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Esta es la única una mina submarina de Europa, se puede visitar y está en Asturias
Es uno de los lugares que fueron clave en la Revolución Industrial y hay una recreación del primer ferrocarril minero de Asturias

Bajo el rugido del Cantábrico y los acantilados de Arnao, en Asturias, se esconde un tesoro con historia propia: la mina de carbón más antigua de la Península Ibérica, el pozo vertical más veterano de Asturias y la única mina submarina de Europa. Un lugar donde el mar y la tierra se aliaron para escribir un capítulo fascinante de la Revolución Industrial española.
Hoy, sus galerías inundadas y su castillete restaurado dejan descubrir un pasado que recupera la historia de quienes trabajaron en medio de las olas, extrayendo este material tan preciado y es una de esas visitas que merecen la pena si vas a visitar Asturias.
En la mina de Arnao, ubicada en el municipio de Castrillón, se comenzó a extraer carbón en 1591, pero su verdadera fama llegó en el siglo XIX, cuando la Real Compañía Asturiana de Minas la convirtió en una explotación pionera. Con su pozo vertical que data del año 1833 y es el más antiguo de Asturias, y las galerías que se adentraban hasta 300 metros bajo el lecho marino, Arnao está considerada un prodigio de la ingeniería.
Los mineros trabajaban escuchando el rumor del agua sobre sus cabezas, extrayendo hulla con picos y dinamita mientras las bombas achicaban sin descanso las filtraciones. Pero el mar terminó por ganarles la partida, y en el año 1915, una riada de agua salada inundó las galerías y obligó a cerrar la mina.
Hoy, el Museo de la Mina de Arnao permite recordar la historia de esta explotación, y permite hacer visitas a sus túneles restaurados, hay una gran colección de maquetas de los sistemas de extracción y hasta una recreación del primer ferrocarril minero de Asturias. Es una visita que merece la pena y que descubre la dureza con la que se llegó a trabajar en Asturias para conseguir este material tan preciado.
Las primeras lámparas de seguridad se usaron aquí
Sus paredes, cubiertas de lágrimas de óxido, guardan historias de tragedias, como la explosión de gas grisú que mató a 11 trabajadores en 1888, y otros relatos que aunque menos dramáticos demuestran la importancia que Arnao tuvo en la historia de Asturias, en esta mina se probaron las primeras lámparas de seguridad y hasta un ascensor hidráulico.
Si eres de los que quiere conocer la historia de Asturias y su vínculo eterno con la minería, no te puedes perder esta visita. Arnao es un lugar único donde el visitante puede tocar las vetas negras que alimentaron fábricas y barcos, pisar las losas que sostuvieron a generaciones de mineros y asomarse al pozo que desafió al mar. Toda una experiencia que no deja a nadie indiferente y que cada año consigue que más personas se interesen por la historia de este yacimiento que es representativo del tuétano de Asturias y su minería.
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