Paraísos

El pueblo mágico de Asturias al que sólo puedes acceder en funicular que atraviesa las montañas

Cientos de personas acuden cada año a este lugar para desconectar y centrarse en la naturaleza y el silencio

El pueblo mágico de Asturias al que sólo puedes acceder en funicular que atraviesa las montañas
El pueblo mágico de Asturias al que sólo puedes acceder en funicular que atraviesa las montañasTripadvisor

En el corazón de los Picos de Europa se esconde un pueblo que parece sacado de un cuento y al que sólo puedes acceder en funicular. Olvídate de las carreteras y los coches; aquí, el único camino para llegar es a bordo del funicular que atraviesa las montañas y al que accederás desde Poncebos.

El funicular de Bulnes, inaugurado en 2001, es más que un medio de transporte, es una experiencia. Durante el trayecto, los pasajeros disfrutan de vistas espectaculares de los valles y cumbres que rodean el pueblo. Una vez en Bulnes, te espera un lugar donde el tiempo pasa tranquilo, las vacas pastan en los prados y los vecinos se dedican a las labores propias de un pueblo: cuidar el ganado o la huerta, comprar el pan, coger los huevos de las gallinas...

Sus casas de piedra, sus calles empedradas y su ambiente tranquilo lo convierten en el destino perfecto para desconectar y reconectar con la naturaleza.

Pero Bulnes no es solo un lugar para pasearlo, es también un punto de partida para los amantes del senderismo. Desde aquí, se pueden emprender un montón de rutas como la del Naranjo de Bulnes, uno de los picos más emblemáticos de España y que ofrece una vistas impresionantes. Pocas fotos habrá más bonitas que las que se pueden hacer durante este ascenso o ya en la cumbre.

Si buscas un destino único, alejado del bullicio y lleno de encanto, Bulnes es tu lugar. Y recuerda: para llegar allí, solo hay un camino: el funicular. ¿Te atreves a descubrirlo? Un pueblito en donde dispones de varios alojamiento de turismo rural con todas las comodidades y que cada año elijen cientos de personas con el fin de desconectar de todo, excepto de la naturaleza más virgen y del silencio.

Si todavía no lo has conocido, no te lo pierdas, porque es uno de esos sitios a los que siempre apetece volver. Bulnes nunca defrauda.