Historia

Un diputado de Vox en el Parlament llama "asesino" a Lluis Companys: ¿quién fue realmente y qué hizo?

Controversia en el Parlament por unos carteles contra el expresidente catalán

Lluís Companys, ¿ángel o demonio?
Lluís Companys, ¿ángel o demonio?archivo

La figura de Lluís Companys ha vuelto al centro del debate político catalán. En esta ocasión, por la acción del diputado de Vox Manuel Acosta, que ha colgado en la ventana de su despacho oficial del Parlament dos carteles con un mensaje contundente: "Companys asesino de 8.352 catalanes". La denuncia visual fue compartida en redes sociales por Pere Martí Colom, director de comunicación de Junts, quien escribió: "Desde algunos despachos del Parlament se ofende la memoria del presidente Companys con total impunidad. Es una vergüenza".

Lejos de rectificar, Acosta respondió en X (antes Twitter) con ironía: "Es el despacho de Vox Cataluña, concretamente el mío. Procuraré decirle a mis compañeros que también lo pongan en su despacho. Gracias por avisar." Esta afirmación ha reabierto un debate histórico sobre la figura del expresidente de la Generalitat, fusilado por el franquismo en 1940, y acusado aún hoy de ser responsable de miles de muertes en la retaguardia republicana durante la Guerra Civil.

¿Quién fue Lluís Companys?

Lluís Companys i Jover (1882-1940) fue un político catalanista y republicano, líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), ministro de Marina durante la Segunda República y presidente de la Generalitat de Cataluña entre 1934 y 1940. De orígenes humildes, abogado y activista desde joven, fue detenido en múltiples ocasiones por su militancia política. En 1931 proclamó la República desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona y en 1934 fue elegido presidente de la Generalitat tras la muerte de Francesc Macià.

Companys tuvo un papel clave en el impulso de reformas sociales como la Ley de Contratos de Cultivo, que beneficiaba a los campesinos frente a los grandes propietarios. Sin embargo, su presidencia estuvo marcada también por fuertes tensiones con el Gobierno central. El episodio más crítico llegó el 6 de octubre de 1934, cuando proclamó el “Estado Catalán dentro de la República Federal Española”, en protesta por la entrada de la CEDA en el Gobierno español. El intento fracasó en pocas horas, y Companys fue detenido y condenado por rebelión a 30 años de prisión, aunque fue amnistiado tras la victoria del Frente Popular en 1936.

Durante la Guerra Civil, mantuvo la presidencia de la Generalitat en una situación extremadamente compleja, con Cataluña dominada por las milicias obreras y anarquistas, sin respetar la autoridad republicana. Trató de mantener la unidad del frente y mediar entre facciones enfrentadas. El 21 de julio de 1936 firmó la creación del Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña, lo que supuso la pérdida efectiva del control del orden público por parte del gobierno catalán.

¿Por qué se le acusa de “asesino”?

La acusación que lanza Manuel Acosta, y que comparten muchos sectores, se basa en los crímenes cometidos en la retaguardia catalana durante los primeros meses de la Guerra Civil. Entre julio de 1936 y mayo de 1937, especialmente, se produjeron miles de asesinatos extrajudiciales, ejecuciones sumarias y saqueos, protagonizados en gran parte por milicias anarquistas, comunistas y elementos incontrolados, en un contexto de colapso institucional.

Las cifras de muertos varían según las fuentes, pero algunos estudios calculan entre 8.000 y 9.000 asesinados en Cataluña durante la guerra por motivos políticos o religiosos, incluidos cientos de sacerdotes. Algunos responsabilizan directamente a Companys de estos hechos por su rol como presidente de la Generalitat.

Sin embargo, otros coinciden en que Companys no ordenó ni alentó dichas matanzas. Es más, desde los primeros días del conflicto condenó públicamente la violencia y colaboró con figuras como el cardenal Vidal i Barraquer y la Cruz Roja para salvar vidas. También se intentó firmar un acuerdo humanitario con la Cruz Roja que no prosperó por el rechazo del bando franquista.

Companys, por tanto, tuvo una responsabilidad indirecta por su papel institucional, pero no hay evidencia de que promoviera activamente la represión. Su gobierno se vio desbordado por la violencia revolucionaria en un momento en que el poder real estaba en manos de comités revolucionarios.

Fusilado por Franco y convertido en símbolo

Tras la derrota republicana, Companys huyó a Francia, pero fue arrestado por la Gestapo en 1940 y entregado a las autoridades franquistas. Fue torturado, sometido a un consejo de guerra sin garantías y fusilado el 15 de octubre de 1940 en el castillo de Montjuïc. Su ejecución lo convirtió en un mártir del independentismo, particularmente del de izquierdas.

El Gobierno español ya ha reconocido oficialmente la nulidad de su juicio y condena. En 2017, el Tribunal Supremo anuló definitivamente su sentencia. Desde entonces, la figura de Companys ha sido reivindicada institucionalmente, aunque sigue generando rechazo en sectores de la derecha política.