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La ciencia lo confirma: dormir con tu perro baja el cortisol y aumenta la oxitocina

Estudios recientes respaldan los beneficios de compartir la cama con mascota

La ciencia lo confirma: dormir con tu perro baja el cortisol y aumenta la oxitocina
La ciencia lo confirma: dormir con tu perro baja el cortisol y aumenta la oxitocinaLa Razón

Dormir con el perro no es solo una elección afectiva; también puede convertirse en una herramienta de bienestar emocional. Aunque durante años se creyó que compartir la cama con mascotas perjudicaba el descanso, hoy la evidencia científica sugiere lo contrario. El contacto con animales como perros y gatos durante la noche reduce los niveles de cortisol (la hormona del estrés), estimula la producción de oxitocina (conocida como la “hormona del amor”) y, además, mejora la calidad subjetiva del sueño, especialmente en personas con ansiedad, estrés o estados de ánimo bajos.

Por qué los perros eligen dormir junto a sus humanos

Más allá de lo emocional, hay una razón evolutiva que explica esta conducta. Los perros son animales sociales por naturaleza, y en estado salvaje tienden a dormir en grupo para sentirse protegidos, mantener el calor corporal y reforzar los vínculos. En el contexto doméstico, esta dinámica se replica de forma instintiva: al elegir dormir junto a su cuidador, el perro manifiesta confianza, seguridad y sentido de pertenencia.

Según han explicado desde Veterinarias San Juan, citados por la plataforma especializada La Red Zoocial, los perros que duermen sobre la almohada o cerca del rostro de su tutor lo hacen atraídos por el olor, que reconocen como familiar y tranquilizador. “Nuestro perro nos demuestra que se siente seguro y protegido cuando elige dormir en nuestra almohada”, aseguran los profesionales.

El vínculo emocional también se refleja en el cuerpo

Dormir con un perro o gato no solo aporta compañía, también genera cambios fisiológicos medibles. Estudios recopilados por el Instituto del Sueño indican que muchas personas experimentan una mejora en la sensación de descanso al dormir con su mascota. Esta mejoría no se debe necesariamente a un sueño más profundo, sino a una mayor percepción de seguridad y bienestar, que permite conciliar el sueño con mayor facilidad y reducir despertares nocturnos.

La liberación de oxitocina durante el contacto físico como ocurre al acariciar o dormir junto a un animal genera un efecto calmante, refuerza el vínculo afectivo y favorece la relajación muscular. Al mismo tiempo, disminuyen los niveles de cortisol, lo que ayuda a reducir el estrés acumulado y tiene efectos positivos sobre la salud mental.

Beneficios mutuos: humanos más tranquilos, animales más felices

El impacto positivo no es unidireccional. Los perros también se benefician del contacto nocturno con sus tutores. Para ellos, dormir cerca de la persona con la que comparten su vida diaria les proporciona seguridad emocional, disminuye la ansiedad por separación y refuerza su sensación de estabilidad. Especialmente en casos de perros adoptados o que han atravesado situaciones traumáticas, el contacto humano durante la noche puede ser un factor clave para su recuperación afectiva.

Cuidados y límites necesarios

Aunque compartir la cama con una mascota puede ser beneficioso, no todas las personas ni todos los animales están cómodos con esta práctica, y no por ello el vínculo es menor. Además, los veterinarios recomiendan mantener ciertas medidas de higiene para asegurar una convivencia saludable: desparasitación periódica, control veterinario al día y limpieza regular del espacio de descanso.

En hogares con niños pequeños, personas con inmunosupresión o problemas respiratorios, puede ser más prudente mantener a las mascotas fuera de la cama, sin que eso afecte al apego ni al bienestar general del animal.

El descanso, también en compañía

En definitiva, dormir con un perro o un gato puede ir mucho más allá de una rutina cariñosa. La ciencia respalda que este hábito cotidiano mejora el descanso, favorece la salud emocional y refuerza los lazos entre humanos y animales. En tiempos donde la ansiedad, el insomnio o la soledad afectan a tantas personas, tener cerca a un ser que transmite calma y afecto puede marcar la diferencia. A veces, el mejor remedio para dormir bien no está en una pastilla, sino en una cola que se acurruca al otro lado de la cama.