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Tesoros bajo tierra

Sobre los majestuosos lagos subterráneos descubiertos en Aragón y su aporte contra la sequía

Suponen juntos el mismo tamaño que el del Parque Nacional de Doñana, 1.267 kilómetros cuadrados

Lago subterráneo Pexels

El subsuelo de Aragón esconde majestuosos tesoros. En la tierra del Ebro, uno de los ríos más caudalosos de la península ibérica, se ocultan impresionantes acuíferos por los que fluyen grandes lagos de agua que nutren, en una pequeña parte, a los afluentes de este. De muchos de ellos ya eran conocedores en la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), pero recientemente han incorporado en sus informes cuatro enormes lagos subterráneos al oeste de la provincia de Huesca con una superficie en total de 1.267 kilómetros cuadrados, que es el mismo tamaño que el del parque nacional de Doñana. Ahí es nada.

Estos afloramientos jugarán un relevante rol en el cada vez más riguroso control de la calidad de las aguas en la actualidad. «Vamos a poder conocer mejor el estado de estas masas, ubicadas muchas veces bajo terrenos donde hay explotaciones agroganaderas, compararlas y obtener más información sobre la contaminación difusa, asociada a los plaguicidas o los purines», ha explicado Javier San Román, comisario adjunto de la CHE e hidrogeólogo.

105 masas subterráneas en total relacionadas con el Ebro

Otra cuestión de interés es saber si los nuevos recursos hidrológicos subterráneos podrían usarse para luchar contra la sequía algo que, a falta todavía de concretar según lo que trascienda de los estudios que se realizarán durante el próximo ciclo del plan hidrológico de la entidad, no tiene mucho sentido para la Confederación Hidrográfica del Ebro. Principalmente por el poco caudal de estos lagos en general, puesto que son una lámina de agua que va hacia los ríos y, para continuar, porque los propietarios de los pozos que se han nutrido de ellos podrán seguir haciéndolo.

“A pesar de que se conocía la existencia de estas masas, no las habíamos incluido en los mapas porque se consideraron de menor entidad cuando se redactaron los primeros planes. Hasta ahora teníamos 105 masas de agua subterránea en toda la cuenca y hemos incrementado la cifra total hasta 111 con la propuesta de incluir estos acuíferos. La Unión Europea también ha impulsado directrices para que los órganos de gestión de cuenca tengan controlados todas las masas subterráneas y conseguir así que no haya ni un solo pozo que no tenga una masa subterránea cartografiada», ha profundizado Javier San Román.

[[H2:La más grande es de 634 km²]]

La laguna subterránea más importante que ha sido registrada en la nueva planificación de la CHE tiene una superficie de 634 km² y se ubica bajo las comarcas de Sobrarbe, Alto Gállego, La Hoya de Huesca y Somontano de Barbastro. Bautizada como Terciario del Vero, nutre con sus aguas a los pequeños afluentes de la margen derecha del río Cinca. En este caso, el acuífero se recarga normalmente gracias la infiltración del agua de lluvia y escorrentía superficial que cala en sus capas más permeables.

Las otras tres masas de agua corresponden a los glacis de El Torollón-Sariñena, Montesusín-Lanaja y Selgua. Los glacis actúan como una esponja con las lluvias y riegos, creando así unas reservas de agua subterráneas que siempre buscan una salida para su evacuación, que normalmente es un río.