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No es una canción

'No me puedo ni garrear': todo sobre el mítico 'No me puedo levantar' aragonés

Esta expresión propia de Aragón contundente pero simpática solo tiene un significado

Persona cansada Pexels

La comunidad aragonesa es una lugar de gran riqueza histórico cultural, y su expresiones tradicionales son un claro reflejo de ello. Muchas de ellas han sobrevivido al paso del tiempo, pues la sabiduría que contienen es tal que no dejan de ser actuales ni en tiempos de la Inteligencia Artificial. Eso sí, quienes viven fuera de Aragón posiblemente no sepan interpretar algunas de ellas, como la que es analizada a continuación.

Se trata del refrán aragonés 'no me puedo ni garrear'. En las tres provincias aragonesas, cuando cualquiera llega al límite de sus fuerza física, no dice únicamente que está muy cansado o agotado. Usa esta contundente frase popular que combina resignación y regionalismo, propia de una zona donde la tradición tiene el mismo vigor que su brillante pasado histórico.

Es el hasta aquí hemos llegado aragonés

Este aragonesismo en cuestión es, por tanto, una de las obras maestras del nutrido repertorio de refranes maños que solo alguien de Zaragoza, Teruel o Huesca puede expresar con verdadera naturalidad. Una manera clara y, a la vez, divertida de decir que el cuerpo ya no da para más.

Porque 'no me puedo ni garrear' es mucho más que una manera diferente de expresar el cansancio, pues es una cercana declaración del “hasta aquí hemos llegado” con el valor añadido que le da el ser una expresión que ha pasado de generación en generación.

Garrear, un verbo bien conservado en la comunidad aragonesa

'Garrear' es un verbo que, en otras comunidades autónomas suena raro o incluso mal, pero que en el territorio aragonés es sinónimo de caminar, moverse con dificultad o incluso arrastrar los pies.

Pero, ¿cuándo es el momento de sacarla a relucir en una conversación? Principalmente, 'no me puedo ni garrear' es lícito emplearla tras de una intensa jornada de trabajo o una dura caminata campo a través. “He andado tanto que no me puedo ni garrear” es un buen ejemplo de cómo se usa tan sabia expresión.

Otras peculiares expresiones populares propias de Aragón

Y no es la única, pues más allá del mencionado refrán la fabla aragonesa ha dejado para la posteridad muchas otras palabras o expresiones que no tienen desperdicio, como por ejemplo ‘chandrío’, que significa desastre o destrozo; ‘esbarizar”, sinónimo de resbalar, o 'tizón', que se le dice a alguien que es muy travieso. Son solo unos ejemplos de inabarcable diccionario con ADN aragonés.

Estas palabras aragonesas curiosas y expresiones tan tradicionales como 'no me puedo ni garrear' no solo suman al léxico y semántica del español, sino que además son testimonio directo de una cultura en estado puro que no quiere el olvido. En un mundo en el que las expresiones típicas son sepultadas por el uso de anglicismos, conocer y preservar el aragonés más profundo supone blindar una fundamental parte del imaginario aragonés.