Asturias
Qué es el gas grisú: la hipótesis que se maneja de la explosión de la mina de Cerredo
Las labores de rescate continúan y no se descarta la posibilidad de que aún haya personas atrapadas
Tragedia en la minería asturiana. Cinco trabajadores han perdido la vida en un accidente en la mina de Cerredo, ubicada en el municipio de Degaña, Asturias. Además, hay cuatro heridos, tres de ellos en estado grave.
Las labores de rescate continúan y no se descarta la posibilidad de que aún haya personas atrapadas. El servicio de emergencias de Asturias ha actualizado recientemente la información, confirmando el fallecimiento de cinco personas. Dos mineros lograron salir ilesos, mientras que los equipos de rescate siguen buscando a otros dos que permanecen desaparecidos.
El consejero portavoz del Gobierno del Principado, Guillermo Peláez, fue el primero en informar sobre el suceso durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, aunque en ese momento aún no se había confirmado ninguna víctima mortal.
Las causas de la explosión
Aunque la investigación sigue en curso, los especialistas señalan al gas grisú como la posible causa del accidente. Este gas, compuesto principalmente de metano combinado con otras sustancias, ha sido históricamente una de las mayores amenazas en la minería, ya que puede provocar asfixia o explosiones sin previo aviso. Se genera junto al carbón durante su formación y se libera constantemente en las minas en forma de pequeñas burbujas. Su gran peligro radica en que es incoloro e inodoro, por lo que su detección solo es posible mediante dispositivos especializados, como los grisuómetros.
El mayor riesgo surge cuando el gas no se disipa correctamente y se acumula en determinadas zonas, formando lo que se conoce como “bolsas”. Si la concentración de metano oscila entre el 5% y el 15%, una simple chispa o una superficie extremadamente caliente pueden desencadenar una explosión. Además de su capacidad explosiva, el grisú es altamente asfixiante, ya que desplaza rápidamente el oxígeno del entorno. Cuando se inhala en grandes cantidades, puede provocar la pérdida del conocimiento en cuestión de segundos.
El grisú es especialmente frecuente en las minas de hulla, como las situadas en Asturias y León. Según la normativa vigente, las minas se clasifican en función de la concentración de este gas, siendo las de cuarta categoría las más peligrosas debido a la posibilidad de emisiones súbitas.
Asturias ha sido escenario de varios accidentes causados por este gas a lo largo de su historia. En 1995, catorce mineros fallecieron en el pozo San Nicolás, mientras que en 2013, seis trabajadores perdieron la vida en León. El grisú ha sido responsable de algunos de los siniestros más graves en la historia de la minería en España.