Perros
¿Cómo se sabe si un perro está en su peso ideal? Este es el truco secreto para detectarlo al instante
La diferencia entre un perro sano y uno con problemas de peso reside en detalles tan visibles como la cintura o las costillas, pistas que alertan de un sobrepeso incipiente o de una delgadez que ya es alarmante
La salud de un perro se puede medir con las manos y la mirada, mucho antes de que la báscula dicte sentencia. En los extremos del problema se encuentran dos escenarios igualmente preocupantes: el de la delgadez severa, donde la columna vertebral y los huesos de la pelvis se marcan de forma prominente bajo la piel, y el de la obesidad, donde el abdomen se abulta y aparecen depósitos de grasa en la zona lumbar y en la base de la cola. La alimentación juega un papel crucial en este equilibrio, por lo que es importante conocer si ciertos alimentos humanos, como la pasta, pueden formar parte de la dieta de un perro de forma segura.
De hecho, ambos cuadros clínicos suelen tener una frontera común: la desviación del 20 % respecto al peso ideal del animal. Se considera que un perro sufre obesidad cuando llega a superar en un 20 % su peso adecuado, momento en que una gruesa capa de grasa impide cualquier contacto con su estructura ósea. A la inversa, una pérdida de ese mismo porcentaje lo sitúa en un estado de delgadez extrema, a menudo acompañado de una notable pérdida de masa muscular.
Sin embargo, las alarmas deberían saltar mucho antes. Un sobrepeso de apenas un 10 % ya introduce cambios que, aunque sutiles, son un aviso. En esta fase inicial, las costillas y otras protuberancias óseas se vuelven difíciles de percibir al tacto y la cintura empieza a desdibujarse peligrosamente, una situación que requiere atención, tal y como han publicado en Kivet. Estas son señales tempranas que no deben ignorarse, al igual que otros síntomas que requieren atención, pues existen claras señales para saber cuándo debes contactar con el veterinario rápidamente.
El equilibrio perfecto: cómo reconocer un peso saludable
En este sentido, un perro que se mantiene en su peso correcto presenta una anatomía muy reconocible. Visto desde arriba, el animal debe tener una cintura claramente definida justo después de la caja torácica. Al acariciar sus flancos, sus costillas no se ven a simple vista, pero se palpan con suma facilidad, sin que una capa de grasa obstaculice el contacto.
Por el contrario, cuando un animal está simplemente delgado, sin llegar a una situación preocupante, sus costillas y cintura son visibles a cierta distancia. Esta condición indica una falta de reservas de grasa, esenciales para regular su temperatura corporal y para el correcto funcionamiento de su metabolismo.
En definitiva, la inspección visual de la silueta y una sencilla palpación del costillar son dos herramientas al alcance de cualquiera para vigilar el bienestar de su mascota. Distinguir la forma de su cintura y sentir sus costillas con facilidad son los gestos clave que permiten anticiparse a problemas más graves y asegurar que el animal goza de una buena condición física.