Cirugía

Devolver la calidad de vida a través de la sonrisa

Diversas afecciones, como los quistes bucales, provocan la pérdida de dientes y el hueso que los sustenta, por lo que los implantes requieren de la regeneración ósea

Emplear tejidos del propio paciente evita que el organismo genere rechazo y reduce infecciones, inflamaciones y molestias postoperatorias, además de tiempo de tratamiento | Archivo
Emplear tejidos del propio paciente evita que el organismo genere rechazo y reduce infecciones, inflamaciones y molestias postoperatorias, además de tiempo de tratamiento | Archivolarazon

Diversas afecciones, como los quistes bucales, provocan la pérdida de dientes y el hueso que los sustenta, por lo que los implantes requieren de la regeneración ósea

¿Qué harías si fueras incapaz de sonreír? Procesos oncológicos, traumatismos o quistes pueden generar problemas bucodentales de muy difícil solución y con serias consecuencias psicológicas y en la calidad de vida de quienes los padecen. Se llegan a perder no sólo las ganas de sonreír, sino la facultad de poder hacerlo. En estos casos, perseverar en la búsqueda de una solución y ponerse en manos de profesionales formados en cirugía maxilofacial supone a menudo la diferencia entre volver a sonreír o no.

En una sociedad donde la publicidad o Instagram nos han llevado a una búsqueda casi obsesiva de la estética, la ausencia de piezas dentales está comúnmente asociada a una mala higiene bucodental. Pero no siempre es así. Existen afecciones físicas, como problemas oncológicos, traumatismos o quistes, que pueden suponer la pérdida de múltiples piezas dentales y del hueso que las sustenta. Las personas afectadas no sólo sufren serias consecuencias a nivel funcional sino también psicológico. Incapaces de comer o hablar en condiciones, también quedan socialmente estigmatizadas y ven muy afectada su calidad de vida.

Arturo, padre de familia y trabajador de una planta petrolífera de Castellón, sufrió una serie de quistes que le causaron una importante pérdida ósea en el maxilar y la mandíbula. Tras superar su problema quirúrgicamente, trató de recurrir a la implantología dental para recuperar su sonrisa, pero «me dijeron que había perdido tanto tejido, incluso en el paladar, que no era apto siquiera para llevar una dentadura postiza. E implantes dentales mucho menos».

«Con poco más de 40 años me vi condenado a vivir sin dientes el resto de mi vida», recuerda con amargura Arturo. «Es como una condena en vida. Resulta imposible sentirse bien cuando de repente te ves incapacitado para hacer cosas tan simples como comer, relacionarte, sonreír o dar un beso sin avergonzarte». Se planteó incluso recurrir a otros centros más especializados. «En Barcelona, uno de ellos me propuso una elevación de seno para restaurar parte del hueso perdido, pero mi atrofia ósea era tan grave que no me ofreció suficientes garantías de éxito».

Mientras, su calidad de vida quedó seriamente afectada. «El complejo que surge resulta enorme. Te tapas la boca para hablar, te encierras en casa y en ti mismo y te cambia el carácter. Nadie que no lo haya vivido puede hacerse cargo ni imaginar lo duro que es sentir vergüenza por darle un simple beso a tu mujer o a tu hija». Fue entonces cuando supo de la existencia de la Unidad Regenerativa de Alto Nivel abierta por Vivanta en Valencia y dirigida por el doctor Luis Senís Segarra, cirujano maxilofacial especializado el implantología avanzada y en resolución de casos complejos por atrofia maxilar severa.

«Enseguida supimos que estábamos en buenas manos», subraya Arturo al rememorar su primera visita con el doctor Senís. «Lo primero que me aportó fue confianza. No dudó en ningún momento y, tras analizar mi caso, supo lo que debía hacer y cómo debía llevarse a cabo. Me hizo recobrar la esperanza de que mi problema tenía solución».

Para tratar a Arturo, el doctor Senís y su equipo en Vivanta utilizaron materiales autólogos del propio paciente extraídos en la misma cirugía de implantes, como hueso obtenido de otras zonas no atróficas de su maxilar y la dentina de sus dientes. «La ventaja de usar este tipo de materiales, –comenta el doctor Senís– es que al proceder de tejidos del propio paciente, el organismo no va a generar rechazo. De este modo, reducimos no sólo el riesgo de infecciones, inflamaciones y molestias postoperatorias, sino también el tiempo de tratamiento».

Al día siguiente, y una vez recuperado el hueso que debía servir de anclaje para los implantes dentales, Arturo pudo dormir en su casa disfrutando de una dentadura provisional, pero ya totalmente funcional y estética. «No me lo creía», comenta. «Pasé de un tratamiento de seis a nueve meses, con dos cirugías y sin garantía de éxito, a recuperar mi boca en menos de 48 horas». Pocos meses después en Vivanta le colocaron los dientes definitivos. Pero lo más importante, insiste, es haber «recuperado una calidad de vida que pensé que no volvería a tener nunca».

Vivanta es la única red de Odontología y Medicina Estética de Europa que cuenta con las certificaciones de calidad ISO 9001/2015 y UNE-EN 179001/2011. Un compromiso con garantizar soluciones y tratamientos de calidad a sus pacientes, que se complementa con la auditoría periódica de su red de clínicas, su participación en diversos proyectos de investigación de células madre y biomateriales en el campo de la implantología dental y la regeneración ósea. Y en la creación de Unidades de Regeneración de Alto Nivel como el de la calle Colón 58 de Valencia.