta 50 inmigrantes. «Graban cómo se hace el desembarco y envían el vídeo a las mafias para confirmar la operación. Usan a las personas como mercancía», denuncia el portavoz.